El precio de la salud
El aumento del coste p¨²blico en tratamientos oncol¨®gicos no ha revertido en una mejora terap¨¦utica equivalente
El pulso que mantienen las compa?¨ªas farmac¨¦uticas con las autoridades sanitarias a la hora de negociar los precios est¨¢ retrasando la incorporaci¨®n de algunos tratamientos ¨²tiles contra el c¨¢ncer. El problema radica en el sistema de fijaci¨®n de precios y en la falta de transparencia sobre los procesos de investigaci¨®n, desarrollo y producci¨®n de los nuevos f¨¢rmacos. El gasto p¨²blico en tratamientos oncol¨®gicos se ha duplicado en apenas cinco a?os, y el de ...
El pulso que mantienen las compa?¨ªas farmac¨¦uticas con las autoridades sanitarias a la hora de negociar los precios est¨¢ retrasando la incorporaci¨®n de algunos tratamientos ¨²tiles contra el c¨¢ncer. El problema radica en el sistema de fijaci¨®n de precios y en la falta de transparencia sobre los procesos de investigaci¨®n, desarrollo y producci¨®n de los nuevos f¨¢rmacos. El gasto p¨²blico en tratamientos oncol¨®gicos se ha duplicado en apenas cinco a?os, y el de las terapias para enfermedades raras ha crecido m¨¢s de un 66%. Ambas partidas representan ya la mitad de todo el gasto farmac¨¦utico hospitalario y el 20% de la partida que el Sistema Nacional de Salud destina a medicamentos, que se eleva a 20.000 millones de euros anuales.
Si tenemos en cuenta que en 2016 el porcentaje era del 15%, los datos muestran una escalada que puede llegar a ser insostenible en el actual marco presupuestario. Algunos de los nuevos tratamientos han aportado opciones de curaci¨®n para tumores de muy mal pron¨®stico pero, en conjunto, el incremento de los costes no se ha traducido en una mejora terap¨¦utica global equivalente. En el tiempo en que el gasto en f¨¢rmacos contra el c¨¢ncer se ha duplicado, la supervivencia de los pacientes oncol¨®gicos a los cinco a?os del diagn¨®stico apenas ha mejorado tres puntos: del 52% al 55% en hombres, y del 59% al 62% en mujeres, y una parte de esa mejora se debe a otros factores, como un diagn¨®stico m¨¢s temprano.
El sistema sanitario debe revisar las causas de este creciente desajuste entre la escalada de precios y los resultados terap¨¦uticos. La experiencia de las ¨²ltimas d¨¦cadas indica que son muy pocos los f¨¢rmacos que aportan mejoras realmente disruptivas. La mayor¨ªa representan mejoras de las tasas de supervivencia muy limitadas, lo que no impide que los precios fijados sean muy elevados. El problema es que en el momento de su aprobaci¨®n la evidencia sobre sus efectos a largo plazo es insuficiente y, de hecho, estudios internacionales indican que m¨¢s de la mitad de los nuevos tratamientos contra el c¨¢ncer no aportan mejoras sustanciales a medio plazo.
La industria exige que se paguen los medicamentos en funci¨®n del valor que aportan, independientemente del coste de su obtenci¨®n. Con esta estrategia, busca amortizar en el menor tiempo posible la inversi¨®n hecha, resarcirse de los costes de otras investigaciones fallidas y obtener el m¨¢ximo beneficio posible. Con estas premisas, la sanidad brit¨¢nica pagar¨¢ 3,5 millones de euros por cada tratamiento de un nuevo f¨¢rmaco contra una dolencia gen¨¦tica rara. El problema se agrava cuando los potenciales beneficiarios son muchos. Las ¨²ltimas versiones de la terapia Car-T para c¨¢ncer hematol¨®gico se pagan a raz¨®n de 380.000 euros por tratamiento.
El Sistema Nacional de Salud no puede ser reh¨¦n de una l¨®gica que lleva a precios cada vez m¨¢s desorbitados, que desbordan constantemente las previsiones. Muchos pa¨ªses est¨¢n aplicando ya criterios de contenci¨®n que incluyen una remuneraci¨®n variable en funci¨®n de los resultados. En Espa?a tambi¨¦n se aplica en algunos casos, junto a otros mecanismos, pero de momento no est¨¢n logrando frenar la escalada. Es importante establecer un sistema de fijaci¨®n de precios que permita la r¨¢pida incorporaci¨®n de las novedades terap¨¦uticas a unos precios razonables y ajustados a los costes de obtenci¨®n.