La ajustada victoria del Partido Colorado en Paraguay desaf¨ªa la gobernabilidad
El triunfo del candidato del partido colorado, por solo 3,73 puntos, no es una buena noticia para Paraguay, un pa¨ªs propenso a grandes crisis de gobernabilidad
El Partido Colorado, amo y se?or de la pol¨ªtica paraguaya durante los ¨²ltimos 70 a?os, sufri¨® m¨¢s de los que esperaba en las elecciones del pasado domingo. Su candidato, Mario Abdo Ben¨ªtez, esper¨® durante horas el final del recuento de votos, que termin¨® con la victoria m¨¢s ajustada de los colorados desde el regreso a la democracia en 1989: Abdo venci¨® con un 46,46% de los votos, frente al 42,73% obtenido por su contrincante, el liberal Efra¨ªn Alegre.
Mientras esperaba el recuento final, Abdo ve¨ªa c¨®mo su oponente se le acercaba d¨¦cima a d¨¦cima hasta quedar apenas cuatro puntos por debajo. El conteo fue una pesadilla para los cientos de seguidores del Partido Colorado que se acercaron a la sede de la formaci¨®n, en el centro de Asunci¨®n, y que hab¨ªan confiado en la c¨®moda victoria que anticipaban los sondeos. El triunfo de su candidato, por solo 3,73 puntos, no es una buena noticia para Paraguay, un pa¨ªs propenso a grandes crisis de gobernabilidad.
Alegre, presidente del tradicional Partido Liberal Radical Aut¨¦ntico, estuvo cerca de alcanzar el milagro. Debi¨® su buena estrella a la reedici¨®n de la alianza con Fernando Lugo, la misma que en 2008 convirti¨® al exobispo en el primer no colorado en ganar una elecci¨®n en siete d¨¦cadas. Estuvo cerca, pero el arrastre de los votos de la formaci¨®n de izquierda que lidera Lugo, el Frente Guas¨², no fue suficiente.
Esa izquierda, sin embargo, se ha hecho m¨¢s fuerte. La conformaci¨®n final del Congreso demorar¨¢ dos semanas, pero los primeros datos oficiales anticipan que el Frente Guas¨² tendr¨¢ al menos seis bancas en el Senado, una m¨¢s que en la anterior legislatura. Al frente de este conglomerado de fuerzas progresistas estar¨¢ Lugo, actual presidente del Senado, quien renov¨® su cargo el pasado domingo. Adem¨¢s se prev¨¦ que los liberales, el segundo gran partido tradicional de Paraguay, mantengan los 13 asientos que ya ocupan en la C¨¢mara.
Necesidad de acuerdos
Hasta d¨®nde sufrir¨¢ el Partido Colorado este nuevo mapa pol¨ªtico est¨¢ por verse. Lo que qued¨® claro con los resultados de las presidenciales del domingo es que ya no podr¨¢ gobernar en la comodidad de aquel que se siente imbatible. Abdo ha tomado nota del resultado. Lo dej¨® claro en su primer discurso tras el triunfo, ante cientos de colorados euf¨®ricos: ¡°Hemos construido un proyecto decente y el pueblo vot¨® por la unidad y no por la divisi¨®n del Paraguay. Ser¨¦ un factor de unidad¡±. Esa unidad deber¨¢ ser, antes que cualquier otra, la de su propio partido. El domingo temprano, antes de votar, Abdo aclar¨® que no tiene pensado sumar a su Gobierno a ministros de las filas opositoras. Y por la noche agradeci¨® con ¨¦nfasis al presidente Horacio Cartes, su enemigo declarado en dentro del partido y cuya falta de apoyo pudo haber sido determinante en el magro resultado colorado.
Con el triunfo en la mano, los colorados tienen ahora la dif¨ªcil tarea de ponerse de acuerdo, sin olvidar que casi pierden la presidencia. ¡°El resultado se?ala la necesidad fundamental de un di¨¢logo pol¨ªtico en procura de la gobernabilidad, m¨¢s a¨²n cuando tenemos desaf¨ªos muy urgentes, como reducir la pobreza, elevar la calidad del gasto social y fortalecer las instituciones¡±, afirma el polit¨®logo Jos¨¦ Mar¨ªa Costa.
En Paraguay la transici¨®n de un Gobierno a otro es muy larga, casi cuatro meses, y Abdo tiene hasta agosto para cerrar acuerdos internos. Puede jugar a su favor que tiene sangre de la m¨¢s alta estirpe stronista. Su padre fue la mano derecha de Alfredo Stroessner (1954-1989) durante m¨¢s de tres d¨¦cadas y la memoria del dictador tiene a¨²n mucho peso sobre la dirigencia partidaria. Pero, al mismo tiempo, el nuevo presidente puede mostrarse a sus 46 a?os como un hombre de la democracia, ajeno la etapa m¨¢s oscura del terrorismo de Estado, porque era poco m¨¢s que un adolescente cuando termin¨® el r¨¦gimen militar.
Abdo deber¨¢ tambi¨¦n plantear estrategias ante las principales demandas sociales, como la lucha contra la desigualdad y la pobreza, la corrupci¨®n end¨¦mica de la clase pol¨ªtica y el descr¨¦dito del Poder Judicial. Tendr¨¢, en el fondo, que lograr que la gente vuelva a confiar en la pol¨ªtica. El voto es obligatorio en Paraguay, bajo amenaza de multas, pero en estas elecciones fue a las urnas poco m¨¢s del 60% de la poblaci¨®n.
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