Un jaque sin mover las piezas
El ¡®esc¨¢ndalo Niemann¡¯ es vergonzoso y remite a otros grandes asuntos de nuestro tiempo: la acusaci¨®n resbaladiza, la calumnia incompleta, el decir cosas sin decirlas con ¨¢nimo de no pillarse los dedos
16 de enero de 2023. Rafa Nadal, ¨²ltimo ganador del Open de Australia, vuelve a Melbourne, pero decide retirarse en el primer juego del primer set porque sospecha que su rival est¨¢ haciendo trampas. ?Se imaginan el esc¨¢ndalo? El ejemplo lo ha dado en Twitter el periodista Manuel Azuaga, fundador de Ajedrez Social de Andaluc¨ªa, porque algo parecido est¨¢ ocurriendo en el ajedrez mundial con dos protagonistas, el campe¨®n Magnus Carlsen y Hans Niemann, un joven gran maestro de cuyo vertiginoso ascenso se sospecha y quien ha reconocido haber hecho trampas en dos ocasiones, cuando ten¨ªa 12 y 16 a?os. Hoy tiene 19, ya gan¨® a Carlsen hace dos semanas (cuando Carlsen reaccion¨® sugiriendo que hac¨ªa trampas) y pone nombre, de forma injusta, a un esc¨¢ndalo (el esc¨¢ndalo Niemann) que tiene una particularidad: no hay ninguna prueba de que haya hecho trampas y la organizaci¨®n del torneo ha comunicado que no ha encontrado nada sospechoso. Se supone que Carlsen ha deslizado que tiene los ¡°suficientes indicios¡± de que es as¨ª, pero no explica cu¨¢les, y quien apoya al campe¨®n del mundo da a entender que Carlsen tiene pruebas que todav¨ªa no ha hecho p¨²blicas. Todo en el aire, hasta el dedo que se?ala.
El asunto es vergonzoso y remite a otros grandes asuntos de nuestro tiempo: la acusaci¨®n resbaladiza, la calumnia incompleta, el decir cosas sin decirlas con el ¨¢nimo de no pillarse los dedos. Y nada de esto cambia, ni el sentido del art¨ªculo, si ma?ana Magnus Carlsen o quien sea ense?a pruebas contra Niemann, como si la sentencia tuviese que llegar con temporizador. Pasa en todas partes y a todas horas, casi siempre de la peor de las maneras. De pronto, alguien tiene la intuici¨®n o la sospecha de que has hecho algo terrible, incluso un delito, y quieres ponerlo en circulaci¨®n, pero sin una acusaci¨®n clara: dejarlo caer, sonre¨ªr cuando te preguntan, citar misteriosamente (¡°si hablo, me detienen¡±, dijo Carlsen, aficionado madridista, citando a Mourinho), arquear las cejas¡ Se pretende de esta manera no s¨®lo evadirse de una responsabilidad, la responsabilidad pesada y enorme de sostener una acusaci¨®n, sino de tratar de destruir a otra persona convirti¨¦ndola en blanco de sospecha, burla o insulto, en este caso ni siquiera de investigaci¨®n, ya que esta se resolvi¨® de su parte.
Y algo a¨²n m¨¢s delicado: que su nombre sea objeto de debate, como si ciertos hechos pudiesen serlo; t¨² puedes estar a favor o en contra de una determinada manera de jugar al ajedrez (o al f¨²tbol, o al baloncesto), pero no puedes estar a favor o en contra de que alguien haga trampas, ni a favor o en contra de que alguien robe o mate, ni a favor o en contra de que alguien haya agredido o abusado de alguien. Puedes creer, en cualquier caso, si alguien lo hizo o no lo hizo, y ah¨ª es donde se pone el debate: en que sin ninguna prueba haya constantemente gente posicion¨¢ndose sobre si otra persona cometi¨® o no un acto deleznable. Por la ¨²nica raz¨®n de que el acusador ni siquiera lo ha dicho, sino sugerido. Que se haya dado por hecho que la supuesta trampa ajedrecista consista en unas peque?as bolas anales que comunican en morse el mejor movimiento tras analizarlo entre millones de jugadas, cuando ese rumor ha salido de una historia c¨®mica en Reddit y ha recorrido seriamente los medios hasta llegar a Niemann, que se ha ofrecido a jugar desnudo, da la medida del disparate: si la acusaci¨®n parte sin pruebas, qu¨¦ otra cosa se puede esperar de c¨®mo transcurra.
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