Cartes, un activo t¨®xico
La vida p¨²blica latinoamericana se cursa en los tribunales. Esta peste es una de las ra¨ªces de la inestabilidad de la democracia en la regi¨®n
La corrupci¨®n se ha transformado en una deformaci¨®n sist¨¦mica de Am¨¦rica Latina. Por su extensi¨®n y su arraigo trasciende la esfera moral, penal y econ¨®mica. Es una variable principal de la lucha pol¨ªtica. El campo de la batalla por el poder en casi toda la regi¨®n.
El caso m¨¢s estridente se est¨¢ desarrollando en Paraguay. No es novedoso que en ese pa¨ªs afloren irregularidades. Sin ir m¨¢s lejos, la calificadora de riesgos Moody¡¯s elev¨® a la econom¨ªa paraguaya de la categor¨ªa ¡°estable¡± a ¡°positiva¡±. Es la antesala para coronarle con el ¡°grado de inversi¨®n¡±. Sin embargo, la agencia aclar¨® ...
La corrupci¨®n se ha transformado en una deformaci¨®n sist¨¦mica de Am¨¦rica Latina. Por su extensi¨®n y su arraigo trasciende la esfera moral, penal y econ¨®mica. Es una variable principal de la lucha pol¨ªtica. El campo de la batalla por el poder en casi toda la regi¨®n.
El caso m¨¢s estridente se est¨¢ desarrollando en Paraguay. No es novedoso que en ese pa¨ªs afloren irregularidades. Sin ir m¨¢s lejos, la calificadora de riesgos Moody¡¯s elev¨® a la econom¨ªa paraguaya de la categor¨ªa ¡°estable¡± a ¡°positiva¡±. Es la antesala para coronarle con el ¡°grado de inversi¨®n¡±. Sin embargo, la agencia aclar¨® que ese nivel solo podr¨¢ ser alcanzado cuando se regenere la cultura administrativa y se combata el lavado de dinero. La modernizaci¨®n econ¨®mica choca contra el l¨ªmite moral.
Aun sobre este tel¨®n de fondo de larga duraci¨®n, llama la atenci¨®n la peripecia que rodea a Horacio Cartes, quien presidi¨® Paraguay entre 2013 y 2018. L¨ªder de una poderosa facci¨®n del Partido Colorado, que sigue en el poder, Cartes fue crucificado por el Gobierno de Estados Unidos. El ¨²ltimo 22 de julio, el secretario de Estado Antony Blinken anunci¨® que se le hab¨ªa suspendido la visa norteamericana al expresidente y a sus hijos adultos: Juan Pablo Cartes Monta?a, Sof¨ªa Cartes Monta?a y Mar¨ªa Sol Cartes Monta?a. La noticia fue divulgada en Asunci¨®n, durante una conferencia de prensa, por el embajador estadounidense Marc Ostfield. El acusado se suma a una lista corta, en la que figuraban ya dos expresidentes en las mismas condiciones: el ecuatoriano Abdala Bucaram y el hondure?o Orlando Hern¨¢ndez.
El comunicado del Departamento de Estado califica a Cartes como corrupto; le atribuye obstruir una investigaci¨®n referida a s¨ª mismo y a un ignoto ¡°socio criminal¡±; y le imputa estar vinculado con organizaciones del terrorismo transnacional. Aun cuando la declaraci¨®n se refiere de ¡°relaciones documentadas¡± con esas redes, las autoridades estadounidenses no aportaron ning¨²n detalle sobre los delitos que se le imputan al expresidente y su familia.
Esa falta de informaci¨®n se cubri¨®, sobre todo en Asunci¨®n, con una hip¨®tesis. Las presuntas conexiones de Cartes con integrantes de organizaciones iran¨ªes, o protegidas por Ir¨¢n, declaradas terroristas por las autoridades norteamericanas. Esta suposici¨®n se sostuvo en un hecho reciente. El 6 de junio aterriz¨® en Buenos Aires un avi¨®n Boeing de la empresa venezolana Emtrasur. La aeronave hab¨ªa pertenecido a la iran¨ª Mahan Airlines. A bordo de ella hab¨ªa cinco iran¨ªes y 14 venezolanos. El motivo expl¨ªcito del vuelo fue transportar autopartes desde Quer¨¦taro, en M¨¦xico, hasta C¨®rdoba, en la Argentina.
Los iran¨ªes justificaron su presencia en la necesidad de entrenar a los profesionales venezolanos en el manejo del Boeing. Sin embargo, la justicia argentina retuvo el pasaporte de tres venezolanos y de cuatro iran¨ªes, para investigar si no est¨¢n relacionados con alguna organizaci¨®n terrorista. Por ejemplo, con la Fuerza Revolucionaria Iran¨ª o con Hezbol¨¢, a las que estar¨ªa conectado el piloto e instructor Gholamreza Ghasemi. Debe recordarse la insistencia con la que, desde el aparato de inteligencia norteamericano, se denuncia que el r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro protege a militantes de Hezbol¨¢.
Hay hilo que lleva desde ese Boeing venezolano-iran¨ª hasta Cartes. Es el vuelo que realiz¨® ese mismo avi¨®n el 13 de mayo, entre Paraguay y Aruba, para transportar una carga de cigarrillos de la empresa tabacalera Tabacalera del Este S. A., que pertenece al l¨ªder colorado. Esta operaci¨®n comercial le sirvi¨® al vicepresidente de Paraguay, Hugo Vel¨¢zquez, para asociar a Cartes con el terrorismo internacional. Y Ren¨¦ Fern¨¢ndez, el ministro anticorrupci¨®n, pidi¨® que se inicie una investigaci¨®n por lavado de dinero.
