Yihadistas pertinaces
Cinco a?os despu¨¦s de los atentados de Barcelona y Cambrils, la amenaza del terrorismo islamista sigue presente entre nosotros, aunque en estos momentos se nos olvide con facilidad
A inicios de este mes de agosto, en el que se cumplen cinco a?os desde los atentados de 2017 en Barcelona y Cambrils, qued¨® por en¨¦sima vez de manifiesto que el yihadismo persiste en Espa?a. Un combatiente terrorista extranjero fue detenido en Matar¨® (Barcelona) a su retorno de Siria a trav¨¦s de la ruta de los Balcanes. Aquellos atentados en Catalu?a tuvieron lugar en el contexto de un ins¨®lito ciclo de movilizaci¨®n yihadista en Europa Occidental que dur¨® desde 2012 hasta 2019 y fue promovido desde Siria e Irak, sobre todo por Estado Isl¨¢mico, pero tambi¨¦n por entidades relacionadas con Al Qaeda. Uno de los corolarios diferidos de este ciclo de movilizaci¨®n yihadista es ahora el retorno de una parte de los varios miles de individuos que durante ese periodo se desplazaron desde numerosos pa¨ªses europeos a Siria para incorporarse a esas organizaciones, recibir entrenamiento y combatir en sus filas.
Estos retornados son solo una parte del rango de actores que en la actualidad configuran la realidad del yihadismo dentro de Espa?a. Porque, a pesar del tiempo transcurrido desde los actos de terrorismo perpetrados por miembros de la c¨¦lula de Ripoll y cuando otros importantes problemas p¨²blicos m¨¢s manifiestos preocupan a los ciudadanos espa?oles, los yihadistas contin¨²an pertinaces entre nosotros, aunque en estos momentos se nos olvide con facilidad. El yihadismo ha persistido en Espa?a durante tres d¨¦cadas, con notables fluctuaciones y cambios, pero sin soluci¨®n de continuidad. Su penetraci¨®n ocurri¨® a mediados de los noventa, con el establecimiento en Madrid y en Valencia de sendas c¨¦lulas de, respectivamente, Al Qaeda y el Grupo Isl¨¢mico Armado argelino. Y aqu¨ª sigue desde entonces con mayor o menor intensidad, por lo que con mayor o menor intensidad sigue su amenaza terrorista.
Ahora bien, los combatientes terroristas extranjeros son uno de los varios exponentes de esta amenaza, aunque uno perturbador. Por una parte, se trata de individuos con habilidades especiales como agentes de radicalizaci¨®n. Por otra, pueden emprender c¨¦lulas o redes dispuestas a atentar, as¨ª como vincularlas con los mandos centrales de organizaciones yihadistas en zonas de conflicto. Esto lo conocemos bien en Espa?a. Entre los implicados en la red del 11-M hubo al menos tres ¡ªpero es muy posible que fueran cuatro¡ª que hab¨ªan sido combatientes terroristas extranjeros en Bosnia y Afganist¨¢n, incluyendo al propio cerebro de los atentados. El enlace de la c¨¦lula de Ripoll con la divisi¨®n de operaciones externas de Estado Isl¨¢mico se canaliz¨®, a trav¨¦s de un epicentro en B¨¦lgica, mediante combatientes terroristas extranjeros facultados para guiar y supervisar la preparaci¨®n de atentados.
Otro exponente de la amenaza yihadista que contin¨²a en Espa?a es el de los llamados actores solitarios. Estos son individuos que intentan atentar por su propia cuenta, ¨²nicamente instigados por las proclamas de los l¨ªderes de Estado Isl¨¢mico o Al Qaeda. En lo que va de 2022, cuatro individuos con ese perfil, en alg¨²n caso pertrechados de armas blancas o de fuego, han sido detenidos en Ceuta, Las Rozas (Madrid), Vespella de Gaia y M¨®ra d¡¯Ebre (Tarragona) y Roquetas de Mar (Almer¨ªa). No han pasado por procedimientos selectivos de reclutamiento, y los problemas de salud mental son frecuentes entre ellos, por lo que a veces se recela de su radicalizaci¨®n efectiva. Por eso pas¨® inadvertido para buena parte de la opini¨®n p¨²blica el ¨²ltimo atentado yihadista en Espa?a, cometido por un actor solitario de nacionalidad marroqu¨ª en septiembre del pasado a?o en Torre-Pacheco (Murcia), que caus¨® un muerto y cuatro heridos.
