Joe Biden se?ala al enemigo
El presidente de Estados Unidos presenta las elecciones de noviembre como una nueva batalla entre la democracia y el ¡°semifascismo¡± trumpista
A menos de dos meses de las elecciones legislativas del 8 de noviembre, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha puesto al frente de la maquinaria electoral dem¨®crata con un mensaje que trata de presentar la cita como una lucha de todo el pa¨ªs, y no solo de los dem¨®cratas, contra el peligro que los seguidores del expresidente Donald Trump representan para la democracia. Las l¨ªneas de la campa?a quedaron definidas ya a principios de mes, en el discurso que dio Biden en Filadelfia, Pensilvania. Con una puesta en escena solemne, Biden afirm¨® que Trump y los republicanos trumpistas (que d...
A menos de dos meses de las elecciones legislativas del 8 de noviembre, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha puesto al frente de la maquinaria electoral dem¨®crata con un mensaje que trata de presentar la cita como una lucha de todo el pa¨ªs, y no solo de los dem¨®cratas, contra el peligro que los seguidores del expresidente Donald Trump representan para la democracia. Las l¨ªneas de la campa?a quedaron definidas ya a principios de mes, en el discurso que dio Biden en Filadelfia, Pensilvania. Con una puesta en escena solemne, Biden afirm¨® que Trump y los republicanos trumpistas (que distingui¨® del partido en general y de sus votantes) ¡°representan un extremismo que amenaza los fundamentos de nuestra rep¨²blica¡±. En ese discurso no repiti¨® el t¨¦rmino que antes utiliz¨® en un acto de partido. El trumpismo, dijo ah¨ª, es ¡°semifascismo¡±.
Biden se juega la continuidad de su presidencia y utilizar¨¢ el poder medi¨¢tico y la agenda oficial de la Casa Blanca para pedir el voto en los Estados clave de los que dependen las mayor¨ªas. En Pensilvania, por ejemplo, es donde los dem¨®cratas tienen m¨¢s f¨¢cil ganar un esca?o del Senado. Biden ha utilizado actos oficiales para pedir el voto tambi¨¦n en Wisconsin, Ohio y M¨ªchigan, arriesg¨¢ndose a ser criticado por el uso partidista del cargo. El presidente parece haber decidido que la gravedad del desaf¨ªo lo vale.
Las elecciones legislativas sirven como plebiscito de la acci¨®n de los presidentes, y no suele irles bien. En un ciclo electoral normal, los votantes pensar¨ªan para elegir en la inflaci¨®n desbocada, la rebaja sustancial de las promesas m¨¢s progresistas y la ca¨®tica retirada de Afganist¨¢n; o, en el plano positivo, la recuperaci¨®n de cierta normalidad institucional, la ambiciosa ley de acci¨®n contra el cambio clim¨¢tico o la condonaci¨®n de la deuda estudiantil. Sin embargo, 2022 ser¨¢ un nuevo refer¨¦ndum sobre Trump y su influencia t¨®xica en la democracia estadounidense. La ¨²ltima l¨ªnea de batalla es nada menos que la limpieza de las elecciones, cuya organizaci¨®n a nivel local puede quedar en manos de fan¨¢ticos apadrinados por Trump. Biden aspira, leg¨ªtimamente, a agitar el peligro objetivo que encarna Trump para repetir la misma coalici¨®n de izquierdistas y moderados que derrot¨® a los republicanos, espantada por la deriva iliberal en 2018 y 2020. En este tiempo, Trump y los suyos, con el ataque sistem¨¢tico a las instituciones (la ¨²ltima, el FBI, por el registro en casa del expresidente), solo han a?adido razones para que as¨ª sea. Estados Unidos vuelve por cuarta vez en seis a?os a unas elecciones con el mismo protagonista: Trump.