?Esa Luz!
Bajo una bombilla de 40 vatios se escribieron novelas, cuentos y poemas muy encomiables, parejos con el hambre
Cuando en la guerra las sirenas anunciaban un inminente bombardeo, si era de noche, toda la ciudad deb¨ªa quedar completamente a oscuras, ya que una sola ventana iluminada pod¨ªa servir de referencia a los pilotos de la aviaci¨®n enemiga. La orden era expeditiva. ?Esa luz!, gritaba alguien muy airado por el hueco de la escalera si alg¨²n vecino de la comunidad se hab¨ªa olvidado de apagarla. Terminada la contienda ese grito tom¨® otro significado. ?Esa luz!, era la orden, no tan dram¨¢tica pero si taxativa, que ahora lanzaban nuestros padres si ve¨ªan que uno sal¨ªa de la habitaci¨®n dejando la luz encendida. Se trataba de una humilde bombilla de 40 vatios. Eran los tiempos duros del pan negro. Pese a todo, bajo aquella luz mortecina, vigilada, racionada, nunca malgastada, aprendimos a leer los ni?os de posguerra y con un flexo rudimentario sobre los libros de texto estudiaron varias generaciones de espa?oles que luego ser¨ªan ingenieros, cient¨ªficos, t¨¦cnicos y altos funcionarios del Estado. Bajo una bombilla de 40 vatios se escribieron novelas, cuentos y poemas muy encomiables, parejos con el hambre. ?Esa luz! Aquella orden que nos daban nuestros padres es la misma que nos da ahora la Uni¨®n Europea. A estas alturas nadie ignora que estamos sufriendo los efectos de una guerra en la que el grito de ?esa luz! es el aviso de que caminamos hacia un futuro muy negro que tal vez deberemos iluminarlo de nuevo con una bombilla de 40 vatios. Y mientras tanto, he aqu¨ª que el telescopio James Webb desde 1,5 millones de kil¨®metros con sus 18 espejos desplegados capta la luz infrarroja que emiten las galaxias m¨¢s lejanas. Una de ellas nos llega desde el espacio m¨¢s profundo del universo a 13.000 millones de a?os atr¨¢s en el tiempo. ?Esa luz!, gritan ahora llenos de euforia los astr¨®nomos, es la luz primigenia, que puede iluminar la oscuridad que nos espera.
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