Las putas y los buenos t¨ªos del El¨ªas Ahuja
En esa residencia de lujo desde la que retumba la cultura de la violaci¨®n en nuestra cara est¨¢n los hombres que decidir¨¢n nuestro futuro
Lo ha visto todo Twitter. Ni Julia Ducournau hubiese sido capaz de rodar con tal maestr¨ªa esta escena de terror sexual escalofriantemente hipn¨®tica. No solo por el ¡°?Putas, salid de vuestras madrigueras como conejas, sois unas putas ninf¨®manas, os prometo que vais a follar todas en la capea! ?Vamos Ahuja!¡±. Tampoco por ese aullido animal que sigue, coreado con cronometrada violencia por m¨¢s de un centenar de pulidos universitarios de d¨ªa, venidos arrib¨ªsima y cerebralmente sincronizados para ese acoso selectivo de noche. Eso es solo la punta de un iceberg putrefacto. Porque en ese estupor subyace la certeza de que entre quien grita esa advertencia est¨¢n los encargados de Recursos Humanos, el coordinador de la empresa, los jueces de violencia de g¨¦nero, los pol¨ªticos que firmar¨¢n las leyes de igualdad o los profesores que impartir¨¢n educaci¨®n sexual. Como para no sentir arcadas. En esa residencia desde la que retumba la cultura de la violaci¨®n en nuestra cara est¨¢n los hombres que decidir¨¢n nuestro futuro y regular¨¢n los derechos de nuestros cuerpos.
Mucho se va a escribir sobre lo que pas¨® el domingo en el religioso colegio mayor masculino El¨ªas Ahuja, adscrito a la Complutense y uno de los m¨¢s caros de Madrid. Se har¨¢n reportajes sobre qu¨¦ puede pasar por la cabeza de estos veintea?eros, como si esto fuese algo marciano; se har¨¢ hincapi¨¦ en c¨®mo un antiguo residente, Pablo Casado, firm¨® un art¨ªculo mis¨®gino y racista en su revista y nadie movi¨® un dedo; se rescatar¨¢n m¨¢s v¨ªdeos, muchos, con saludos nazis de los hombres Ahuja a?o tras a?o. Habr¨¢ quien sesgue el caso por el factor ideol¨®gico, pero tambi¨¦n hubo que segregar a las mujeres en las acampadas del 15-M por m¨²ltiples agresiones sexuales porque el magma de todo esto no es una cosa exclusiva de hombres pijos y de derechas. Esto se corea desde habitaciones de lujo a 1.200 euros el mes y se practica sigilosamente en tiendas de campa?a por el progreso social en nuestras plazas. Lo crucial de este v¨ªdeo es que lo que acontece no es una excepci¨®n de la regla. Es una adenda en los ritos de iniciaci¨®n consabidos entre los privilegiados, normalizados y encumbrados por los hombres que nos gobiernan. El abec¨¦ sentimental de los buenos t¨ªos del patriarcado.
Este es un acto del Colegio Mayor El¨ªas Ahuja
— AntonioMaestre (@AntonioMaestre) October 6, 2022
El c¨¢ntico incluye saludos nazis y gritos de Sieg Heil pic.twitter.com/Unxsk5i9om
C¨®mo no pensar en Brett Kavanaugh, uno de los jueces del Supremo responsable de derogar el derecho al aborto en EE UU. El mismo que se justific¨® frente a las acusaciones de haber participado en fiestas universitarias en las que se violaba en grupo a chicas drogadas con sedantes y lo mis¨®gino de su anuario, apelando a que se inspiraba en El club de los chalados, Aquel excitante curso y Desmadre a la americana. ?Qu¨¦ problema ve¨ªan si todo el mundo se part¨ªa de risa con los chavales ¨¢vidos de sexo de aquellas pel¨ªculas?
C¨®mo no acordarse de Chanel Miller, violada en 2015 en una fiesta de esas fraternidades por un joven millonario y estrella de nataci¨®n de Stanford. A Miller la defensa intent¨® desacreditarla agarr¨¢ndose a esa carta del rubio angelical listo para ganar medallas y as¨ª exonerarlo ante todos. ¡°Dec¨ªan que mi asaltante era un buen vecino, que hab¨ªa trabajado de salvavidas, como si esos factores cancelasen de por s¨ª la posibilidad de que pudiera agredirme. Como si mi violaci¨®n fuese una anomal¨ªa en el sistema. Algo falla cuando la gente dice: ¡®Pero ?no ves lo unido que est¨¢ a su madre?¡¯¡±, me cont¨® al entrevistarla.
P¨®nganse en alerta. Los pr¨®ximos d¨ªas nos aturdir¨¢n los retratos cercanos de estos chicos virtuosos que tocan el viol¨ªn, van a misa o recaudan dinero en actos solidarios. Y siempre aparecer¨¢n pulcros, engominados, con el polo planchado. Otra estrategia perversa para salvar, otra vez, a los buenos t¨ªos del patriarcado.
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