Cae una leyenda, Pakist¨¢n se estremece
Existe la creencia generalizada de que Imran Khan ha ca¨ªdo en desgracia con los generales al interferir en sus hist¨®ricas esferas de inter¨¦s: seguridad y pol¨ªtica exterior
Imran Khan, enfant terrible de la pol¨ªtica paquistan¨ª, c¨¦lebre capit¨¢n del equipo nacional de cricket devenido en primer ministro, ha sido destituido en una moci¨®n de censura contestada desde la calle por sus votantes. En tres a?os y medio de mandato, Imran Khan pas¨® de l¨ªder carism¨¢tico-popular a voluble dirigente populista, de cr¨ªtico con los generales a contribuidor del establishment castrense, de moderado creyente cosmopolita a personaje inc¨®modo por su deriva islamista y antioccidental. Coquete¨® con el islam radical cuando arremeti¨® contra Macron despu¨¦s del asesinato de un profesor de secundaria en Francia, al celebrar la victoria de los talibanes en Afganist¨¢n, o cuando apost¨® por la utop¨ªa de un ¡°Estado de Medina¡±, Riyasat-i-Madina, conforme a la doctrina de la hisbah, ¡°ordenar el bien y prohibir el mal¡±. Sugiri¨® que el aumento de violaciones obedece a que las mujeres no se cubren lo suficiente, ¡°los hombres no son robots. Es de sentido com¨²n¡±, apostill¨®. Tampoco cumpli¨® la promesa de acabar con la corrupci¨®n en 90 d¨ªas.
Existe la creencia generalizada de que Khan ha ca¨ªdo en desgracia con los generales al interferir en sus hist¨®ricas esferas de inter¨¦s: seguridad y pol¨ªtica exterior. Entregado incondicionalmente a China, el ex primer ministro propici¨® un distanciamiento de Biden, al que acusa de conspirar contra ¨¦l por negarse a criticar la invasi¨®n de Ucrania: ¡°?Por qu¨¦ ¨ªbamos a condenar a Rusia?¡±, se preguntaba en un discurso televisado. Semanas despu¨¦s ser¨ªa respondido por el jefe del Estado Mayor de Defensa, Javed Bajwa: ¡°la agresi¨®n rusa a un pa¨ªs m¨¢s peque?o es un acto inaceptable¡ y con Estados Unidos compartimos una larga historia de excelentes relaciones¡±. Como dicta la praxis, en Pakist¨¢n la buena sinton¨ªa con el Ej¨¦rcito es condici¨®n sine qua non para la gobernabilidad. Este ser¨¢ uno de los retos del nuevo primer ministro, el conservador Shehbaz Sharif de la Liga Musulmana Pakistan¨ª Nawaz (PMLN), que junto con la familia Bhutto controlan el duopolio de las dinast¨ªas pol¨ªticas: cambiar para que todo siga igual. El otro, m¨¢s urgente y prioritario, la estabilizaci¨®n de la econom¨ªa, donde el juego de equilibrios exteriores marcar¨¢ la agenda. Con una deuda e inflaci¨®n agravadas por el impacto de la guerra de Ucrania, Shehbaz tendr¨¢ que acudir, de nuevo, al Fondo Monetario Internacional. Y a sus principales aliados: China, aun a riesgo de incrementar su ya elevada dependencia de la potencia asi¨¢tica, y Arabia Saudita.
Y mientras, en el vecino Afganist¨¢n supuran las heridas de una guerra inacabada, las del sectarismo y etnicismo que enfrenta a sunn¨ªes con chi¨ªes, pastunes con hazaras. Las del faccionalismo de talibanes y militantes del Estado Isl¨¢mico (ISIS-K) en una escalada de atentados contra mezquitas, escuelas, incluso en Uzbekist¨¢n, que est¨¢ llevando a Afganist¨¢n y Pakist¨¢n al borde de la guerra. Tiempos dif¨ªciles para el nuevo gobierno que depende de una compleja e improbable coalici¨®n. @evabor3
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