No vienen a salvarnos
Toda tecnolog¨ªa lo suficientemente centralizada es susceptible de convertirse en un arma de destrucci¨®n, explotaci¨®n o colonizaci¨®n masiva
Est¨¢ a punto de ocurrir: la energ¨ªa limpia, la m¨¢quina que reduce el efecto invernadero, la vacuna contra el envejecimiento, la inteligencia artificial general. Al mismo tiempo, es el fin de la abundancia, de la democracia y de la despreocupaci¨®n. Un buen d¨ªa, despertaremos y ya no habr¨¢ que dejar de fumar, de comer grasas saturadas o de poner el aire acondicionado por encima de 24?C. O quiz¨¢ no habr¨¢ agua, derechos civiles o calefacci¨®n. Parecen relatos antag¨®nicos pero perfectamente compatibles. Para que Jeff Bezos suba al espacio, un mill¨®n y medio de trabajadores de Amazon tienen que malvivir. Para que Mark Zuckerberg encienda su metaverso, millones de europeos pondr¨¢n la lavadora de noche una vez por semana. No podemos renunciar al progreso, pero podemos dejar de hornear.
¡°No hay otra alternativa¡±, fue el lema de Margaret Thatcher para imponer la desregulaci¨®n, la era del ultraliberalismo econ¨®mico y el imperio de los combustibles f¨®siles. ¡°No hay otra alternativa¡±, nos repiten en Davos, en las ¨²ltimas cumbres clim¨¢ticas y en la televisi¨®n. Un milagro tecnol¨®gico salvar¨¢ el mundo en el ¨²ltimo minuto porque ya no queda tiempo y porque somos demasiado vagos, est¨²pidos o ego¨ªstas para hacer otra cosa. O demasiado insignificantes. Cualquier cosa que hagamos ser¨¢ peque?a y rid¨ªcula en comparaci¨®n.
¡°La mentira que alimenta la utop¨ªa del tecnocapitalismo es que s¨®lo existe una manera de hacer big data, inteligencia artificial o computaci¨®n en nube¡±, dec¨ªa Evgeny Morozov en un ensayo reciente, ¡°y es la manera que ha descubierto y perfeccionado Silicon Valley¡±. Esa mentira no s¨®lo miente, sino que est¨¢ devorando el resto de alternativas, secuestrando sus recursos y ninguneando su potencial. El fin de la abundancia podr¨ªa ser el principio del fin de la democracia o el principio de una nueva era de responsabilidad radical. Pero despreciamos la acci¨®n colectiva, en incremento y local capaz de generar soberan¨ªa desde las instituciones de los barrios porque nos parecen peque?as y tontas. Es m¨¢s inteligente esperar que la m¨¢quina de explotaci¨®n de datos, vigilancia masiva y desinformaci¨®n se transforme en un arca donde cabremos todos en lugar de profundizar la injusticia y triplicar la desigualdad.
Toda tecnolog¨ªa lo suficientemente centralizada es susceptible de convertirse en un arma de destrucci¨®n, explotaci¨®n o colonizaci¨®n masiva. Somos ni?os esperando que los adultos cojan el volante y resuelvan la situaci¨®n, pero los adultos son Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Bill Gates y Elon Musk y no vienen a salvarnos. Para que su futuro exista, el nuestro tiene que desaparecer.
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