Becas para comprar un frac
Por fin, la palabra libertad encuentra el sentido que siempre tuvo en boca del ayusismo: libertad para que los dem¨¢s te paguen la fiesta en casa
Que la Comunidad de Madrid decida que con los impuestos de todos, incluidos los de rentas m¨¢s bajas, un matrimonio que ingrese m¨¢s de 100.000 euros pueda costear el colegio privado de sus hijos (hasta ingresos de 180.000 euros si los hijos son tres) no es una noticia extraordinaria fuera del PP, pues uno de los pilares de acci¨®n del Gobierno auton¨®mico pasa por astillar educaci¨®n y sanidad (donde la lista de espera ya ...
Que la Comunidad de Madrid decida que con los impuestos de todos, incluidos los de rentas m¨¢s bajas, un matrimonio que ingrese m¨¢s de 100.000 euros pueda costear el colegio privado de sus hijos (hasta ingresos de 180.000 euros si los hijos son tres) no es una noticia extraordinaria fuera del PP, pues uno de los pilares de acci¨®n del Gobierno auton¨®mico pasa por astillar educaci¨®n y sanidad (donde la lista de espera ya da por hecho que vas a resucitar) para poder ser rescatadas con dinero privado y ponerlas a cotizar en Bolsa, pero s¨ª dentro, ya que obliga a Alberto N¨²?ez Feij¨®o a tomar partido. Y algo a¨²n mejor: le obliga a responder por qu¨¦ no lo hizo ¨¦l antes en Galicia. No obliga a la oposici¨®n, que ante medidas as¨ª se opone ya no por ideolog¨ªa sino por decencia, sino a la direcci¨®n del PP, que tiene que sacar a su secretaria general Gamarra a decir que las rentas altas tienen derecho a elegir centro. Utilizando una palabra, ¡°libertad¡±, que por fin encuentra el sentido que siempre tuvo en boca del ayusismo: libertad para que los dem¨¢s te paguen la fiesta en casa. Por ejemplo, que los ricos tengan ¡°libertad de elecci¨®n¡±, dice Gamarra, para que sus hijos estudien donde quieran. Que no haya que rehipotecar el chal¨¦ o renunciar a uno de los coches para matricularlos en San Patricio: que si quieren tener educaci¨®n privada sin arriesgar sus bienes privados, puedan hacerlo con dinero p¨²blico. Que tengan esa libertad, la de que no les toquen un solo privilegio. Y que arrimemos el hombro entre todos para que eso no pase.
La noticia es importante fuera de Madrid por una raz¨®n. No es la primera ni ser¨¢ la ¨²ltima vez en la que el PP ¡ª¡°el partido que m¨¢s se parece a Espa?a¡±, seg¨²n recurrente eslogan de sus l¨ªderes¡ª gobierne para beneficiar a una clase extraterrestre en comparaci¨®n a la de la renta media espa?ola (35.497 euros). La diferencia sustancial es que ahora Ayuso pide directamente que esos beneficios corran a cargo de los dem¨¢s. Como dice la secretaria general Gamarra, los impuestos ampl¨ªan sus beneficiarios, como si ser beneficiario de una beca fuese un regalo y no una necesidad. Como si una familia espa?ola necesitada de becas para sus hijos no quisiese cambiarse por una familia con ingresos superiores a 100.000 euros sin derecho a subvenci¨®n. Y que al PP nacional le parezca buena idea, de tal modo que habr¨¢ que preguntarse por qu¨¦ las familias de rentas altas tienen derecho a ayudas p¨²blicas en la educaci¨®n y no en la sanidad, o en las estaciones de esqu¨ª, o directamente en un banco de alimentos administrado por un chef de tres estrellas. Las posibilidades son muchas y tienen de interesantes saber si Feij¨®o lo que hace asintiendo es capear la estrategia de Ayuso o, por el contrario, estar plenamente convencido de ella.
Hace poco, en unas sinceras declaraciones a El Mundo, la presidenta de la Comunidad expres¨® su disgusto por seguir pagando alquiler en Madrid y no poder comprarse una casa tras haberse disparado los precios. Se sumaba as¨ª al lamento de los que tienen mucho pero no tienen todo lo que quieren, algo perfectamente natural: todos lloramos en proporci¨®n a lo que tenemos y ambicionamos. Lo que no se nos ocurre, en estos dramas de ¨¦lite que cada uno arrastra como puede, es que nos compense el Estado. Que la primera herramienta de correcci¨®n de desigualdades, ya irregular de por s¨ª en un mundo lleno de diferencias de clase desde que nacemos, se ponga precisamente al servicio de agrandarlas.