La pandemia lleva el porcentaje de personas que viven con carencias materiales severas a un r¨¦cord del 7,3%

Pobreza y desigualdad no son sin¨®nimos, pero son dos conceptos que est¨¢n estrechamente vinculados y cuya correcci¨®n se ha visto truncada por la pandemia. En 2021, con la actividad a¨²n a medio gas por las sucesivas olas de contagios, el porcentaje de residentes con carencias materiales severas alcanz¨® el 7,3%, frente al 7% del a?o anterior, seg¨²n la ¨²ltima Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), publicada este mi¨¦rcoles. Se trata un porcentaje a¨²n m¨¢s elevado que el anterior m¨¢ximo del 7,1%, que se toc¨® en 2014 provocado por las secuelas de la Gran Recesi¨®n y en niveles de desempleo r¨¦cord.

Esta encuesta ofrece un muestrario de datos para medir las dificultades econ¨®micas que afrontan los hogares espa?oles. En 2021, un 2,3% de la poblaci¨®n, cerca de un mill¨®n de personas, estaba a la vez en situaci¨®n de riesgo de pobreza, sufr¨ªa carencia material y social severa y ten¨ªa una baja intensidad en el empleo (trabaj¨® menos del 20% de horas de las que pod¨ªa).

Hogares con carencias materiales severas son aquellos que no pueden permitirse a la vez realizar determinadas actividades y adquirir ciertos servicios o bienes. Por ejemplo, irse de vacaciones al menos una semana al a?o; comer carne, pollo o pescado al menos cada dos d¨ªas; mantener la vivienda con una temperatura adecuada o afrontar gastos imprevistos. El INE, en esta edici¨®n, ha ampliado el concepto, usando una gama m¨¢s amplia de criterios, y ha incluido tambi¨¦n el porcentaje de personas que vive en hogares con carencia material y social severa. Seg¨²n sus estimaciones, el 8,3% de la poblaci¨®n se re¨²ne bajo este paraguas, un porcentaje que es dos d¨¦cimas menor al a?o previo, aunque los datos de la encuesta muestran que pobreza y desigualdad aumentaron con la pandemia.

Uno de esos datos es la brecha entre el 20% de poblaci¨®n con m¨¢s ingresos y el 20% m¨¢s humilde, que aument¨® por primera vez desde 2014. Es decir, la desigualdad volvi¨® a repuntar. As¨ª tambi¨¦n lo refleja el ¨ªndice de Gini, el coeficiente que mide la desigualdad de los ingresos. En 2021 alcanz¨® los 33 puntos ¨Dconsiderando que 0 es la total igualdad y 100 la m¨¢xima desigualdad¨D, nueve d¨¦cimas m¨¢s que el a?o anterior y la primera subida desde 2013, cuando toc¨® techo (34,7) por los estragos del crac financiero y la crisis de deuda. Desde entonces, hab¨ªa bajado de forma paulatina, en l¨ªnea con la recuperaci¨®n del PIB.

Estos ¨²ltimos indicadores se construyen a partir de los ingresos de 2020, el ejercicio que mejor refleja el golpe econ¨®mico y sanitario de la covid-19. Las medidas para hacer frente a la pandemia ¨Dmaterializadas en cierres de actividad, confinamientos, etc¨¦tera...¨D han infligido un duro rev¨¦s a la actividad, que a¨²n no se ha recuperado del todo, pese el escudo social desplegado por el Gobierno que ha evitado da?os mayores a las rentas de los hogares y al tejido productivo.

La emergencia sanitaria tambi¨¦n ha elevado en siete d¨¦cimas el porcentaje de personas en riesgo de pobreza ¨Dtambi¨¦n considerados los ingresos de 2020¨D hasta el 21,7%, equivalente a m¨¢s de 10 millones de residentes. Se trata del porcentaje m¨¢s elevado en un lustro, que se ha materializado pese al dise?o de mecanismos p¨²blicos como los ERTE o el ingreso m¨ªnimo vital. El incremento ha sido para todas las categor¨ªas de edad, salvo los mayores de 65 a?os, que experimentaron una reducci¨®n de 1,3 puntos. El repunte m¨¢s acusado (1,2 puntos) lo sufri¨® la franja de entre 16 y 65 a?os. ¡°El riesgo de pobreza es un indicador relativo que mide la desigualdad. No mide pobreza absoluta, sino cu¨¢ntas personas tienen ingresos bajos en relaci¨®n con el conjunto de la poblaci¨®n¡±, explica el INE.

De acuerdo con los criterios europeos, el umbral de riesgo de pobreza se fija en el 60% de la mediana de los ingresos por tipo de hogar. Es decir, se divide a la poblaci¨®n en dos tras ordenarla de mayor a menor ingreso y los segmentos que est¨¦n por debajo de ese porcentaje se consideran en peligro. En 2021, el umbral para los hogares de una persona (calculado con datos de ingresos de 2020) fue 9.535 euros, un 0,9% menos que el estimado en el a?o anterior; de 20.024 para familias de dos adultos y dos menores de 14 a?os.

En cambio, el porcentaje de personas que acus¨® alg¨²n tipo de dificultad para llegar a fin de mes se mantuvo estable, con un ligero descenso hasta el 44,9%, mientras que aument¨® la proporci¨®n de residentes que en 2021 afirm¨® terminar el mes con mucha facilidad, de un 2,8% a un 3,8%.

Exclusi¨®n social

Todos estos indicadores sirven para dise?ar la tasa de riesgo de pobreza o exclusi¨®n social Arope (del ingl¨¦s At Risk Of Poverty or Social Exclusion), que creci¨® en 2021 en ocho d¨¦cimas (hasta el 27,8% de la poblaci¨®n), pero sin tocar los m¨¢ximos alcanzados con la Gran Recesi¨®n. Este indicador fue creado por la UE en 2010 para medir la pobreza relativa en Europa, y se confecciona a partir de tres elementos: las personas en riesgo de pobreza, aquellas que sufren carencias materiales y las que tienen baja intensidad en el empleo. Este a?o, el INE aclara que los ¨²ltimos dos componentes han sido modificados.

Si se considera a la poblaci¨®n por tipo de actividad, el 58,6% de los parados estaba en riesgo de pobreza en 2021, frente al 17,9% de los ocupados. En ambos casos, ha habido un incremento de m¨¢s de dos puntos en comparaci¨®n con el a?o anterior.

Un reciente estudio sobre desigualdad publicado por el think tank EsadeEcPol subraya que las franjas m¨¢s humildes y con empleos menos cualificados de la poblaci¨®n a¨²n no hab¨ªan recuperado el nivel de ingresos previo al estallido de la crisis financiera cuando lleg¨® la pandemia. Y apunta a que la emergencia sanitaria no solo ha frenado el proceso de convergencia. Tambi¨¦n ha provocado un aumento en la desigualdad de ingresos.