Petro, la oposici¨®n venezolana y el caso ¡°Mon¨®meros¡±
Es cruel el espect¨¢culo que brinda la pol¨ªtica opositora en Venezuela, atenta solamente al esperpento de los di¨¢logos de M¨¦xico, mientras la tragedia humanitaria contin¨²a
El triunfo electoral de Gustavo Petro en Colombia trajo inopinadas consecuencias para la oposici¨®n venezolana, agrupada tras la figura del ¡°presidente interino¡±, Juan Guaid¨®, el valeroso, incansable y pat¨¦ticamente inefectivo subrogado del l¨ªder de ¡°Voluntad Popular¡±, Leopoldo L¨®pez, actualmente en el exilio en Espa?a desde 2019.
El cargo de Guaid¨®, alcanzado merced tecnicismos constitucionales que hace tres a?os lucieron irrefutables a los ojos de Washington, la Uni¨®n Europea y medio centenar de gobiernos del mundo, fue concebido para presidir un Gobierno de transici¨®n seg¨²n un muy puntilloso acuerdo parlamentario entre los principales partidos opositores al r¨¦gimen claramente ileg¨ªtimo de Nicol¨¢s Maduro.
Su todav¨ªa inveros¨ªmil plan de acci¨®n prefiguraba que la tutela de la transici¨®n fuese ejercida por el Alto Mando y la Alta Corte de la cleptocracia madurista hasta desembocar en elecciones presidenciales, libres e internacionalmente supervisadas.
Un pronunciamiento del generalato y una sentencia de los magistrados har¨ªan viables los cambios presididos por Guaid¨®. Todo en un deseable clima de reconciliaci¨®n c¨ªvica. Se vaciar¨ªan las c¨¢rceles pol¨ªticas, la prensa libre servir¨ªa de nuevo a la denuncia de latrocinios y a la circulaci¨®n de las ideas. Regresar¨ªan los exilados.
El pronunciamiento jam¨¢s lleg¨® y el plan L¨®pez ¨Ces justo llamarlo as¨ª¡ªse revino, en abril de 2019, en la bochornosa parodia de una insurrecci¨®n militar que ning¨²n verdadero dem¨®crata venezolano puede hoy recordar sin chasquear los dientes ni mirar al piso. El fiasco tuvo derivaciones sangrientas en la recluta de mercenarios, sangrienta chapuza nunca satisfactoriamente explicada por Guaid¨®.
El reconocimiento internacional del interinato entra?¨® desplegar competencias diplom¨¢ticas y jur¨ªdicas, insoslayables todas en la gesti¨®n de los activos de la naci¨®n en el exterior, primordialmente los petroleros. Tambi¨¦n de lingotes de oro de los que, al parecer, los maduristas no tuvieron noticia a tiempo. Y trujamanes (la palabra no encierra injuria alguna) que recordaron exactamente cu¨¢ntos eran, d¨®nde estaban y qu¨¦ deber¨ªa hacerse para recuperarlos.
Surgieron procuradores, jurisconsultos, fondos de inversi¨®n apoderados de los tenedores de deuda p¨²blica venezolana, directivas ad hoc designadas por Guaid¨® para las dependencias petroleras ultramarinas, bufetes neoyorquinos, etc.
Las sanciones estadounidenses que pesan sobre la petrolera estatal venezolana y sobre los capitostes del r¨¦gimen alentaron en Washington un intenso cabildeo especializado en alivio de sanciones. El funcionariado del interinato vive, desde luego, en el exilio y ha supuesto para Estados Unidos gastos de funcionamiento que, supongo, habr¨¢n de amortizarse cuando llegue la liberaci¨®n.
La historia futura del derecho administrativo latinoamericano tendr¨¢ en las complejidades del interinato de Juan Guaid¨® tema para muchos seminarios de posgrado. En especial aqu¨ª en Colombia, legendaria comarca de juristas de ¡°racamandaca¡± donde, adem¨¢s, se halla ¡°Mon¨®meros¡±, una poderosa planta petroqu¨ªmica colombo-venezolana.
El mism¨ªsimo ¡°canciller¡± del interinato, el doctor Julio Borges, destacado en Bogot¨¢, hubo de apartarse, algo remolonamente, del cargo. Sum¨® as¨ª, al fin, su voz a denuncias que partieron de la misma oposici¨®n: ¡°Mon¨®meros¡± era, y al parecer sigue siendo, vampirizada financieramente por los cuatro partidos de interinato hasta el extremo de llevarla a la quiebra. Todo en menos de un par de a?os.
Frente a las denuncias, tanto el gobierno interino como la Asamblea Nacional que lo design¨® se condujeron como si en verdad fuesen un Ejecutivo y un Legislativo normales en un pa¨ªs latinoamericano ¡°de a de veras¡±: Guaid¨® se mostr¨® apenas preocupado, y emiti¨® desma?ados decretos de reestructuraci¨®n gerencial que nadie acat¨® mientras su Legislativo, elegido en 2015, jugaba b¨¢dminton con las normas de su propia vigencia en un pa¨ªs ya hecho a la duplicaci¨®n de instituciones: presidencias, asambleas, tribunales supremos.
Es cruel el espect¨¢culo que brinda la pol¨ªtica opositora en Venezuela, atenta solamente al esperpento de los di¨¢logos de M¨¦xico, a unas todav¨ªa espejeantes elecciones presidenciales en 2024, mientras la tragedia humanitaria del pa¨ªs y su crisis migratoria no encuentran en los partidos paladines que al menos la mitiguen, sino p¨ªcaros que saquean las empresas p¨²blicas con empe?o comparable al de quienes dicen adversar.
Los fertilizantes, el n¨²cleo del negocio de ¡°Mon¨®meros¡±, escasean hoy en todo el mundo y se anuncian como asunto prioritario en la administraci¨®n de Gustavo Petro. El nuevo Gobierno tomar¨¢, indefectiblemente, cartas en el cenagoso asunto y, quieras que no, conoceremos los nombres y la filiaci¨®n partidista de los responsables.
El caso ¡°Mon¨®meros¡± acrecentar¨¢ a¨²n m¨¢s el descr¨¦dito de los partidos opositores y el des¨¢nimo de millones de venezolanos.
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