Choque social en Francia
Pese a la potencia de la respuesta de Macron a la crisis derivada de la guerra en Ucrania, el pa¨ªs afronta una alta conflictividad laboral
Francia es el miembro de la Uni¨®n Europea con una tasa de inflaci¨®n m¨¢s baja (6,2%), y es uno de los que m¨¢s ha gastado para reforzar el colch¨®n social ante la subida de precios y el invierno de obligados ahorros energ¨¦ticos. Desde mucho antes de la crisis actual, tambi¨¦n es una de las democracias m¨¢s redistributivas e igualitarias del mundo. Y, sin embargo, es en Francia donde se ha iniciado estos d¨ªas un amplio movimiento social en favor de salarios m¨¢s altos y en contra del encarecimiento de la vida como efecto inmediato de la invasi¨®n rusa en Ucrania. El presidente franc¨¦s, ...
Francia es el miembro de la Uni¨®n Europea con una tasa de inflaci¨®n m¨¢s baja (6,2%), y es uno de los que m¨¢s ha gastado para reforzar el colch¨®n social ante la subida de precios y el invierno de obligados ahorros energ¨¦ticos. Desde mucho antes de la crisis actual, tambi¨¦n es una de las democracias m¨¢s redistributivas e igualitarias del mundo. Y, sin embargo, es en Francia donde se ha iniciado estos d¨ªas un amplio movimiento social en favor de salarios m¨¢s altos y en contra del encarecimiento de la vida como efecto inmediato de la invasi¨®n rusa en Ucrania. El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, se enfrenta al reto de evitar que el contagio a otros sectores paralice el pa¨ªs en un contexto inflamable para Europa.
El conflicto comenz¨® hace tres semanas con una huelga en las refiner¨ªas y dep¨®sitos de petr¨®leo de las multinacionales TotalEnergies y Esso-ExxonMobil. Un pu?ado de trabajadores del sindicato CGT, con una capacidad de bloqueo indiscutible, cerraron el grifo para reclamar un aumento salarial del 10%, acorde con los beneficios desorbitados de las petroleras. La huelga ha provocado largas colas de automovilistas para quienes el veh¨ªculo es una herramienta de trabajo. En Esso-ExxonMobil el conflicto est¨¢ en v¨ªas de resoluci¨®n, pero en TotalEnergies, la CGT se ha desmarcado del acuerdo de la empresa con los sindicatos mayoritarios y persiste en la movilizaci¨®n.
La responsabilidad recae en la CGT, sindicato minoritario que no duda en complicar la vida cotidiana de millones de ciudadanos incluso antes de sentarse a negociar, y que ha despreciado un acuerdo de los otros sindicatos para una mejora salarial del 7%. Pero es igualmente responsable la direcci¨®n de TotalEnergies, pues deber¨ªa haber velado por evitar que el conflicto laboral en sus refiner¨ªas acabase bloqueando buena parte de Francia. A esto se a?ade la falta de reflejos de Macron. No intervino hasta mediados de la semana pasada, y lo hizo para movilizar por ley a trabajadores de las refiner¨ªas y los dep¨®sitos y reactivar el flujo de combustible. Las movilizaciones forzosas de personal solo afectan por ahora a algunas plantas, pero han contribuido a encender la mecha de una movilizaci¨®n m¨¢s amplia. A la CGT se han sumado otros sindicatos ¡ªpero no el mayoritario, la CFDT¡ª para convocar para hoy una huelga en transportes, educaci¨®n y sanidad, entre otros sectores. Ser¨¢ el momento de calibrar las dimensiones y el alcance de este movimiento.
Hay algo espec¨ªficamente franc¨¦s en las movilizaciones y huelgas de estos d¨ªas. Este es un pa¨ªs donde pervive el mito revolucionario y donde la calle es un escenario central del combate pol¨ªtico. Nada nuevo. Lo novedoso es el momento: la guerra en Ucrania, la incertidumbre sobre la econom¨ªa europea en los pr¨®ximos meses y los esfuerzos para mantener la cohesi¨®n de nuestras sociedades ante la agresi¨®n rusa. La l¨®gica fatiga por una guerra, cuyo fin no se vislumbra, y el dolor que causa en amplias capas de la poblaci¨®n la inflaci¨®n, pueden encender otros conflictos sociales en Europa. Francia es un aviso.