Lula, el ave F¨¦nix brasile?o que se autodenomina ¡°una metamorfosis ambulante¡±
A sus 76 a?os y tras haber estado 20 meses en la c¨¢rcel, el joven l¨ªder sindical que aterrorizaba a los empresarios sacando a la calle en huelga a un mill¨®n de metal¨²rgicos, vuelve a pelear la presidencia de Brasil
El extornero y exsindicalista brasile?o, Lula da Silva, que en sus a?os de joven l¨ªder sindical aterrorizaba a los empresarios sacando a la calle en huelga a un mill¨®n de metal¨²rgicos, hoy a sus 76 a?os y tras haber sufrido 20 meses de c¨¢rcel, despu¨¦s de haber sido por dos veces presidente de Brasil, vuelve a resucitar como un ave F¨¦nix.
A un paso de ganar de nuevo la Jefatura del Estado destronando al ultraderechista y pol¨¦mico, excapit¨¢n, Jair Bolsonaro, que contin¨²a amenazando con un golpe de Estado si pierde las elecciones, Lula vuelve a hacer honor al calificativo que ¨¦l mismo se dio de ¡°metamorfosis ambulante¡±.
Desde el expresidente estadounidense, Barack Obama, que lo calific¨® como el pol¨ªtico m¨¢s carism¨¢tico del mundo, hoy de nuevo los grandes diarios, desde el New York Times a Le Monde vuelven a interesarse por el llamado ¡°fen¨®meno Lula¡±, que acaba siempre sorprendiendo y que hoy est¨¢ a punto de liberar a Brasil de la pesadilla de un Gobierno que ha asustado al pa¨ªs con arrastrarlo a una nueva y triste aventura dictatorial.
Muchos, incluso psic¨®logos, se han interesado en estudiar el llamado ¡°fen¨®meno Lula¡± que sin estudios, hijo de una de tantas familias pobres del Nordeste que tuvieron que huir del hambre y de la miseria a la rica S?o Paulo en busca de trabajo, el peque?o Lula acab¨® viviendo m¨¢s en la calle que en casa, vendiendo golosinas para ganar una calderilla.
Y fue quiz¨¢s aquella triste y dura experiencia de su infancia, en una familia numerosa, desgarrada, lo que agudiz¨® no solo su inteligencia, sino tambi¨¦n una visi¨®n realista de lo que significa la pobreza y hasta el hambre. La calle y la miseria fueron su primera y mejor escuela.
El fen¨®meno Lula, su infinita capacidad de ¡°metamorfosis ambulante¡± como ¨¦l mismo se lleg¨® a calificar, se forj¨® m¨¢s que en los libros que nunca ley¨®, en una dura experiencia de infancia que le permiti¨® m¨¢s tarde entender como pocos las angustias de los trabajadores a cuya defensa dedic¨® su inteligencia natural y su experiencia personal.
Sin duda se ha tratado siempre de un personaje, primero sindicalista y despu¨¦s pol¨ªtico complejo y enigm¨¢tico, que acab¨® despertando asombro, miedo y admiraci¨®n. Y tambi¨¦n sorpresa ante su innegable capacidad de adaptaci¨®n a las circunstancias m¨¢s complejas, superando barreras que parec¨ªan imposibles.
Lo que nadie le puede negar al pol¨ªtico brasile?o m¨¢s pol¨¦mico, amado y odiado al mismo tiempo, es su tenacidad y capacidad de superaci¨®n, que le han permitido salir siempre a flote de las batallas m¨¢s duras dentro y fuera de su partido, el PT, que fund¨® con otras cien personalidades del momento y que acab¨® siendo la mayor formaci¨®n de izquierda democr¨¢tica de Am¨¦rica Latina.
Quiz¨¢s una de sus mejores armas psicol¨®gicas que lo han llevado a la cumbre del poder contra viento y marea y que lo hicieron siempre resurgir victorioso de sus batallas se deban a algo que aprendi¨® de ni?o en la calle y en su drama familiar y es su capacidad de adaptaci¨®n o como ¨¦l se apellida de metamorfosis que acaba siempre descubriendo el mejor atajo para salvar los escollos.
Cuando se propuso dar el salto del sindicato a la pol¨ªtica, prob¨® por tres veces en vano ganar las presidenciales. No se rindi¨® y al final y gracias a un proceso de metamorfosis acab¨® coloc¨¢ndose la corbata, vestirse de Armani, recortarse la barba y escribir una carta a los empresarios para hacerles perder el miedo al joven terrible de las huelgas sindicales.
