Cl¨¢sicos para superar la sedici¨®n
En Roma, la pol¨ªtica se activ¨®: se constat¨® la existencia del conflicto y se negoci¨® para que la ciudad recuperase la convivencia
No es f¨¢cil recomponer una sociedad cuando ha sufrido la crisis interna que es una sedici¨®n. La analog¨ªa sirve y viene de antiguo. De entrada, en lat¨ªn, sedici¨®n signific¨® desuni¨®n. Se asocia a un episodio concreto de revuelta c¨ªvica. Lo reconstruyo tras contrastar con diversas fuentes lo ocurrido hace 2.500 a?os.
A finales del a?o 493 a.C., en Roma, un grupo de plebeyos estaba cada vez m¨¢s apurado por la persecuci¨®n legal de los usureros. Tras haber combatido y ganado batallas, constataron que las promesas del Senado de mejorar su situaci¨®n no se hab¨ªan cumplido y los m¨¢s pobres segu¨ªan yendo a la c¨¢rcel. Ante esa frustraci¨®n pol¨ªtica, la primera reacci¨®n, seg¨²n Plutarco, fue provocar diversos tumultos (el de Queronea usa esa palabra).
La discusi¨®n en el Senado fue intensa. Quienes ejerc¨ªan el poder estaban divididos. Unos estaban por relajar las exigencias de la ley para ayudar a los pobres a quienes se les hab¨ªan hecho falsas promesas. Los otros, en cambio, no quer¨ªan ceder. No era una cuesti¨®n de dinero, cre¨ªan estar preservando el sistema. Si se transig¨ªa, pensaban, favorec¨ªan un ensayo de insolencia de la turba que se hab¨ªa rebelado contra la ley. Mejor reprimirlos. De esas discusiones conocemos un discurso que pronunci¨® un tal Valerio. Dijo que, acabada la guerra, la usura le parec¨ªa lo m¨¢s preocupante para la ciudad, era consciente que hab¨ªan fallado a los soldados plebeyos y no se lo perdonaba. ¡°Ahora se ha asegurado la paz exterior, pero la interior se ha hecho imposible. Prefiero verme involucrado en la sedici¨®n como un ciudadano privado que como dictador¡±. Sali¨® del Senado y, de camino a casa, la ciudadan¨ªa lo aplaudi¨® para agradecerle el gesto.
En esas jornadas cr¨ªticas, al saber que podr¨ªa ser movilizada de nuevo, parte de la ciudadan¨ªa se rebel¨®. ¡°Esta situaci¨®n precipit¨® la sedici¨®n¡±, escribi¨® Tito Livio en su Historia. Aunque se plantearon cargarse a los c¨®nsules, la decisi¨®n fue marcharse de Roma. Acamparon en el Monte Sacro. No hubo ni violencia ni sedici¨®n, pero fueron d¨ªas de caos. Una especie de vac¨ªo de poder. Los plebeyos que se quedaron tem¨ªan por si los atacaban los patricios, los patricios por si los atacaban los plebeyos y los senadores tem¨ªan por la vulnerabilidad militar en la que hab¨ªa quedado la ciudad. ¡°Todas sus esperanzas resid¨ªan en la concordia entre los ciudadanos, y que esta deb¨ªa ser restaurada a cualquier precio¡±. Ante una situaci¨®n insostenible, hora de negociar y necesidad de mejoradores. Cuenta Livio que el portavoz del Senado fue Menenio Agripa. Se traslad¨® al Monte Sacro, habl¨® con los sediciosos porque lo reconoc¨ªan como un interlocutor v¨¢lido y los persuadi¨® para que volviesen gracias a un ap¨®logo: les cont¨® el cuento de un cuerpo cuyos brazos se hab¨ªan rebelado contra el est¨®mago y para protestar hab¨ªan decidido no comer, pero pronto constataron que todo el cuerpo fallaba si fallaba una de sus partes. As¨ª los plebeyos habr¨ªan comprendido que deb¨ªan regresar a la ciudad.
La versi¨®n de Tito Livio es la oficial, la m¨¢s mitificadora, la que reconcilia la sociedad gracias a la ret¨®rica. Pero probablemente la escrita por Dionisio de Halicarnaso se ajuste m¨¢s a la realidad. Para ganar la reconciliaci¨®n, el Senado constituy¨® una delegaci¨®n. Se le otorg¨® ¡°plenos poderes para llegar con los plebeyos a una soluci¨®n de la revuelta en los t¨¦rminos que a ellos mismos les pareciesen justos¡±. En sus manos tendr¨ªan la posibilidad de decidir lo que el Senado, polarizado, no hab¨ªa resuelto y los miembros de la delegaci¨®n ten¨ªan la confianza de los plebeyos. La clave de b¨®veda era si se condonar¨ªan las deudas para que no estuviesen amenazados por los usureros. Se negoci¨® y se lleg¨® a un doble compromiso. Se asumir¨ªa el coste de las deudas. En el Senado habr¨ªa unos magistrados ¨Dlos tribunos de la plebe¨D que defender¨ªan los derechos de los plebeyos. La pol¨ªtica se activ¨® para absorber el conflicto: ante una crisis colectiva provocada por la sedici¨®n, se constat¨® la existencia del conflicto y se negoci¨® para que la ciudad recuperase la convivencia.
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