Pek¨ªn, f¨¢brica de independentistas
La soluci¨®n al rompecabezas de la pluralidad nacional no cabe en las mentes autocr¨¢ticas, sean chinas o rusas
Con la lupa sobre Nancy Pelosi, tal como a Xi Jinping le conviene, se pierde cualquier visi¨®n del paisaje que enfrenta a la China del partido ¨²nico con Estados Unidos. Conocemos en Espa?a por experiencias muy recientes c¨®mo los nacionalismos de cualquier signo son propensos a enmara?arse en un c¨ªrculo vicioso que radicaliza las posiciones, excita las identidades excluyentes y conduce a conflictos sin salida. Si esto sucede en democracia y en la Europa de las libe...
Con la lupa sobre Nancy Pelosi, tal como a Xi Jinping le conviene, se pierde cualquier visi¨®n del paisaje que enfrenta a la China del partido ¨²nico con Estados Unidos. Conocemos en Espa?a por experiencias muy recientes c¨®mo los nacionalismos de cualquier signo son propensos a enmara?arse en un c¨ªrculo vicioso que radicaliza las posiciones, excita las identidades excluyentes y conduce a conflictos sin salida. Si esto sucede en democracia y en la Europa de las libertades y el derecho, qu¨¦ no suceder¨¢ cuando uno de los nacionalismos, sea ruso o chino, est¨¢ impulsado por un expansionismo imperial, dirigido por un Gobierno autocr¨¢tico y dispuesto a recurrir a las armas ante el menor obst¨¢culo que surja en el camino.
En el caso de China, esta din¨¢mica perversa se enfrenta con el dogma de la unicidad, al que debe someterse todo el mundo so pena de justificar la reacci¨®n m¨¢s virulenta de quienes lo han instituido. Que China sea una sola y ¨²nica no parece que pueda molestar a nadie, a menos que tal enunciado se convierta en la bandera con la que se anulan libertades, se invaden pa¨ªses, se somete a minor¨ªas y se encarcela a disidentes. Una sola China podr¨ªa ser compatible con un Hong Kong que conservara las libertades anuladas por el r¨¦gimen de Pek¨ªn. Tambi¨¦n podr¨ªa ser compatible con la libertad de culto y religi¨®n en Xinjiang, donde los aut¨®ctonos uigures son minorizados, asimilados y despose¨ªdos de su lengua, su cultura y su identidad. Una China unida ser¨ªa incluso compatible con un T¨ªbet autogobernado, tal como pide el Dalai Lama, aunque las autoridades de Pek¨ªn lo tachen de separatista.
Nada facilitar¨ªa tanto que China fuera una sola como el regreso a la diplomacia y la pol¨ªtica y la renuncia a la imposici¨®n y a la fuerza a la hora de organizar el r¨¦gimen pol¨ªtico. A nadie debe extra?ar la aversi¨®n de los taiwaneses a la anexi¨®n por parte de China detectada por los sondeos de opini¨®n, tras las amargas experiencias de hongkoneses, uigures y tibetanos bajo la dictadura del Partido Comunista, aut¨¦ntica e irremediable f¨¢brica de independentistas de todos los colores y nacionalidades, temerosa del m¨¢s m¨ªnimo pluralismo y de la m¨¢s sutil divergencia que pueda erosionar su f¨¦rreo y policial monopolio del poder p¨²blico.
La soluci¨®n al rompecabezas no cabe en la mente de los aut¨®cratas. Los de Pek¨ªn y los de Mosc¨². Se llama democracia y, trat¨¢ndose de inmensos pa¨ªses, se llama tambi¨¦n federalismo. Son perfectamente posibles una sola China e incluso una sola Rusia donde quepan territorios y gentes que ahora se sienten oprimidos y expulsados, a condici¨®n de que el modelo no sea el de los viejos imperios desp¨®ticos de los Qing o de los Romanov, sino el imperio del Estado de derecho, la cooperaci¨®n multilateral y la democracia. Hay un espejo donde mirarse y se llama Uni¨®n Europea.