No seas ¡®macarrones con tomatico¡¯
La distracci¨®n no es un capricho, es una necesidad. Est¨¢ feo menospreciarla. Y no hay nada m¨¢s triste que empacharse con tuits de gratificaci¨®n instant¨¢nea
Ya s¨¦ qu¨¦ es el Twitter macarrones con tomatico. Confieso que llevaba alg¨²n tiempo viendo esa expresi¨®n repiti¨¦ndose y, aunque no me inquietaba tanto como para salir y ponerme a googlearla, cada vez que le¨ªa cr¨ªticas aludiendo a ¡°macarrones con tomatico¡± en tuits citados o subtuits sibilinos, me preguntaba: ?De qu¨¦ habla esta gente? ?Qu¨¦ me he perdido en este desd¨¦n al carbohidrato? ?Acaso es esta otra sutil forma de internet de hacerme sentir vieja?
Despej¨¦ el enigma hace unos d¨ªas, escuchando a la periodista especialista en tendencias digitales Janira Planes en Extremadamente online, su secci¨®n en el podcast Tardeo. All¨ª explic¨® a Andrea Gumes que los tuits macarrones con tomatico ¡°son esas publicaciones en internet que son muy b¨¢sicas y que sabes que van a gustar a todos. Con las que todo el mundo te va a dar like. Como tuitear: ¡°La pizza sin pi?a, ?s¨ª o no?¡±. Ah, claro. Macarrones con tomatico. Qu¨¦ gran concepto. Ahora ya lo entiendo. Es hacer un tuit tan de caj¨®n como para que vuele alt¨ªsimo sin que apenas ofenda. Esas cuentas que crecen en redes con frases grimosas de 0,60.
??eres twitter macarrones con tomatico?? ?no entiendes nada?? no pasa nada, en este @Tardeo__ desde #CASASEAT @janiraplanes te hace un resumen para 'dummies' de lo que te est¨¢s perdiendo online
— Radio Primavera Sound (@RadioPrimavera_) September 17, 2022
episodio de tardeo, macarrones con tomatico y siestecita >>
?s¨ª o no??? pic.twitter.com/yOu8qdhxM2
Hablar de tuits que son macarrones con tomatico me parece mucho m¨¢s saleroso que el ¡°colapso del contexto¡±, la misma idea ¡ªpero en plan serio, la digna del canon acad¨¦mico¡ª que acu?¨® la especialista en redes Dana Boyd y que tanto se ha repetido en la ¨²ltima d¨¦cada para argumentar la falta de audacia en la conversaci¨®n digital. Boyd codirigi¨® un estudio con Alice E. Marwick en el que probaron que aquellos que m¨¢s hab¨ªan crecido en Twitter y que m¨¢s ¨¦xito cosechaban eran los que ya no se molestaban en imaginar a su p¨²blico. Que los triunfadores hab¨ªan sido los que se autocensuraban para lanzar un mensaje al vac¨ªo capaz de conectar con grupos tan heterog¨¦neos y dispares como son los familiares, compa?eros de trabajo con pulsiones fascistas o los fans de las comedias rom¨¢nticas. El hundimiento de contexto es arrasar aplicando lo que Boyd estipul¨® como ¡°el m¨ªnimo com¨²n denominador¡±, un pensamiento tan permeable y facil¨®n que nos limita a tratar temas banales pero im¨¢n de me gusta sin importar la burbuja a la que se dirija. La tortilla siempre con cebolla. La nataci¨®n es el deporte m¨¢s completo. No dejes que tus l¨¢grimas te impidan ver el sol.
En 2018, la activista Veronica Barassi escribi¨® en un ensayo sobre la autorrepresentaci¨®n pol¨ªtica de Twitter que ¡°la censura online se aplica mediante el exceso de contenido banal que distrae a la gente de cuestiones serias o colectivas¡±. No se equivocaba. S¨ª lo hacen aquellos ¡ªperciban, por favor, el ¨¦nfasis en este masculino gen¨¦rico¡ª que quieren contradecirla. Esos abusones que gritan ¡°?cobarde!¡± a quien se refugia en un candado o barre de su vista a quienes le violentan la vida. No es censura generar espacios seguros frente al acoso selectivo de las voces disidentes de la norma. S¨ª lo es el pegajoso suplicio de encontrarse atrapada sin remedio en el eterno debate del Nesquik y el ColaCao, o si es mejor dormir con edred¨®n que vivir sometido al calor.
No solo pasa en Twitter. Vivimos enfangados entre columnas, reportajes y hasta cierres de telediario que son puros macarrones con tomatico. Abuelos cosificados para alegrarnos la sobremesa. Textos de gratificaci¨®n instant¨¢nea hechos para replicarse sin cuestionarnos la vida. Reivindicaciones virales que se creen subversivas, pero que est¨¢n concebidas para nunca mirar a las de afuera y ¨²nicamente dar vueltas sobre nosotras mismas.
Llevamos el suficiente tiempo colisionando con nuestra personalidad virtual como para haber entendido que la distracci¨®n no es un capricho, es una necesidad. Est¨¢ feo menospreciarla. Por eso no hay nada m¨¢s triste que entrar a Twitter y acabar, otra vez, empachada por un atrac¨®n involuntario de macarrones con tomatico.
Hace a?os que en twitter lo ¨²nico que puedes escribir es: ¡°qu¨¦ buenos est¨¢n los macarrones con tomate¡± si no quieres que nadie se te ofenda
— Natalia ?lvarez (@Natalia_Who) July 12, 2022
Y todav¨ªa habr¨¢ gente que lo haga ???¡â????¡â????¡â????¡â????¡â????¡â?
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