A Cartes se le adjudica tener controlada la frontera de Paraguay para sus operaciones comerciales. A partir de ese dato, las imputaciones se ramifican. Unos le atribuyen gestionar el contrabando hacia Brasil a trav¨¦s de la mafia de Primer Comando Capital, que domina las c¨¢rceles de San Pablo y de Paraguay. Otros extienden sus vinculaciones hacia la triple frontera de la Argentina, Paraguay y Brasil, una regi¨®n observada por el espionaje internacional desde hace d¨¦cadas por las actividades que all¨ª realizar¨ªan c¨¦lulas del fundamentalismo isl¨¢mico.
Las relaciones entre Cartes y las tramas delictivas de Brasil son antiguas. En 2019 hasta se le lleg¨® a pedir la prisi¨®n en ese pa¨ªs por sus negocios con Dar¨ªo Messer, uno de los principales cambistas investigados en el caso Lava Jato. Los abogados del paraguayo lograron que se revocara esa sanci¨®n. De todos modos, el expresidente no sale del pa¨ªs, por temor a ser capturado en el extranjero. El Departamento de Estado ya hab¨ªa prohibido, en 2019, el ingreso a los Estados Unidos a dos allegados de Cartes: el exsenador ?scar Gonz¨¢lez Daher y el exfiscal de Estado Javier D¨ªaz Ver¨®n.
Sobre esta informaci¨®n resbaladiza, referida a un personaje oscuro como Cartes, est¨¢ transitando la disputa interna del Partido Colorado. El pr¨®ximo 18 de diciembre habr¨¢ elecciones primarias en todo el pa¨ªs. En el oficialismo se enfrentan el presidente actual, Mario Abdo Ben¨ªtez, que apadrina como postulante a su vicepresidente, Vel¨¢zquez. Enfrentado a ellos est¨¢ Cartes y su ahijado, el exministro de Econom¨ªa Santiago Pe?a. La sucesi¨®n presidencial se va a decidir en los comicios del 30 de abril del a?o pr¨®ximo.
La guerra colorada se traslada al Congreso. All¨ª los diputados alineados con Abdo intentar¨¢n, por en¨¦sima vez, iniciar juicio pol¨ªtico a la fiscal general Sandra Qui?onez. Le reprochan no investigar los delitos adjudicados a Cartes. Como es de esperar, los legisladores de Cartes bloquean su destituci¨®n.
El expresidente paraguayo se ha convertido en un activo t¨®xico a escala regional. El s¨¢bado pasado lleg¨® hasta su casa, en un vuelo rel¨¢mpago, Andr¨®nico Luksic. Es uno de los empresarios m¨¢s poderosos de Chile, propietario de una de las mayores fortunas del planeta. Luskic llev¨® a Asunci¨®n rodeado de una comitiva. Se encerr¨® en la mansi¨®n de Cartes, un chalet amurallado del barrio Carmelitas, interesado en conocer las acusaciones de los Estados Unidos que llevaron a la suspensi¨®n de la visa. Luksic es socio de Cartes en el negocio de distribuci¨®n de bebidas y de gas en Paraguay.
La otra figura regional que est¨¢ inquieta por la sombr¨ªa peripecia de este controvertido paraguayo es Mauricio Macri, quien gobern¨® la Argentina en la misma ¨¦poca. El kirchnerismo, enemigo ac¨¦rrimo de Macri, est¨¢ utilizando la ca¨ªda en desgracia de Cartes para descalificarle. La lupa est¨¢ puesta en una visita que realiz¨® Macri a Cartes, en el avi¨®n del empresario, durante la pandemia, cuando hab¨ªa restricciones para esos movimientos.
La fulminante acusaci¨®n de Blinken contra el l¨ªder paraguayo plantea tambi¨¦n una inc¨®gnita geopol¨ªtica. Paraguay mantiene una amistad hist¨®rica con Taiw¨¢n, que adquiere relevancia en el contexto de gran rivalidad entre Washington y Pek¨ªn. El pa¨ªs es, adem¨¢s, el elegido para los planes del Comando Sur de establecer una base militar en Sudam¨¦rica. Se desplegar¨ªa en la localidad de Mariscal Estigarribia.
Cartes es uno entre tantos. En Brasil, Lula da Silva pudo volver a postularse porque el Supremo Tribunal Federal anul¨® las causas que lo hab¨ªan llevado tras las rejas por incorrecciones procesales. Es imposible saber si, hace cuatro a?os, Jair Bolsonaro lleg¨® a la presidencia gracias a esa reclusi¨®n que dej¨® a su rival fuera de carrera. El juez que apres¨® a Lula, Sergio Moro, fue ministro de Justicia del triunfador. Ahora disputa una banca en el Senado.
En Buenos Aires un tribunal oral juzga a Cristina Kirchner por las manipulaciones en el sistema de obra p¨²blica. Est¨¢ pagando una cuenta que, en alguna medida, le es ajena: la de las irregularidades cometidas por su esposo fallecido, el expresidente N¨¦stor Kirchner, en el manejo de las contrataciones del Estado. El fiscal que la tiene acorralada pasa largas horas enumerando acusaciones frente a los canales de TV. Ella lo recus¨® porque aparecieron fotos de ese funcionario y de uno de los jueces del tribunal, confraternizando en partidos de f¨²tbol en la casa de Macri, el principal rival de la acusada.
Parece ser la misma saga judicial. Cambian los pa¨ªses. Cambian los nombres. La vida p¨²blica latinoamericana se cursa en los tribunales. Curarse de esta peste se ha vuelto m¨¢s urgente, porque es una de las ra¨ªces de la inestabilidad de la democracia en la regi¨®n.
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