Cuba se desangra
La reciente y mayor ola migratoria que se ha producido desde el triunfo de la revoluci¨®n castrista confirma el agotamiento del sistema
El actual ¨¦xodo migratorio cubano no es uno m¨¢s de los que c¨ªclicamente han sacudido la isla. En los ¨²ltimos 11 meses, cerca de 180.000 cubanos han entrado ilegalmente a territorio estadounidense por la frontera mexicana, seg¨²n datos de la Oficina de Aduanas y Protecci¨®n Fronteriza de Estados Unidos. Otros 8.000 lo han intentado por v¨ªa mar¨ªtima: entre estos, 5.421 balseros fueron interceptados mientras cruzaban el estrecho de Florida en fr¨¢giles embarcaciones. Se t...
El actual ¨¦xodo migratorio cubano no es uno m¨¢s de los que c¨ªclicamente han sacudido la isla. En los ¨²ltimos 11 meses, cerca de 180.000 cubanos han entrado ilegalmente a territorio estadounidense por la frontera mexicana, seg¨²n datos de la Oficina de Aduanas y Protecci¨®n Fronteriza de Estados Unidos. Otros 8.000 lo han intentado por v¨ªa mar¨ªtima: entre estos, 5.421 balseros fueron interceptados mientras cruzaban el estrecho de Florida en fr¨¢giles embarcaciones. Se trata de la mayor ola migratoria desde el triunfo de la revoluci¨®n castrista, y supera ya las cifras de los dos ¨²ltimos grandes ¨¦xodos juntos, el del Mariel, en 1980, cuando 125.000 personas entraron a EE UU en seis meses, y la crisis de los balseros, cuando 35.000 cubanos se lanzaron al mar en 1994.
Las causas tienen que ver con el grave deterioro de las condiciones de vida que sufre la poblaci¨®n desde hace a?os, y tambi¨¦n con la falta de perspectivas de futuro. Los cubanos llevan demasiado tiempo entrampados en un sistema centralizado, estatista e ineficiente, incapaz de garantizar el progreso del pa¨ªs y de las personas. Esto, unido a la falta de mecanismos de participaci¨®n real de la gente en la toma de decisiones pol¨ªticas y a la ausencia de espacios democr¨¢ticos para criticar al Gobierno, resulta una ecuaci¨®n letal.
Para salir de la crisis, destacados economistas cubanos han recomendado al Gobierno que implemente reformas que sirvan para liberar las fuerzas productivas, favorecer la iniciativa privada y estimular decididamente la inversi¨®n extranjera. Pero el Ejecutivo, en vez de inspirarse en modelos como el chino o el vietnamita, act¨²a de forma lenta y temerosa, apostando por resucitar la ineficiente empresa estatal y tratando de mantener su omnipresencia en la sociedad. Las medidas liberalizadoras se han introducido a cuentagotas. Como el problema es estructural, ya no es tiempo de poner parches y realizar reformas cosm¨¦ticas.
Las penurias econ¨®micas, los apagones inmisericordes ¡ªde hasta 12 horas al d¨ªa, y m¨¢s¡ª, la inflaci¨®n desbocada, la escasez de art¨ªculos de primera necesidad y de medicinas, o el deterioro de los servicios de salud tienen a la poblaci¨®n cubana agotada. Muestra de ello fueron las hist¨®ricas protestas del 11 de julio del a?o pasado: no es de extra?ar, pues, que decenas de miles de personas quieran abandonar el pa¨ªs.
El Gobierno acusa a EE UU de exacerbar este flujo ilegal con el mantenimiento del embargo econ¨®mico y por favorecer leyes que benefician a los emigrantes de la isla. Una pol¨ªtica como la del expresidente Barack Obama, que promovi¨® el acercamiento y el intercambio entre ambos pa¨ªses, contribuir¨ªa a la soluci¨®n de la actual crisis. Pero no hay que enga?arse, pese o precisamente por las condiciones adversas, es el Gobierno cubano el responsable de realizar los cambios de calado necesarios que permitan al pa¨ªs salir del agujero econ¨®mico y dar esperanzas a su poblaci¨®n para que no se siga desangrando la naci¨®n.