La matanza de las inocentes
Nunca los ayatol¨¢s iran¨ªes y sus brutales pretorianos hab¨ªan encontrado una oposici¨®n en la calle tan intensa y pertinaz
Las adolescentes son la vanguardia del levantamiento contra la dictadura de Al¨ª Jamenei, pero esta vez la revuelta concierne a todos. Alcanza a todas las edades, sexos y condiciones, desde los trabajadores de las refiner¨ªas de petr¨®leo hasta los comerciantes del bazar, la capital Teher¨¢n o la ciudad santa de Qom, los estudiantes y las amas de casa, al pa¨ªs entero. A pesar del creciente malestar social y pol¨ªtico, nunca los ayatol¨¢s y sus brutales pretorianos hab¨ªan encontrado una oposici¨®n en la calle tan intensa y pertinaz.
En anteriores ocasiones, fueron los precios de los alimentos y la energ¨ªa los que encendieron la indignaci¨®n de las clases humildes e inundaron el pa¨ªs de manifestaciones, reprimidas sin contemplaciones a palos y a tiros, como es habitual, con un terrible resultado de destrucci¨®n y de muerte. O incluso los pucherazos electorales, como en 2009, cuando la repetici¨®n del mandato presidencial del extremista e impopular Mahmud Ahmadineyad encendi¨® una ola de protestas de estudiantes universitarios, en las que fue crucial el papel de las redes sociales y constituy¨® una avanzadilla persa de la Primavera ?rabe de 2011.
Esta vez, el velo femenino ha sido la chispa de un incendio que lleva ya m¨¢s de 40 d¨ªas y moviliza especialmente a las mujeres j¨®venes, enfrentadas a la obligaci¨®n de cubrirse con la infame prenda solo salir de la infancia bajo amenaza de multa o detenci¨®n. Las autoridades han reconocido que la edad media de las manifestantes, muy activas en las redes sociales, es de 15 a?os. Gracias a YouTube o a TikTok el mundo entero conoce los rostros de esas adolescentes asesinadas a bastonazos, muchachas con sus u?as pintadas y sus canciones de moda que en nada se diferencian de las j¨®venes de aquellos pa¨ªses donde no hay guardianes de la moral, de la vestimenta y de las costumbres y mucho menos un r¨¦gimen militar y religioso que necesita matar inocentes para asegurar su pervivencia.
Nada expresa tan claramente la desconexi¨®n entre la sociedad iran¨ª y el r¨¦gimen clerical como el motivo de la b¨¢rbara actuaci¨®n de la polic¨ªa de las costumbres, ese mech¨®n de pelo suelto de la joven Mahsa Amini que su velo no consegu¨ªa ocultar. La dictadura islamista se est¨¢ quedando sin base social y solo se sostiene gracias a la represi¨®n de la guardia pretoriana de los ayatol¨¢s. Tambi¨¦n a la ausencia de direcci¨®n de las protestas, sin capacidad para organizar una alternativa. No es casualidad la intensa conexi¨®n entre los reg¨ªmenes de Putin y Jamenei, solidarios y hermanados por la guerra y el terror que extienden a su vecindario geogr¨¢fico, el autoritarismo machista con el que tratan a sus j¨®venes y la corrupci¨®n de las oligarqu¨ªas militarizadas que se han hecho con la riqueza de cada uno de los pa¨ªses. Esos drones que matan a los civiles y destruyen sus infraestructuras el¨¦ctricas caen sobre Ucrania con la misma siniestra bendici¨®n del anciano Herodes islamista que asesina a las j¨®venes en Ir¨¢n.
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