Vergonya

Existe una categor¨ªa humana especialmente pat¨¦tica: los reventadores de minutos de silencio. Gente que sale de su casa y se dirige al escenario de una masacre, a la plaza o pleno de un Ayuntamiento o al interior del Congreso de los Diputados dispuesta a imponer su ideolog¨ªa, su soberbia y su ira hasta en los 60 segundos de recuerdo p¨²blico a las v¨ªctimas del terrorismo o de la violencia machista. Ocurri¨® este mi¨¦rcoles en La Rambla de Barcelona, durante el acto en memoria de los fallecidos en el atentado de 2017. Un grupo de personas boicote¨® el homenaje con pitidos y abucheos. Gritaban: ¡°?Espa?a es un Estado de asesinos!¡±. ¡°?CNI responsable!¡±; ¡°?Independencia!¡±. No sabemos qu¨¦ se le pas¨® por la cabeza en ese momento a Jumarie, quien lloraba con una foto en el regazo de su peque?o Julian, de 7 a?os y nacionalidad brit¨¢nica y australiana, asesinado aquel d¨ªa. Pero Twitter intent¨® imaginarlo y las condenas a ese grupo de energ¨²menos inundaron las redes, aplastando los tuits de los conspiranoicos, los ego¨ªstas, los que intentaron hacerse con un protagonismo que solo pertenec¨ªa a las v¨ªctimas.

Escribi¨® @Robert_ calvo: ¡°Al resto de espa?oles y espa?olas: Lo que hoy hab¨¦is visto en La Rambla de Barcelona no es Catalunya. Ni siquiera es el independentismo catal¨¢n. Son solo unos fan¨¢ticos, enfermos de odio y sin respeto ni por nada, ni por nadie¡±. Critic¨® Gabriel Rufi¨¢n, portavoz de ERC: ¡°No respetar un minuto de silencio en recuerdo de las v¨ªctimas de un atentado es miserable. Y sacar r¨¦dito pol¨ªtico de ello, despreciable. No en mi nombre¡±.

Porque no solo los conspiranoicos disputaron el protagonismo a las v¨ªctimas. Laura Borr¨¤s, de Junts, suspendida como diputada y presidenta del Parlament tras ser procesada en un caso de corrupci¨®n, se acerc¨® al grupo de abucheadores para abrazarse a ellos. Sonre¨ªa ufana mientras las c¨¢maras grababan c¨®mo le gritaban ¡°presidenta¡± y la aplaud¨ªan ¡ªa ella¡ª, tras un homenaje a las personas que murieron arrolladas en La Rambla por un comando terrorista.

Tras el revuelo en las redes, en las que su propio partido, Junts, incluy¨® una cr¨ªtica velada, Borr¨¤s concedi¨® este jueves sendas entrevistas para decir que solo fue ¡°una persona¡± la que grit¨® durante el minuto de silencio, que entre los manifestantes tambi¨¦n hab¨ªa afectados por el atentado, que no hay que ¡°criminalizar¡± y que su partido no la hab¨ªa desautorizado en ning¨²n momento. ¡°Los actos de recuerdo a las v¨ªctimas tienen que ser sagrados¡±, asegur¨® en Catalunya Radio. Pero la traicion¨® el subconsciente en las redes sociales, al replicar un mensaje advirti¨¦ndole del ¡°fuego amigo¡± y otro en el que se le¨ªa: ¡°Laura Borr¨¤s est¨¢ al lado de la gente que quiere que se investigue a fondo. Ella est¨¢ junto a la verdad¡­ no del parip¨¦ de minuto de silencio de unos pol¨ªticos hip¨®critas¡±. Dime qu¨¦ retuiteas y te dir¨¦ qui¨¦n eres.

El expresidente catal¨¢n Carles Puigdemont, huido de la justicia, aprovech¨® tambi¨¦n su cuenta de Twitter para alimentar en control remoto la teor¨ªa de la conspiraci¨®n: ¡°El mejor homenaje que podemos hacer y el mejor respeto que podemos tener hacia las v¨ªctimas y sus familias es saber toda la verdad. No es justo ni humano negar a las v¨ªctimas el derecho a saber. Y es la mejor forma de despejar dudas y responsabilidades¡±.

Quiz¨¢ es la experiencia del 11-M lo que ahora pone a muchos en guardia al o¨ªr ese ¡°que se sepa toda la verdad¡±. Entonces (2004) no hab¨ªa Twitter, ni WhatsApp y no sabemos si las redes habr¨ªan ayudado a difundir los bulos o a destrozarlos, como hizo este peri¨®dico, explicando, por ejemplo, que el ¨¢cido b¨®rico, utilizado para vincular a ETA con la masacre, era una sustancia usada para matar cucarachas y evitar el mal olor de pies, o que la tarjeta del Grupo Mondrag¨®n hallada en la furgoneta usada por los islamistas -otro supuesto nexo con los terroristas vascos- era, en realidad, una cinta de la Orquesta Mondrag¨®n ¨C tambi¨¦n las hab¨ªa del D¨²o Din¨¢mico, de boleros y de Pavarotti-. Quiz¨¢ tambi¨¦n ayud¨® a que la condena a las interferencias partidistas se impusiera en las redes a todo lo dem¨¢s el hecho de que el mayor de los Mossos, la polic¨ªa auton¨®mica, Josep Llu¨¬s Trapero, rechazase p¨²blicamente las teor¨ªas de la conspiraci¨®n y alabase la labor del CNI. Pero nadie quita a esas familias el mal rato que tuvieron que pasar en ese minuto de silencio, ni todos los minutos de atenci¨®n que les rob¨® el proc¨¨s. A ver si el a?o que viene.