La paz sigue estando muy lejana en Ucrania
Los ¨²ltimos movimientos de Putin, Zelenski, Washington y la UE indican que todos los actores se est¨¢n preparando para un conflicto prolongado en el que la victoria total est¨¢ descartada y las armas nucleares son una opci¨®n real
Mientras crece la incertidumbre y se agotan las opciones diplom¨¢ticas, la guerra sigue siendo la tr¨¢gica realidad en Ucrania. Y, peor a¨²n, en funci¨®n de las actitudes de los actores enfrentados y de quienes los respaldan, todo indica que la paz sigue estando desgraciadamente muy lejana.
Por lo que respecta a Putin, resulta evidente que est¨¢ dispuesto a multiplicar el esfuerzo para eliminar la existencia de Ucrania como Estado soberano o, como m¨ªnimo, para fragmentarlo definitivamente. A eso responde su llamamiento a la industria de defensa para que atienda todas las necesidades militares, como si no supiera que le exige un imposible, dado que sus propias deficiencias y el efecto de las sanciones le impiden contar con los materiales precisos para ello. El simple hecho de que Mosc¨² est¨¦ recurriendo a Corea del Norte como suministrador es una buena muestra de sus agobios.
Lo mismo cabe decir de su decisi¨®n de llevar a cabo una movilizaci¨®n general (as¨ª lo establece el decreto aprobado por la Duma), empezando por una leva de unos 300.000 rusos escasamente entusiasmados con la idea de morir en Ucrania. Una movilizaci¨®n, con personal apenas formado y con material y armamento peor que el de sus oponentes, que no va a resolver militarmente ninguno de los problemas que no han podido superar las mejores tropas que Mosc¨² ha desplegado en el frente desde febrero pasado. Todo ello sin olvidar el reto log¨ªstico y operacional que supone desplegar y mantener activo un contingente de esas dimensiones, viendo el p¨¦simo rendimiento de Rusia para hacer lo propio con los 190.000 efectivos empleados hasta ahora.
La voluntad pol¨ªtica de montar una farsa consultiva en las regiones parcialmente ocupadas de Donetsk, Lugansk, Jers¨®n y Zaporiyia visibiliza igualmente su intenci¨®n de reventar Ucrania. La principal finalidad de esta medida es que as¨ª, en el momento en el que declare que esos territorios pasan a formar parte de Rusia, podr¨¢ enviar all¨ª a conscriptos, salt¨¢ndose la limitaci¨®n legal que establece que solo pueden prestar su servicio militar dentro del territorio nacional. Mucho m¨¢s que dotarse de una excusa para amenazar con el uso de las armas nucleares en defensa de territorio que previamente se califica como parte de la Federaci¨®n (para eso ya le basta con Crimea, atacada por la artiller¨ªa ucrania en varias ocasiones), la condenable argucia del Kremlin solo supone aumentar la carne de ca?¨®n que Putin est¨¢ dispuesto a sacrificar por su sue?o imperialista.
En todo caso, tambi¨¦n es obvio que Zelenski se ve forzado a apostar por la guerra. Por un lado, ha declarado que si se llevan a cabo esas consultas se habr¨¢ agotado toda posibilidad de una resoluci¨®n del conflicto por v¨ªa negociada. Es el mismo Zelenski que sigue demandando m¨¢s y mejores armas para impulsar la ofensiva que actualmente le est¨¢ dando tan buenos resultados en Jers¨®n y J¨¢rkov. Aunque su concepto de victoria ¡ªexpulsi¨®n de todas las tropas rusas de Ucrania¡ª es hoy inalcanzable, est¨¢ convencido de que por la v¨ªa de las armas puede mejorar sus posiciones actuales, a la espera de que en alg¨²n momento tenga que negociar con su enemigo.
En esa misma l¨ªnea se encuentran tambi¨¦n los principales aliados de Kiev, con Washington a la cabeza. Basta con recordar que el objetivo declarado por el propio secretario de Defensa estadounidense es debilitar a Rusia hasta el punto de que le sea imposible volver a hacer algo similar. Y ahora mismo Ucrania es el instrumento m¨¢s funcional para dicho prop¨®sito. De ah¨ª se deduce su voluntad de seguir prestando ayuda econ¨®mica y militar a Kiev por tiempo indefinido, buscando no solo degradar el poder militar ruso en el campo de batalla, sino tambi¨¦n dejar a Rusia postrada por mucho tiempo. Y otro tanto visibiliza una Uni¨®n Europea que ya est¨¢ poniendo en marcha una misi¨®n de instrucci¨®n de las fuerzas armadas ucranias; algo que solo tiene sentido si se piensa en un conflicto prolongado.
Visto as¨ª, unos y otros parecen decididos a seguir el combate, como si no estuviera claro que ninguno de ellos puede obtener una victoria concluyente y que Putin, cada vez m¨¢s desesperado, no ve a las armas nucleares como meros instrumentos de disuasi¨®n. Malos tiempos para la paz.
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