Nuevo martirio en Gaza
La guerra soterrada de Israel con Ir¨¢n y sus aliados palestinos, conjugada con la estrategia electoral de Lapid, se cobra un alto precio en vidas de civiles en la Franja
Gaza vive y muere entre dos fuegos. El ajuste de cuentas a gran escala que las Fuerzas Armadas de Israel y las Brigadas Al Quds, brazo militar de la Yihad Isl¨¢mica palestina, han librado en Gaza durante el pasado fin de semana se ha cobrado un alto coste en vidas de civiles entre las 44 v¨ªctimas, que incluyen a 15 menores, contabilizadas en la Franja mediterr¨¢nea. Tres jornadas de bombardeos masivos sirvieron a las fuerzas israel¨ªes para descabezar a la segunda milicia islamista del enclave. La Yihad Isl¨¢mica opera al margen de la sociedad gazat¨ª, como un agente regional de Ir¨¢n, que est¨¢ enfrentado en una guerra soterrada con Israel mientras negocia con Estados Unidos y las grandes potencias la reactivaci¨®n del acuerdo nuclear suscrito en 2015. Su respuesta al ataque preventivo israel¨ª y al asesinato selectivo de sus comandantes militares, con el disparo de m¨¢s de 1.200 cohetes, apenas ha causado da?os personales, aunque ha desencadenado las alarmas hasta en Tel Aviv y Jerusal¨¦n.
El movimiento de resistencia isl¨¢mica Ham¨¢s, hegem¨®nico en Gaza desde hace tres lustros, se ha mantenido al margen de las hostilidades. Esa deriva pragm¨¢tica nace de sus responsabilidades de poder sobre los 2,3 millones de palestinos enclaustrados en una estrecha banda costera, de los que un 80% depende de la ayuda internacional para subsistir. Considerado, al igual que la Yihad Isl¨¢mica, como grupo terrorista por Israel, EE UU y la UE, Ham¨¢s se ha convertido en un interlocutor cada vez m¨¢s ineludible. Devastada tras cuatro guerras abiertas e incontables escaramuzas b¨¦licas, la Franja palestina precisa de un urgente programa de reconstrucci¨®n econ¨®mica para dejar de ser un territorio inhabitable, con escasas horas de electricidad al d¨ªa y sin apenas agua potable, como ha sido definido por la ONU.
Tras el alto el fuego en vigor desde la noche del domingo, acatado por ambas partes gracias a la mediaci¨®n de Egipto, el primer ministro en funciones de Israel, el centrista Yair Lapid, ha repuntado en las encuestas de intenci¨®n de voto. A la asimetr¨ªa de las fuerzas enfrentadas y la habitual desproporci¨®n de sus reacciones militares, Israel ha sumado ahora una nueva ret¨®rica de diplomacia p¨²blica para achacar a las milicias palestinas parte de las muertes de civiles, como las de cuatro chicos de un mismo clan familiar, a causa de fallos en el lanzamiento de cohetes. Pero ni la estrategia geopol¨ªtica frente a Ir¨¢n, ni mucho menos las t¨¢cticas electorales, justifican el martirio cr¨®nico de los habitantes de Gaza. Las m¨¢s de cuatro decenas de muertos, en su mayor¨ªa civiles inocentes, los casi cuatro centenares de heridos y las decenas de casas destruidas en el depauperado enclave mediterr¨¢neo han sido el exorbitante precio que se han cobrado unas maniobras en la escena internacional y de pol¨ªtica interna ejecutadas en la oscuridad.
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