El Afganist¨¢n de los talibanes, un espacio mucho m¨¢s permisivo para Al Qaeda
Al Zawahiri, muerto tras un ataque de EE UU, promov¨ªa procesos de radicalizaci¨®n violenta desde Kabul y defendi¨® los atentados del 11-M en Madrid por ¡°llevar la batalla al terreno del enemigo¡±
Desde que hace un a?o los talibanes volvieron a hacerse con el poder en Afganist¨¢n no ha dejado de llamar mi atenci¨®n cu¨¢ntos an¨¢lisis daban por descontado un distanciamiento efectivo entre esos fundamentalistas isl¨¢micos y Al Qaeda. Se aduc¨ªa que las actuales circunstancias internas e internacionales hac¨ªan inviable perpetuar la asociaci¨®n entre los primeros, una entidad islamista de agenda local vitoreada por los Hermanos Musulmanes, y los segundos, yihadistas de ambici¨®n global, adem¨¢s de que los talibanes afganos se comprometieron, en el contexto de sus negociaciones en Doha con Estados Unidos, a separarse de Al Qaeda.
Como si los talibanes afganos no hubiesen mantenido ininterrumpidamente, desde hace ya m¨¢s de dos d¨¦cadas y media, una relaci¨®n estable y estrecha con Al Qaeda. Como si parte del mando central de Al Qaeda no estuviera localizado desde 2002 en zonas tribales de Pakist¨¢n adyacentes con Afganist¨¢n y protegido por talibanes paquistan¨ªes. Como si los talibanes, tanto afganos como paquistan¨ªes, no hubieran incumplido repetidamente acuerdos negociados con adversarios o enemigos.
Lo previsible era, como anticip¨¢bamos el pasado verano desde el Real Instituto Elcano, que con un Gobierno talib¨¢n en Kabul los dirigentes de Al Qaeda dispusieran de un espacio mucho m¨¢s permisivo que convertir en un renovado foco de amenaza terrorista desde el cual promover procesos de radicalizaci¨®n violenta. Esto es algo que el propio Ayman al Zawahiri estaba haciendo desde la especial comodidad de su sitio en Kabul. Sus proclamas audiovisuales, emitidas a trav¨¦s de la productora central de propaganda de Al Qaeda, estaban apareciendo en la primera mitad de 2022 con mayor frecuencia que nunca, a raz¨®n de una casi cada dos semanas.
Con los talibanes afganos otra vez en el poder, cab¨ªa asimismo pronosticar que el directorio de Al Qaeda intentara antes o despu¨¦s utilizar ese espacio mucho m¨¢s permisivo como renovado foco de amenaza terrorista a partir del cual tambi¨¦n planificar campa?as de atentados, sobre todo en zonas de conflicto en Oriente Pr¨®ximo y a lo largo del arco de insurgencia yihadista en ?frica, que se extiende de Mal¨ª a Somalia. Pero esto es algo que, bajo la estrategia marcada por Al Zawahiri, llevaban a cabo otros integrantes del mando central de Al Qaeda, incluidos los responsables territoriales cuyo comit¨¦ de coordinaci¨®n actuaba desde suelo iran¨ª.
Ahora que Al Zawahiri ha sido abatido en Kabul, tampoco dejan de sorprenderme los comentarios respecto a su supuesta falta de carisma y de visi¨®n como l¨ªder de Al Qaeda. En realidad, desde que Al Zawahiri plasm¨® por escrito en 2013 los 17 detallados puntos de sus directrices generales para la yihad, tras permanecer a la expectativa de oportunidades derivadas de la llamada Primavera ?rabe y despu¨¦s de expulsar por desobediencia a la rama iraqu¨ª de la estructura yihadista global, esta ha reconstituido, ampliado e incorporado a un proceso deliberativo com¨²n sus extensiones descentralizadas, que suman decenas de miles de militantes. Al Qaeda volver¨¢ a priorizar el terrorismo en las sociedades occidentales seg¨²n evolucionen estos desarrollos y la rivalidad en el yihadismo global.
En perspectiva espa?ola, es de inter¨¦s recordar que Al Zawahiri era el segundo en la jerarqu¨ªa de Al Qaeda cuando el mando de operaciones externas de la organizaci¨®n yihadista intervino en la planificaci¨®n de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. A estos sol¨ªa aludir, junto a los del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington o a los del 7 de julio de 2005 en Londres, como evidencia de que Al Qaeda ¡°llev¨® la batalla al terreno del enemigo¡±. Hablaba de Al Andalus como tierra del islam que lo sigue siendo. Y en su ¨²ltima alocuci¨®n, difundida el pasado 14 de julio, mencion¨® la ¡°usurpaci¨®n¡± de Ceuta y Melilla por parte de Espa?a.
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