Dos candidatos en la cola y un ganador anticipado en las elecciones de Brasil: el gran centro oportunista
El resultado de la primera vuelta no solo apunta a la continuidad de la ola derechista en Brasil, sino tambi¨¦n a la capacidad de Bolsonaro de transferir votos a su base aliada m¨¢s cercana
Aunque los sondeos de opini¨®n indicaban mayoritariamente un freno al impulso ultraderechista de 2018, incluso la posibilidad de la victoria del expresidente Lula da Silva en primera vuelta, el resultado del domingo no solo apunta a la continuidad de la ola derechista en Brasil, sino tambi¨¦n a la capacidad de Jair Bolsonaro de transferir votos a su base aliada m¨¢s cercana: los gobernadores y parlamentarios del llamado Centr?o. Aunque no lograra crear su propio partido en 2021, Bolsonaro ayud¨® al Partido Liberal y al Centr?o a obtener uno de los resultados m¨¢s expresivos para el Congreso. Si el actual presidente resulta derrotado en la segunda vuelta, la composici¨®n del poder legislativo ser¨¢ un gran problema para su sucesor.
El Centr?o es un bloque de legisladores de centroderecha y derecha que act¨²a desde la Asamblea Constituyente de 1988 y se ha convertido en un elemento clave del sistema presidencialista de coalici¨®n en Brasil y en un desaf¨ªo a la gobernabilidad. Aunque aglutina parte de esta derecha, en la pr¨¢ctica es un bloque pragm¨¢tico e informal que negociar¨¢ posiciones y enmiendas a cambio de apoyo. Forman parte de este bloque diputados del Partido Liberal, de la Uni¨®n Brasil, del Partido Progresista y del Republicanos.
En las elecciones del domingo, el expresidente Lu¨ªs In¨¢cio Lula da Silva obtuvo 57 millones de votos (48,44%), frente a los 51 millones que recibi¨® Bolsonaro (43,2%). No gan¨®, para frustraci¨®n de sus votantes y de su partido, que quer¨ªan acabar con la disputa cuanto antes, pero obtuvo diez millones de votos m¨¢s que en la primera vuelta de 2006, las ¨²ltimas elecciones a las que concurri¨®, lo que demuestra la fuerza de su carisma. Para confirmar la tendencia indicada en las encuestas, Lula tendr¨¢ que articular las fuerzas de la izquierda y del centro y los moderados de la derecha para ser elegido y luego gobernar. El apoyo de Simone Tebet y Ciro Gomes y de los liderazgos del MDB y del PDT en la segunda vuelta puede ser decisivo para la victoria y para los primeros meses de Gobierno. Si Lula gana, se enfrentar¨¢ a un Congreso en el que los partidos de izquierda no son mayoritarios y en el cual el bolsonarismo aumenta su influencia.
En los ¨²ltimos a?os, el Poder Legislativo ha cobrado fuerza e incluso se habla de la posibilidad de establecer un semipresidencialismo al estilo brasile?o. En Brasil, los partidos tradicionalmente de derechas constituyen juntos la mayor¨ªa en el Congreso, pero desde 2014 se observa una fuerte tendencia hacia la derecha con una agenda neoconservadora. Las cifras de 2022 confirman este comportamiento.
De los 27 esca?os en disputa, que corresponden a 1/3 de la composici¨®n del Senado que se renovar¨¢ en 2022, 14 fueron ocupados por candidatos apoyados por Bolsonaro, ocho por aliados de Lula. El general Hamilton Mour?o, actual vicepresidente, fue elegido senador. Ser¨¢ compa?ero de la ministra de Derechos Humanos ¡ªla pastora Damares Alves¡ª, del exministro Marcos Pontes ¡ªteniente coronel de la Fuerza A¨¦rea¡ª, y de la ex ministra de Agricultura y Pesca, Teresa Cristina. Otro exministro y ahora adversario de Bolsonaro (y tambi¨¦n de Lula), el exjuez S¨¦rgio Moro, tambi¨¦n fue elegido senador. En total, el Partido Liberal registra 15 esca?os y Uni¨®n Brasil, que puede reforzar la campa?a de Bolsonaro en la segunda vuelta, tiene 11 senadores.
En la C¨¢mara de Diputados, el Partido Liberal obtuvo la bancada m¨¢s numerosa, con 99 diputados en un total de 513 esca?os. El controvertido ex ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, es uno de ellos. Los partidos de izquierda agrupados en la federaci¨®n (PT, PC do B y PV) tienen 80 diputados, el segundo mayor n¨²mero, y un resultado mejor que en las anteriores elecciones. De los trece gobernadores elegidos en la primera vuelta, seis fueron apoyados por Bolsonaro y cinco por Lula. En la segunda vuelta, diez son apoyados por Bolsonaro y nueve por Lula. Tan polarizada como la elecci¨®n presidencial pero fragmentada entre varios partidos, la situaci¨®n de los estados, que se definir¨¢ a finales de octubre, puede aumentar o dificultar la gobernabilidad del futuro presidente de la Rep¨²blica.
Otro aspecto que heredar¨¢ el pr¨®ximo gobierno es la mayor participaci¨®n de los militares de las Fuerzas Armadas no s¨®lo en las candidaturas, sino tambi¨¦n en acciones eminentemente civiles como la fiscalizaci¨®n de las urnas. La injerencia militar en las elecciones, basada en la desconfianza de Bolsonaro y sus subordinados hacia los civiles, se ha convertido menos en una protecci¨®n y m¨¢s en una amenaza latente, especialmente para la oposici¨®n, para el proceso electoral y la propia democracia. Esto se debe a que la l¨ªnea que define a la instituci¨®n como Estado o como gobierno se vuelve cada vez m¨¢s borrosa con la instrumentalizaci¨®n de los militares por parte de Bolsonaro.
En todo el pa¨ªs se inscribieron 1257 candidatos vinculados al sector de la Seguridad y las Fuerzas Armadas, una cifra ligeramente superior a la de las elecciones anteriores, 1209. Entre ellos, se eligieron dos senadores y 17 diputados federales, todos ellos vinculados a la base gobernante. La actuaci¨®n de los generales Hamilton Mour?o en el Senado y Eduardo Pazuello en la C¨¢mara de Diputados puede servir de escudo extra para Bolsonaro en caso de que se instituya una Comisi¨®n Parlamentaria de Investigaci¨®n. Pazuello, que fue ministro de Salud y personaje investigado por la CPI de Covid durante el per¨ªodo de la pandemia, tiene a su favor un decreto presidencial que le garantiza un secreto de 100 a?os, exactamente 100 a?os, sobre la demanda interna que el Ej¨¦rcito tiene contra ¨¦l. En este escenario de permanencia del bolsonarismo, no s¨®lo se mantiene la politizaci¨®n de los cuarteles, sino que se puede ampliar la militarizaci¨®n de la pol¨ªtica, lo que afectar¨¢ a la instituci¨®n militar como instrumento de Estado, la alternancia pol¨ªtica de los partidos y la propia democracia.
Eduardo Heleno es polit¨®logo y profesor del Instituto de Estudos Estrat¨¦gicos de la Universidad Federal Fluminense (INEST-UFF) en Brasil.
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