De la ideolog¨ªa a la biograf¨ªa
El ensimismamiento de parte de la izquierda gobernante se podr¨ªa narrar como un retrato generacional, al punto de haber construido muchas de sus reivindicaciones desde las necesidades vitales de sus dirigentes
Hablaba por aqu¨ª Elvira Lindo de un virus narcisista que afecta a cierta manera de mirar el mundo, que describ¨ªa como ¡°orgullosamente generacional¡±. Se refer¨ªa a ese ensimismamiento que impedir¨ªa a parte de mi generaci¨®n apelar a lo com¨²n y hacer lo que hace la literatura: trascender lo particular para alcanzar lo universal. Porque, ?ay, lo universal! ?Qu¨¦ ha pasado con lo universal? La tesis de Lindo recuerda a la fil¨®sofa ...
Hablaba por aqu¨ª Elvira Lindo de un virus narcisista que afecta a cierta manera de mirar el mundo, que describ¨ªa como ¡°orgullosamente generacional¡±. Se refer¨ªa a ese ensimismamiento que impedir¨ªa a parte de mi generaci¨®n apelar a lo com¨²n y hacer lo que hace la literatura: trascender lo particular para alcanzar lo universal. Porque, ?ay, lo universal! ?Qu¨¦ ha pasado con lo universal? La tesis de Lindo recuerda a la fil¨®sofa Seyla Benhabib, quien habla sobre la renuncia de la izquierda a encarnar ese ideal. Porque lo cierto es que las nuevas clases hegem¨®nicas han tomado el relevo universalista para revivir una ideolog¨ªa neoreaccionaria que tan pronto dispara contra el ecologismo como contra el feminismo o la justicia social. Son los viejos y ostentosos grupos del petr¨®leo, las armas o el carb¨®n, pero tambi¨¦n los pijos medi¨¢ticos a lo Bezos o las nuevas fortunas financieras y bancarias, que huelen la sangre y quieren la presa del universalismo.
El ensimismamiento de parte de la izquierda gobernante se podr¨ªa narrar como una biograf¨ªa generacional, al punto de haber construido muchas de sus reivindicaciones desde las necesidades vitales de sus dirigentes. Es algo com¨²n a toda generaci¨®n, pero f¨ªjense: la necesaria incorporaci¨®n de temas como la precariedad, el paro y los problemas de la ¡°juventud sin futuro¡± a un espacio pol¨ªtico apolillado fue planteado por l¨ªderes j¨®venes que viv¨ªan esos problemas. Despu¨¦s, cuando los ya dirigentes ten¨ªan su sueldo, futuro, v¨¢stagos y familias, los cuidados pasaron a ser el centro de sus pol¨ªticas. Recuerden el Plan Corresponsables del Ministerio de Igualdad, destinado (con justicia) a quienes no pueden desarrollar una carrera profesional exitosa porque, por su rol de g¨¦nero, siguen asumiendo esa labor. Los supuestos valores derivados de la crianza transformar¨ªan un Estado basado en el patriarcado p¨²blico, consolidando, al parecer, un nuevo paradigma cuidador. Incluso la ley trans, reforma estrella del Ministerio, se ha explicado como resultado de una brecha generacional. Hay m¨¢s ejemplos, pero el riesgo para esta izquierda ensimismada que airea con orgullo su propia autodestrucci¨®n electoral quiz¨¢ est¨¦ en esa renuncia evidente a luchar por esos universales, en parte por no trascender las l¨®gicas necesidades biogr¨¢ficas de sus dirigentes.
Mientras, los ultras se atreven hasta con el feminismo, con mujeres como Giorgia Meloni, Roc¨ªo Monasterio o Sarah Palin apropi¨¢ndose c¨ªnicamente de parte de su imaginario. Incluso la conquista de Marine Le Pen de parte del electorado femenino en las presidenciales se fragu¨® desde la aparente defensa de las mujeres trabajadoras, con fotos y discursos junto a las enfermeras que se jugaron la vida en la pandemia. Pero cuando ideales universales como ese se instrumentalizan para propagar la reacci¨®n, ?qu¨¦ hace nuestra izquierda mientras cae en la irrelevancia? Ensimismada en su propia biograf¨ªa, eternamente escuchante, prefiere morir en la inacci¨®n que en el desgaste. @MariamMartinezB