Y fue siempre y lo sigue siendo su formidable capacidad de adaptaci¨®n a las circunstancias que lo rodean tras olfatear por donde pisa, lo que le confiere ese poder mezcla de inteligencia natural, capacidad de identificarse con los de abajo mientras se sienta a la mesa de los de arriba para tranquilizarles y exorcizar sus miedos.
Cuando disputaba por segunda vez la presidencia tras haber sufrido su partido el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n del llamado caso Mensal?o que llev¨® a la c¨¢rcel a la c¨²pula de su partido, sentado a la mesa de los due?os de uno de los diarios m¨¢s importantes del pa¨ªs a quienes les pidi¨® apoyo, a la pregunta sobre qu¨¦ les ofrec¨ªa, en cambio, les respondi¨® tranquilo: ¡°Conmigo, los pobres no se revelar¨¢n¡±. Y as¨ª fue. Y as¨ª lo es en este momento en que est¨¢ consiguiendo para volver a gobernar a su pa¨ªs, reconquistar a las ¨¦lites del dinero. Esas ¨¦lites que se le hab¨ªan escapado y est¨¢n volviendo a recuperar en una nueva fase de metamorfosis, que las est¨¢ dejando de nuevo perplejas y que se hab¨ªan dejado fascinar por las promesas liberales de Bolsonaro, que result¨® ser m¨¢s estatal que nadie.
La primera sorpresa, que dej¨® perpleja a la misma direcci¨®n de su partido, fue su decisi¨®n de escoger como candidato para vicepresidente al centro derechista, Gerardo Alckmin con qui¨¦n hab¨ªa en el pasado disputado las elecciones que acab¨® gan¨¢ndole y que cuenta con la confianza del mundo del dinero. Y es que el exsindicalista hab¨ªa enseguida intuido que a Bolsonaro no se le pod¨ªa derrotar sin contar con el apoyo de la empresa y de los votos que van desde la izquierda a la derecha no fascista.
Qui¨¦n mejor entendi¨® a Lula cuando era a¨²n un joven y batallador sindicalista, fue el periodista y escritor, Jos¨¦ Neumanne, autor de Lo que yo se de Lula. Sigui¨® durante a?os al entonces joven sindicalista que ya se destacaba por su capacidad de movilizar a las masas de los metal¨²rgicos y arrastrarlos a las huelgas que asustaban a los empresarios. El joven periodista le segu¨ªa a todas partes y su libro no es condescendiente sino m¨¢s bien cr¨ªtico, pero en ¨¦l cuenta un detalle del intr¨¦pido sindicalista en el que puede residir una de las claves de su capacidad de metamorfosis pol¨ªtica.
Cuenta el escritor que cuando Lula se encontraba ante una platea abarrotada y empezaba a hablar a los pocos minutos sab¨ªa lo que a aquel p¨²blico le gustaba o no y enseguida, si era necesario para atra¨¦rselos, era capaz de cambiar total y r¨¢pidamente de discurso hasta arrancarles los aplausos.
Esa capacidad de ganarse a la gente ha sido siempre visible a quienes le han tratado personalmente, algo que si, por un lado, halaga y conquista, y por otro, atemoriza.
Cuando en mayo de 2010, Lula recibi¨® para una entrevista a Juan Luis Cebri¨¢n, fundador y primer director de este diario, tuve que acompa?arle como corresponsal entonces de Brasil. La entrevista dur¨® la ma?ana entera y Lula despleg¨® toda su capacidad de seducci¨®n y empat¨ªa personal. Solo le falt¨® cantar.
Se levantaba, hac¨ªa par¨¦ntesis simp¨¢ticos., re¨ªa, gesticulaba como si estuviera entre viejos amigos. La pieza de Cebri¨¢n, publicada el 9 de mayo de 2010, empieza as¨ª: ¡°Prefiero un carnaval a una guerra¡±. Posa su mano de obrero sobre mi rodilla, en un adem¨¢n de complicidad, de camarader¨ªa, de evidente franqueza, porque esa es su fuerza y su convicci¨®n, de comportarse como lo que es, como verdaderamente le miran los brasile?os¡±.
A la hora de despedirnos, ¨¦l mismo se ofreci¨® a hacerse unas fotos con nosotros. Cuando, a mi lado, puso su mano sobre mi hombro, el jefe de protocolo intervino para que la foto fuera m¨¢s formal. Quit¨® su brazo sobre el m¨ªo, pero sigui¨® riendo como diciendo: ¡°?vaya tonter¨ªa!¡±.
As¨ª es el Lula que este domingo tiene en vilo a Brasil y m¨¢s all¨¢ para saber si su nueva metamorfosis volver¨¢ a resucitarle de unas cenizas que parec¨ªan querer esta vez trag¨¢rselo para siempre.
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