El vac¨ªo de las palabras
Alineado en falso con la ONU y la Uni¨®n Europea, Pedro S¨¢nchez crea su realidad, enfrentada con la existente
Pedro S¨¢nchez pretende siempre que su discurso, sus palabras, no solo sean una expresi¨®n v¨¢lida e indiscutible de cuanto sucede, sino que sirvan de base a enunciados performativos, creadores de la realidad que ¨¦l mismo auspicia. De una certeza a otra certeza. Tenemos un ejemplo bien reciente en su discurso del 30 de marzo sobre el plan de emergencia. Un diagn¨®stico omnicomprensivo, seguro, sin concesiones a las dudas o a los interrogantes, fundamenta un elenco de medidas econ¨®micas cuyas descripciones van siempre cargadas de valores positivos. Son la expresi¨®n de los ¡°intereses sociales¡±, de ¡°la defensa de Espa?a¡±. Toda cr¨ªtica es entonces percibida como un ataque a los intereses nacionales. La oposici¨®n resultaba atrapada en una pinza. El manique¨ªsmo primario de Pablo Casado sirvi¨® de complemento ideal.
El m¨¦todo funciona si responde a un estado de satisfacci¨®n colectiva. En tiempos de crisis, va abri¨¦ndose un abismo entre la pretendida explicaci¨®n de la realidad presente y lo que efectivamente tiene lugar, y asimismo en el plano performativo, entre la realidad que el presidente dice estar forjando y la que cobra forma, cada vez m¨¢s sombr¨ªa. La ¨²nica salida para S¨¢nchez consiste entonces en ejercer una sistem¨¢tica manipulaci¨®n. T¨¦rmino a t¨¦rmino para las palabras clave que sirven para orientar la acci¨®n, a las cuales los argumentos han de ajustarse.
El relato sobre el giro copernicano en el S¨¢hara es ejemplar. S¨¢nchez tapa con eufemismos y medias verdades el reconocimiento de la soberan¨ªa marroqu¨ª, su contenido innegable. Esto podr¨ªa justificarse desde un pragmatismo que conciliara el acercamiento a Rabat con la referencia cr¨ªtica a la resoluci¨®n vigente de la ONU, am¨¦n de comunicar previamente con Argelia. Pero como S¨¢nchez ha tomado la directa y el rechazo de Argelia es visible, opta por esconder tanto este da?o colateral como los derechos saharauis, en espera de exhibir triunfalmente la contrapartida marroqu¨ª. Cortinas de humo difuminan la entrega unilateral. Alineado en falso con la ONU y la UE, S¨¢nchez crea su realidad, enfrentada con la existente. Como subraya Manuel Arag¨®n, lo que es m¨¢s grave, poniendo en pr¨¢ctica un presidencialismo inconstitucional.
Estamos ante una veleta que gira a golpes de oportunidad. Vlad¨ªmir Putin invalid¨® el eslogan equidistante del ¡°no a la guerra¡±, y fue admitida ¡°la invasi¨®n de Ucrania¡±. Ahora entra en escena ¡°la guerra de Putin¡±, para presentar todos los males como efecto exclusivo suyo, cuando la inflaci¨®n es aqu¨ª del 9,8% y en Francia del 4,5%. Todo menos cumplir la norma orteguiana de ver claro y la de informar en consecuencia. M¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica, con el tajo educativo a la Filosof¨ªa: ?para qu¨¦ pensar? Brillantes iniciativas, como la de la ¡°excepci¨®n ib¨¦rica¡± en Bruselas, quedan envueltas en el vac¨ªo de las palabras.
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