Ahora bien, no todos los individuos radicalizados y sin embargo no afiliados a una determinada entidad yihadista se mueven en solitario. Hay quienes lo hacen en compa?¨ªa de otros de su misma mentalidad, aunque en el seno de c¨¦lulas o grupos solo inspirados por las actividades y la propaganda de entidades yihadistas en Oriente Pr¨®ximo, el sur de Asia y el norte de ?frica. En este supuesto encajar¨ªan los seis paquistan¨ªes detenidos en febrero y junio ¡ªsiempre del a?o en curso¡ª en Barcelona, L¡¯Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Girona, Granada y ?beda (Ja¨¦n). Ten¨ªan relaci¨®n con otros paquistan¨ªes residentes en Italia y colaboraban en promover entre las comunidades de origen paquistan¨ª en Espa?a la narrativa yihadista y las pr¨¢cticas de vigilancia religiosa propias de Tehreek-e-Labbaik Pakistan. Seguidores de este movimiento han planeado y ejecutado actos de terrorismo en Pakist¨¢n y en Francia.
?Significa esto que en el panorama actual del yihadismo en Espa?a no se aprecian militantes activos en c¨¦lulas o redes pertenecientes a organizaciones yihadistas con base en regiones inestables del mundo isl¨¢mico y dirigidas jer¨¢rquicamente desde sus directorios? En modo alguno, como tambi¨¦n ha quedado de manifiesto este mismo a?o. En febrero, dos libios y una marroqu¨ª fueron detenidos en Barcelona, Girona y Valencia por su pertenencia a una c¨¦lula especializada en m¨¦todos complejos de financiaci¨®n que era parte integrante de una milicia asentada en el noroeste de Libia y desde 2016 entremezclada en esa regi¨®n del pa¨ªs norteafricano con una rama local de Estado Isl¨¢mico. Adem¨¢s, tanto esta organizaci¨®n como Al Qaeda, estructuras globales descentralizadas que rivalizan entre s¨ª, est¨¢n interesadas en recuperar capacidades y proyectar su amenaza sobre Europa Occidental.
Entre tanto, la reproducci¨®n del yihadismo global en nuestro pa¨ªs contin¨²a a trav¨¦s de la difusi¨®n de los procesos de radicalizaci¨®n. A modo de ilustraci¨®n, este 2022 han sido detenidos bastantes individuos, en Algeciras (C¨¢diz), Murcia, Melilla, Madrid, Elche (Alicante), Tarragona o San Antonio de Benafeger (Valencia), que actuaban como agentes de radicalizaci¨®n recurriendo a encuentros cara a cara, plataformas online o una combinaci¨®n de ambas modalidades. Pero en Espa?a hay entre varios centenares y algunos miles de adolescentes y j¨®venes musulmanes influenciados por agentes de radicalizaci¨®n yihadista situados en otros pa¨ªses. Incluso el pasado mes de julio pudo rescatarse en Verviers (B¨¦lgica) a una menor que hab¨ªa abandonado su domicilio familiar en Espa?a tras ser adoctrinada y captada por yihadistas que actuaban desde all¨ª. Adem¨¢s, ocurre que Espa?a est¨¢ entre los pa¨ªses europeos m¨¢s afectados por la radicalizaci¨®n y el reclutamiento yihadista en prisiones.
A menudo se nos olvida que estos yihadistas pertinaces no dejan de desarrollar en Espa?a iniciativas de radicalizaci¨®n, financiaci¨®n y terrorismo. Ello es comprensible porque atentados como los de Barcelona y Cambrils que hoy recordamos van quedando atr¨¢s y la historia reciente ha tra¨ªdo serios problemas internos e internacionales a?adidos a los que nos eran familiares. Quepa aducir, como buena noticia, que las detenciones durante 2022 en las cuales me he centrado muestran c¨®mo las unidades especializadas del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y de la Guardia Civil est¨¢n cumpliendo en el conjunto del territorio nacional con su misi¨®n contra el terrorismo yihadista y que lo hacen colaborando a menudo entre s¨ª, con otros cuerpos policiales como los Mossos d¡¯Esquadra, con el Centro Nacional de Inteligencia, haciendo uso de los instrumentos de la cooperaci¨®n internacional e incorporando a Europol.
Pero cuando lo que acabo de describir como buena noticia ¡ªaun si esta se refiere a rendimientos por su propia naturaleza optimizables¡ª alude a resultados de una secuencia inacabable de actuaciones antiterroristas que, parad¨®jicamente, est¨¢n advirtiendo sobre la continuidad del yihadismo y de su inherente amenaza en Espa?a, para ser resilientes como sociedad hemos de tener en cuenta que lo inesperado puede ocurrir.
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