Defender lo p¨²blico

Ten¨ªa 21 a?os. Recuerdo volver de celebrar la Nochevieja con mis amigos de madrugada y mi madre ya no estaba en casa. Ella, a sus m¨¢s de 50 a?os, se hab¨ªa despertado antes de las 6 de la ma?ana para ir a limpiar los salones y retretes de las fiestas que se hab¨ªan celebrado esa noche. Entonces yo estudiaba una carrera gracias a las becas y al esfuerzo de mis padres, como el de miles de familias. Saqu¨¦ la carrera y hoy, con 30 a?os, cobro 100.000 euros al a?o, esa cifra de la que hablan por la capital de Espa?a. Hoy tengo que ser yo quien convenza a amigos y conocidos de la importancia de que yo...

Ten¨ªa 21 a?os. Recuerdo volver de celebrar la Nochevieja con mis amigos de madrugada y mi madre ya no estaba en casa. Ella, a sus m¨¢s de 50 a?os, se hab¨ªa despertado antes de las 6 de la ma?ana para ir a limpiar los salones y retretes de las fiestas que se hab¨ªan celebrado esa noche. Entonces yo estudiaba una carrera gracias a las becas y al esfuerzo de mis padres, como el de miles de familias. Saqu¨¦ la carrera y hoy, con 30 a?os, cobro 100.000 euros al a?o, esa cifra de la que hablan por la capital de Espa?a. Hoy tengo que ser yo quien convenza a amigos y conocidos de la importancia de que yo pague m¨¢s del 30% de mi salario en impuestos, o que las becas p¨²blicas deben ser para eso, lo p¨²blico y quien realmente lo necesita. Hoy, y cada d¨ªa m¨¢s, mi desapego es mayor, pues yo, fiel defensor de lo p¨²blico, veo que quien m¨¢s deber¨ªa defenderlo apoya a quien no lo hace. Siento que la conciencia social y lo p¨²blico cada vez est¨¢ m¨¢s abandonado por todos nosotros.

Marcos S¨¢nchez. Palma de Mallorca

Siempre nos quedar¨¢¡­

Ante la situaci¨®n actual: guerras, migraciones, crisis sanitarias y econ¨®micas, p¨¦rdida del poder adquisitivo, deuda p¨²blica, miseria¡­ si no tenemos tiempo ni recursos suficientes para cambiar el dudoso futuro, podemos intentar disfrutar, gozar o deleitarnos rememorando el pasado gratificante. Recordando los mejores momentos y experiencias de nuestra vida, como el primer beso, salario, logro deportivo, el nacimiento de los hijos y nietos, las relaciones familiares y sociales¡­ Utilizando el recurso que se contiene en la m¨ªtica frase de Casablanca: ¡°Siempre nos quedar¨¢ Par¨ªs¡±. Porque el pasado nadie nos lo puede quitar.

Fernando Serrano Echeverria. Eibar (Gipuzkoa)

Lamentable

Trabajo como m¨¦dico en un gran hospital madrile?o. Actualmente soy covid positivo. Llevo horas intentando contactar para una cita telef¨®nica para la baja. He seguido una por una las interminables opciones que ofrecen, incluido llamar a la Conserjer¨ªa donde me han iluminado dici¨¦ndome que a ellos esto no les compete, que debo contactar con mi m¨¦dico de atenci¨®n primaria. Al final llegamos siempre a ¡°en estos momentos estamos ocupados, llame m¨¢s tarde¡±. Es lamentable. Y no somos los sanitarios, no podemos llegar a nuestros m¨¦dicos y enfermeros. Hoy por hoy formo parte del sistema, pero, honestamente, no veo la hora de dejar de hacerlo. Estoy cansada y siento verg¨¹enza ajena.

Elvira M. Meli¨¢n. Aravaca (Madrid)

Poderes oscuros

En la entrevista del domingo en EL PA?S, Pedro S¨¢nchez constata la existencia de ¡°poderes oscuros¡± que amenazan el proyecto progresista. Unas p¨¢ginas m¨¢s tarde, un prolijo an¨¢lisis de Sergio. C. Fanjul cita a S. Moyn, seg¨²n el cual la extrema derecha piensa que ¡°(...) el marxismo cultural homogeneiza vastos grupos de oscuros enemigos y les asigna un plan secreto para trastornar la sociedad¡±. Y yo me pregunto en qu¨¦ se diferencian ambas afirmaciones. Quiz¨¢, lo que est¨¦ poniendo en peligro la democracia no sea la existencia de ¡°oscuras¡± conspiraciones por parte de unos y otros, sino la reducci¨®n del debate pol¨ªtico a esquemas simplistas y la falta de un aut¨¦ntico proyecto por parte de nuestros pol¨ªticos.

Javier Maestroju¨¢n. Pamplona