Un Congreso del Partido Comunista chino obsesionado con la supremac¨ªa tecnol¨®gica

Despu¨¦s de meses de meticulosa ¡ªy tambi¨¦n angustiosa¡ª preparaci¨®n, el presidente Xi Jinping, arropado por los principales dignatarios del Partido Comunista de China (PCCh), inauguraba el vig¨¦simo Congreso del Partido con su informe de evaluaci¨®n del ¨²ltimo quinquenio y las grandes l¨ªneas de los pr¨®ximos cinco a?os. La dificultad estriba no solo en que este es ya un tercer mandato, lo que no habr¨ªa sido posible si Xi no hubiera eliminado el l¨ªmite de dos mandatos que estableci¨® Deng Xiaoping para asegurar la renovaci¨®n de los cuadros del partido. Tambi¨¦n el entorno externo es mucho m¨¢s dif¨ªcil que hace cinco a?os, puesto que Estados Unidos y, m¨¢s recientemente, la Uni¨®n Europea y Jap¨®n, consideran a China un rival sist¨¦mico de manera abierta. Adicionalmente, el periodo de bonanza que al principio acompa?¨® al Gobierno del presidente Xi ya ha quedado atr¨¢s, con una ineludible desaceleraci¨®n estructural de la econom¨ªa china. Como si esto fuera poco, las restricciones relacionadas con la pol¨ªtica de la covid cero que el Gobierno chino ha decidido mantener, junto con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, han puesto a China en un verdadero brete, hasta el punto de que el pa¨ªs va a cerrar con un crecimiento del PIB de menos del 3%, muy similar al nivel de 2020, cuando estall¨® la pandemia.

En este contexto, parece importante valorar cu¨¢les son las grandes l¨ªneas de acci¨®n anunciadas por Xi Jinping. La primera es que la pol¨ªtica ¡°din¨¢mica¡± de covid cero sigue vigente, sellada por el ¨¦xito en salvar vidas respecto al caos de Occidente. L¨®gicamente, la palabra ¡°din¨¢mica¡± deber¨ªa dar algo de juego pero es preocupante que el presidente no haya desvelado ninguna iniciativa que haga posible la apertura, como puede ser el acelerar la vacunaci¨®n que lleva estancada desde hace meses, o la importaci¨®n o producci¨®n de vacunas ARNm en China. El hecho que Shangh¨¢i acabe de anunciar la construcci¨®n de un centro de cuarentena con m¨¢s de 3.000 camas no es un buen presagio para los que cuentan con que China empiece a convivir con el virus.

M¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica de covid cero, el concepto m¨¢s importante que Xi Jinping recalcaba en su informe es el de la modernizaci¨®n de China. Modernizar China no es una idea nueva. De hecho, fue un objetivo expresado en informes similares por Mao Tse Tung y Deng Xiaoping pero siempre en momentos complicados de la historia de China. En el caso del presidente Xi, el concepto de modernizaci¨®n tiene una lectura econ¨®mica: ascender en la escala tecnol¨®gica hasta llegar a la autosuficiencia. Esto significa que China continuar¨¢ utilizando la pol¨ªtica industrial para apoyar sectores clave, aunque por cierto ninguna menci¨®n se haya hecho a la misma en el discurso de Xi. Dicha pol¨ªtica industrial no se va a contentar con ofrecer subsidios a empresas locales, sino que seguir¨¢ apoy¨¢ndose en la adquisici¨®n de tecnolog¨ªa en el exterior. Esto deber¨ªa ser un importante aviso a navegantes para Europa, puesto que sigue siendo el lugar donde la tecnolog¨ªa es m¨¢s f¨¢cil de adquirir, respecto a las enormes barreras a la transferencia de tecnolog¨ªa desde Estados Unidos, Jap¨®n, Corea del Sur, etc¨¦tera. Las acciones recientes adoptadas por Washington para intensificar los controles de exportaci¨®n de semiconductores a China son un revulsivo adicional para que China acelere su transformaci¨®n tecnol¨®gica y elimine los cuellos de botella, siendo los semiconductores avanzados el m¨¢s evidente de ellos. En otras palabras, la amenaza de contenci¨®n estadounidense, cada vez m¨¢s real, se lee como una justificaci¨®n del tono introspectivo de Xi Jinping sobre la econom¨ªa china y su ambici¨®n por alcanzar una hegemon¨ªa tecnol¨®gica.

