Cuando se vaya Ocampo

Cuando Jos¨¦ Antonio Ocampo lleg¨® al gobierno de Gustavo Petro todos sab¨ªamos que con ¨¦l iba a pasar lo mismo que se da con ciertos jugadores de f¨²tbol: estar¨ªa en la n¨®mina titular del equipo, pero en calidad de pr¨¦stamo. Su permanencia en el plantel no estar¨ªa garantizada durante todo el tiempo de juego o los cuatro largos a?os del periodo presidencial, sino que Ocampo y sus verdaderas pasiones, que son la academia y la investigaci¨®n, terminar¨ªan por definir cual ser¨ªa la duraci¨®n de la presencia del afamado economista en la cancha jugando con la camiseta del equipo Petro.

Hay que decirlo: ese tiempo se agota. Y eso que apenas llevamos dos meses y medio del gobierno Petro, lo en tiempos de un partido de f¨²tbol vendr¨ªan siendo los primeros cinco minutos.

Si Ocampo llega hasta diciembre, como apuntan muchos, se terminar¨ªa retirando del juego en el minuto 8 de los 90 que dura el tiempo reglamentario. ?Qu¨¦ pasar¨¢ durante los 82 minutos restantes? ?Qu¨¦ pasar¨¢ en los a?os que quedan con el presidente Petro llevando las riendas del pa¨ªs?

Mirando hacia atr¨¢s, cuando Petro a¨²n estaba en campa?a a la presidencia, el anuncio de que so?aba con que Jos¨¦ Antonio Ocampo fuera el ministro de hacienda fue recibido con j¨²bilo. Economistas, inversionistas, empresarios y pol¨ªticos aplaudieron una decisi¨®n que parec¨ªa dejar sin piso a aquellos que anunciaban la llegada de un cataclismo econ¨®mico si el candidato de la Colombia Humana resultaba electo. Ocampo parec¨ªa la mejor elecci¨®n que pod¨ªa hacer el director t¨¦cnico y as¨ª fue.

Hoy Ocampo juega y lo hace bien. Para muchos es el mejor jugador del equipo, pero con un gran problema: muchos de los dem¨¢s integrantes de esa selecci¨®n no juegan a lo mismo que ¨¦l. Mientras que Ocampo piensa en moverse por el centro, mantener buena defensa, sin abandonar el ataque; otros prefieren lanzarse en solitario al ataque por la izquierda dejando al equipo y al pa¨ªs fuera del lugar.

Las cifras no mienten: la econom¨ªa del pa¨ªs no pasa por un buen momento. Y por m¨¢s que se se?ale al clima global como corresponsable de la situaci¨®n, hay elementos del juego propio que est¨¢n afectando el desempe?o de la econom¨ªa. Eso lo sabe Ocampo. Eso quieren negar los otros jugadores, aunque la evidencia es clara y la goleada la estamos sufriendo todos en nuestros bolsillos.

Solo falta el gol para que Ocampo se vaya. Eso espera ¨¦l. Una anotaci¨®n que llegar¨¢ cuando el Congreso le d¨¦ luz verde a la reforma tributaria que dise?¨® para garantizar sost¨¦n econ¨®mico para el pa¨ªs. Una vez llegue ese momento, Ocampo se quitar¨¢ el uniforme y abandonar¨¢ la cancha. Petro convocar¨¢ a alguien m¨¢s, pero ya no sabemos si sea de ese mismo talante que busca generar confianza y tranquilidad.

Si Colombia con Ocampo la est¨¢ pasando mal, a pesar de su prudencia, sus esfuerzos por contener la verborrea de sus compa?eros y su cauta forma de llamarles la atenci¨®n, ?C¨®mo nos ir¨¢ sin Ocampo? ?No habr¨¢ qui¨¦n ponga freno a los discursos de nuestros ministros-activistas?

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