Marine Le Pen: el triunfo del ¡®purplewashing¡¯
El perfil de Twitter de la l¨ªder ultraderechista ofrece pistas sobre c¨®mo ha logrado que la apoyen m¨¢s mujeres que hombres en las ¨²ltimas elecciones presidenciales francesas
Hace unos d¨ªas, la eurodiputada socialista Lina G¨¢lvez analizaba en EL PA?S la ideolog¨ªa profundamente nacionalista y xen¨®foba sobre la que se sostiene el supuesto ¡°feminismo¡± de Marine Le Pen, la candidata ultraderechista a las presidenciales francesas. A las puertas de una segunda vuelta que quit¨® el sue?o a m¨¢s de uno, G¨¢lvez contaba c¨®mo Marine ¡ªas¨ª la llaman sus votantes¡ª hab¨ªa conseguido revertir la brecha de g¨¦nero entre sus bases tras a?os de desdiabolizaci¨®n. ?Se dejar¨ªan engatusar las electoras, como esa mujer que respiraba aliviada en un v¨ªdeo publicado por la l¨ªder extremista en su cuenta de Twitter cuando esta le contest¨® que si es lesbiana y est¨¢ casada con otra mujer pod¨ªa estar tranquila porque no ¡°retirar¨ªa derechos a ning¨²n ciudadano?¡±. La respuesta bien podr¨ªa ser que s¨ª.
Je ne retirerai aucun droit aux Fran?ais. Le mariage pour tous est et restera un acquis si je suis ¨¦lue Pr¨¦sidente de la R¨¦publique. pic.twitter.com/aJ44czowq3
— Marine Le Pen (@MLP_officiel) April 15, 2022
Pese a que las francesas apoyaron en su mayor¨ªa a Macron (57,9% frente al 42,1% de su rival), Reagrupamiento Nacional (RN) recibi¨® proporcionalmente m¨¢s voto femenino que La Rep¨²blica en Marcha, seg¨²n una encuesta del instituto Harris Interractive del pasado domingo. Asimismo, el porcentaje de electoras que consideran a Le Pen ¡°feminista¡± (49%) es mayor que el de quienes piensan lo mismo de Macron (30%), de acuerdo con otro sondeo de Ifop. Como afirma la polit¨®loga Magali Della Sudda en un reciente art¨ªculo, estas elecciones han confirmado ¡°la conquista del electorado femenino¡± por parte de una extrema derecha que ha cosechado el mejor resultado de su historia. El purplewashing (un lavado de imagen del feminismo) funciona en las urnas. Pero no se trata solo de un feminacionalismo al estilo de Zemmour, Vox o de la derecha alternativa estadounidense, que refleja muy bien Julia Ebner en La vida secreta de los extremistas (Temas de Hoy), sino m¨¢s bien de una operaci¨®n de fraude feminista mucho m¨¢s sutil. Como explica Della Suda, Le Pen ha aprovechado la crisis de los chalecos amarillos para operar un cambio de estrategia y aparecer como ¡°la defensora de las mujeres trabajadoras¡±.
Basta un breve repaso al Twitter de la pol¨ªtica para asomarse a esta nueva imagen: fotos rodeada de enfermeras a las que promete la Luna, a sabiendas de que ninguna de sus propuestas se acerca de forma realista al objetivo de revalorizar esa profesi¨®n; selfis con mujeres j¨®venes ¨Dtotalmente ausentes de los m¨ªtines de su padre Jean-Marie, donde apenas hab¨ªa presencia femenina¨D o v¨ªdeos donde confiesa sus dificultades como madre soltera a cargo de tres hijas. Un ejercicio al que se aventur¨® tambi¨¦n, pero sin ¨¦xito, su principal competidor, ?ric Zemmour, cuyos discursos mis¨®ginos y retr¨®grados llevan 25 a?os impregnando el espacio medi¨¢tico franc¨¦s.
Merci ¨¤ toutes les Fran?aises, belles, libres et fi¨¨res, qui se l¨¨vent pour d¨¦fendre notre beau pays ! #MarinePr¨¦sidente pic.twitter.com/Urv7VDdGec
— Marine Le Pen (@MLP_officiel) April 15, 2022
? toutes ces Fran?aises, ces mamans qui se battent seules, je tiens ¨¤ vous dire que vous pourrez compter sur moi. Vous ¨ºtes des h¨¦ro?nes du quotidien ! ???? pic.twitter.com/0XfVen9dpQ
— Marine Le Pen (@MLP_officiel) April 16, 2022
La estafa ya hab¨ªa empezado a?os antes, al alejarse de la herencia del partido que fund¨® su padre, ese gran humanista que llam¨® a las mujeres a ¡°asumir su funci¨®n de reproductoras¡± cuando en 2014 el Gobierno del PP cuestion¨® el derecho al aborto en Espa?a. Pero se aceler¨® de forma notable y se hizo m¨¢s visible despu¨¦s de que Twitter cerrara en enero de 2021 la cuenta de Donald Trump tras el asalto de sus partidarios al Capitolio. Si comparamos su estrategia en esta red social, donde la siguen 2,8 millones de personas, durante la campa?a de 2017 y en estos comicios, el giro es radical. Tanto como el cambio de imagen conseguido en los ¨²ltimos a?os, de candidata ultra a presidenciable. Antes, lo que le interesaba era aparecer como la candidata antisistema. Poco importaba el tono o el contenido de odio de sus tuits. Pero el riesgo de correr la misma suerte que su ¨ªdolo la ha obligado a adoptar un tono m¨¢s pol¨ªticamente correcto y a acudir a otras plataformas, como Telegram, Snapchat o TikTok, a la vez que trataba de reconstruir las p¨¦simas relaciones de su partido con la prensa.
La suspension du compte de Trump, la purge des g¨¦ants du num¨¦rique contre ses partisans, devraient indigner tout citoyen attach¨¦ ¨¤ la d¨¦mocratie.
— Marine Le Pen (@MLP_officiel) January 9, 2021
O¨´ s¡¯arr¨ºtera ce contr?le de toute opinion dissidente ? Qui, demain, sera effac¨¦ num¨¦riquement sans possibilit¨¦ de se d¨¦fendre ? MLP pic.twitter.com/iDdtD3yryS
Un tono que, de haber sido elegida presidenta, probablemente no hubiese mantenido mucho tiempo. En el apartado del programa dedicado al mundo digital, Le Pen promete que las grandes tecnol¨®gicas ¡°ya no podr¨¢n imponer sus reglas sobre los contenidos que difunden¡± en funci¨®n de ¡°una cultura extranjera¡± que distorsiona el debate p¨²blico. Y es que no hay que perder de vista que en RN siempre est¨¢, por un lado, el discurso de fachada basado en la desdiabolizaci¨®n con el claro objetivo de conquistar el poder y, por otro, el programa que dictar¨ªa la pol¨ªtica del Gobierno, como se ha podido ver con claridad estas ¨²ltimas semanas en materia de pol¨ªtica exterior (la salida de la UE enmascarada en ¡°la Europa de las naciones¡±) o respecto a las medidas para mejorar la vida de las mujeres (limitadas al marco de la familia y de la inmigraci¨®n). Una estrategia que le ha permitido a Le Pen lograr la estafa feminista del siglo.
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