En tercer lugar, el crecimiento econ¨®mico no ha sido clave en absoluto en el discurso de Xi y cuando se ha mencionado, siempre ha ido acompa?ado de la palabra ¡°equilibrado¡±. En particular, mientras Xi Jinping mantiene la ambici¨®n de que China llegue a doblar su renta ante de 2035, dentro del plan de modernizaci¨®n conocido como el ¡°sue?o de China¡±. La clave es c¨®mo llegar all¨ª. El crecimiento equilibrado es fundamental, pero la lectura no debe ser el viejo ¡°reequilibrio¡±, entendido como el consumo como motor de crecimiento m¨¢s importante, sino m¨¢s bien gracias al desarrollo tecnol¨®gico. Incluso la b¨²squeda de la ¡°prosperidad com¨²n¡±, concepto que Xi ha estado empujando en el ¨²ltimo a?o, apenas recibe atenci¨®n en el discurso del presidente porque China, por mucho que le preocupe la desigualdad en el acceso a los recursos, ha dejado claro que no pretende construir un Estado de bienestar del tipo del que tiene Europa para hacer operativa la prosperidad com¨²n. Su objetivo, seg¨²n palabras de Xi, es aumentar el papel del Estado/partido para ¡°regular¡± la acumulaci¨®n de riqueza. Esto deber¨ªa ser una se?al de advertencia para las clases pudientes en China y para el sector privado. En este sentido, el equilibrio entre la econom¨ªa de mercado y la impulsada por el Estado se inclina cada vez m¨¢s hacia esta ¨²ltima, ya que la expresi¨®n ¡°econom¨ªa de mercado¡± tambi¨¦n est¨¢ menos presente en el discurso, mientras que el papel de la innovaci¨®n impulsada por el Estado se destaca de manera prominente.

En general, el informe del presidente Xi que dio inicio al Congreso del Partido Comunista de China no es solo una continuaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas ya en marcha en el pa¨ªs, sino que redobla los esfuerzos por alcanzar la hegemon¨ªa tecnol¨®gica, que permita la autosuficiencia y garantice la seguridad nacional.

Un corolario importante de este discurso es si estos objetivos tan ambiciosos son factibles con los instrumentos con los que cuenta China. El r¨¢pido debilitamiento del yuan a medida que se acercaba el Congreso y la cautelosa reacci¨®n del mercado al discurso del presidente Xi son se?ales de los costes potenciales asociados a una China m¨¢s introspectiva. Los mercados tambi¨¦n esperaban una se?al de que la pol¨ªtica de covid cero se levantar¨ªa, aunque fuera gradualmente, pero no se ha producido, lo que echa m¨¢s le?a al fuego sobre el giro introspectivo que ha dado el pa¨ªs. Aunque todo esto es preocupante, y no augura nada bueno para su econom¨ªa, no debemos olvidar que China ¡ªaun creciendo poco¡ª es un mercado enorme, que el resto del mundo est¨¢ en una situaci¨®n muy dif¨ªcil en este momento, lastrado por la inflaci¨®n y, en el caso de Europa, adem¨¢s por la guerra y la crisis energ¨¦tica. En ese contexto, los inversores internacionales podr¨ªan no reaccionar excesivamente a una China que busca la autosuficiencia, pero es cierto que esta direcci¨®n parece estructural al menos mientras el presidente Xi siga en el poder, mientras que la inflaci¨®n en la Uni¨®n Europea quiz¨¢s sea m¨¢s temporal, por no hablar de la guerra en Ucrania. Lo que parece claro es que la rivalidad sist¨¦mica entre China y Occidente estaba aqu¨ª antes del Congreso del PCCh y est¨¢ para quedarse y que China va a seguir viniendo a Europa, con la cartera llena, a adquirir tecnolog¨ªa. No hay lugar m¨¢s f¨¢cil para hacerlo.