Despistes
Mi vecina vino a devolverme un tomate que le hab¨ªa prestado el martes. En realidad, no le hab¨ªa prestado ninguno, pero me pareci¨® una indelicadeza rechaz¨¢rselo
Llamaron a la puerta. Era mi vecina, que se qued¨® viuda hace un mes, pobre. Sus tres hijos se encuentran en el extranjero y vive sola, como yo. Ven¨ªa a devolverme un tomate que le hab¨ªa prestado el martes. En realidad, no le hab¨ªa prestado ning¨²n tomate el martes, pero me pareci¨® una indelicadeza rechaz¨¢rselo y lo tom¨¦ con muestras de gratitud. M¨¢s tarde, a la hora de la cena, mientras preparaba el tomate para hacerme una ensalada, me dio por pensar que quiz¨¢ era yo el que se hab¨ªa olvidado del pr¨¦stamo y no ella la que se lo hab¨ªa inventado. De hecho, desde el fallecimiento de mi mujer, del que enseguida har¨¢ dos a?os, me falla la memoria de lo inmediato.
Al d¨ªa siguiente, cog¨ª un par de huevos del frigor¨ªfico y llam¨¦ a la puerta de mi vecina. Le dije: ¡°Toma, los huevos que me prestaste el jueves¡±. ¡°No haberte molestado¡±, dijo ella acept¨¢ndolos, ¡°pero me vienen bien, tengo la nevera vac¨ªa¡±. La verdad es que no me hab¨ªa prestado ning¨²n huevo el jueves ni ning¨²n otro d¨ªa, pero los recibi¨® con tal naturalidad que dud¨¦ de m¨ª. Tal vez s¨ª me los hab¨ªa prestado y no lo recordaba.
Poco tiempo despu¨¦s apareci¨® ella con una tacita de sal que asegur¨® deberme. La tom¨¦ y de paso le di los dos pimientos rojos que afirm¨¦ deberle yo. De este modo, cogimos la costumbre de devolvernos cosas que no nos hab¨ªamos prestado o que hab¨ªamos olvidado haberlo hecho. Siempre eran cosas sencillas: una cebolla, un puerro, unos alicates. Un d¨ªa que vino a devolverme un ibuprofeno la invit¨¦ a tomar un caf¨¦ y vimos juntos el telediario. Luego se levant¨® y procedi¨® a despedirme como si fuera ella la que viv¨ªa en mi casa y yo en la suya, de la que me dio las llaves como si se me olvidaran. ¡°Que te dejas las llaves, despistado¡±, dijo. Ahora vivo en la casa de al lado, que creo que no es m¨ªa, aunque tampoco me atrever¨ªa a asegurarlo.
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