Los moderados han ganado las elecciones de medio mandato en Estados Unidos
Los comicios han trasladado a dem¨®cratas y republicanos que para tener las m¨¢ximas posibilidades de ganar la Casa Blanca en 2024 necesitan un candidato capaz de llegar m¨¢s all¨¢ de la base del partido
No est¨¢ claro qui¨¦n controlar¨¢ el Congreso tras las elecciones de medio mandato del martes pasado, pero hay dos cosas que s¨ª lo est¨¢n: la moderaci¨®n puede dar grandes dividendos electorales y Donald Trump se ha convertido en un lastre electoral para el Partido Republicano.
Es cierto que acaban de resultar elegidos muchos candidatos extremistas. Seg¨²n The New York Times, el martes vencieron m¨¢s de 200 candidatos republicanos que negaron los resultados de las elecciones de 2020 o pensaron hacerlo. En muchos Estados hay demasiados votantes a los que los ataques del movimiento MAGA (Make America Great Again, los seguidores de Trump) a la integridad de las elecciones no les asquean lo suficiente como para asegurarse de que esos negacionistas ocupen un cargo. Es evidente que los candidatos extremistas que ponen en duda las instituciones democr¨¢ticas de Estados Unidos conservan ciertas posibilidades electorales.
Pero pr¨¢cticamente en todos los Estados en los que los votantes ten¨ªan diversos candidatos republicanos para un cargo estatal obtuvo m¨¢s votos el candidato m¨¢s moderado. El ¡°voto repartido¡± ha ido disminuyendo desde hace d¨¦cadas. A medida que la pol¨ªtica estadounidense se ha polarizado, hay menos votantes dispuestos a apoyar a un republicano para un cargo y a un dem¨®crata para otro. Pero ahora parece que la tendencia est¨¢ invirti¨¦ndose. El martes pasado, un n¨²mero importante de votantes reparti¨® su voto, es decir, apoy¨® a los republicanos que se han mantenido a cierta distancia de Trump y castig¨® a los que han coqueteado con el movimiento MAGA.
La base de Trump todav¨ªa controla firmemente ciertos sectores del Partido Republicano. Pero el extremismo de muchos de sus candidatos ¡ªadem¨¢s de la moderaci¨®n de algunos dem¨®cratas en disputas especialmente importantes¡ª ha sido una de las principales razones por las que no se ha producido la ¡°ola roja¡± prevista.
Brian Kemp, el actual gobernador republicano, que se presentaba a la reelecci¨®n, resisti¨® valientemente las presiones para que rechazara los resultados electorales del Estado en 2020. Sobrevivi¨® a los furiosos ataques de Trump y a unas primarias con un serio rival que, en algunos momentos, pareci¨® que iba a triunfar. La recompensa de Kemp ha sido una victoria inequ¨ªvoca sobre su contrincante dem¨®crata, Stacey Abrams.
En cambio, Herschel Walker, el candidato republicano al Senado, gan¨® sus primarias con un gran apoyo de Trump. Y, cuando tuvo la oportunidad de hablar de algo que no fueran sus esc¨¢ndalos personales, fue para repetir las teor¨ªas de la conspiraci¨®n del movimiento MAGA a prop¨®sito de las elecciones de 2020. Walker tendr¨¢ otra oportunidad de obtener el esca?o en una segunda vuelta. Pero le ha ido mucho peor que a Kemp, puesto que ha conseguido alrededor de 200.000 votos menos y ha quedado por detr¨¢s de su adversario dem¨®crata, Raphael Warnock, por un estrecho margen.
El mismo contraste ha resultado a¨²n m¨¢s llamativo en Pensilvania. Mehmet Oz, el candidato republicano al Senado, y Doug Mastriano, el candidato republicano a gobernador, contaban con el apoyo de Trump y han perdido. Pero Oz, que se presentaba como un conservador m¨¢s convencional y m¨¢s centrado en los problemas econ¨®micos, perdi¨® ante el dem¨®crata progresista John Fetterman solo por tres puntos, aproximadamente. Mastriano, miembro a ultranza del movimiento MAGA, que particip¨® en el mitin en favor de Trump del 6 de enero de 2021, perdi¨® por 13 puntos ante el dem¨®crata moderado Josh Shapiro.
El voto repartido ha cobrado impulso sobre todo por los contrastes tan marcados entre unos candidatos republicanos y otros, como es el caso de Brian Kemp y Herschel Walker. Pero tambi¨¦n pueden haber influido otras diferencias m¨¢s sutiles en el perfil de los candidatos dem¨®cratas, como Raphael Warnock y Stacey Abrams.
Warnock ha apoyado sistem¨¢ticamente las pol¨ªticas del Gobierno de Joe Biden y defiende los derechos de los grupos minoritarios. Pero ha sabido combinar esos compromisos con un ¨¦nfasis en la moderaci¨®n y el acercamiento a los republicanos tradicionales. Es antiguo pastor, le gusta hablar de su fe religiosa y se esforz¨® por ganarse a los votantes blancos y centristas de los suburbios de Atlanta. Incluso ha grabado anuncios populacheros, como uno en el que aparece en una granja de cacahuetes mientras presume de los logros legislativos que ha conseguido haciendo que los dos partidos trabajen juntos.
Abrams sigui¨® una estrategia muy diferente. Firme creyente en la pol¨ªtica identitaria para que el Partido Dem¨®crata gane elecciones, dado que cada vez es mayor el porcentaje de votantes que no son blancos, se present¨® con un programa muy a la izquierda de Warnock. Cuando las encuestas sugirieron que estaba debilit¨¢ndose su apoyo entre los hombres negros de Georgia, descart¨® la idea de que su estrategia pudiera haber irritado a un grupo demogr¨¢fico tradicionalmente dem¨®crata pero socialmente moderado. En lugar de ello, achac¨® sus problemas a que es un sector de la poblaci¨®n muy vulnerable a la propaganda: ¡°Por desgracia, este a?o, los hombres negros han sido una poblaci¨®n muy atacada por la desinformaci¨®n¡±.
Los dem¨®cratas que han prestado m¨¢s atenci¨®n a la econom¨ªa, se han alejado del ala progresista del partido y se han acercado a los votantes republicanos tradicionales tambi¨¦n han obtenido buenos resultados en otros estados. En Ohio, el candidato dem¨®crata al Senado, Tim Ryan, no logr¨® vencer a J. D. Vance, pero obtuvo resultados mucho mejores que otros candidatos dem¨®cratas que se presentaban en ese Estado. Del mismo modo, en Wisconsin, Tony Evers, el actual gobernador dem¨®crata, super¨® a los candidatos m¨¢s progresistas, como el aspirante al Senado Mandela Barnes, y gan¨® la reelecci¨®n, aunque por poco. ¡°En los ¨²ltimos cuatro a?os, me he esforzado en cumplir [mis] promesas¡±, dijo, haciendo hincapi¨¦ en sus credenciales de moderado. ¡°Algunos me llaman aburrido, pero ?sab¨¦is qu¨¦, Wisconsin? Resulta que lo aburrido gana¡±.
David French, uno de los principales conservadores contrarios a Trump (y colaborador de The Atlantic), ha resumido una lecci¨®n crucial de las elecciones del martes. ¡°Resulta que la base republicana¡±, tuite¨®, ¡°necesitaba a algunas de esas personas de las que ha estado burl¨¢ndose, a las que ha despreciado y amedrentado hasta expulsarlas del partido¡±.
En definitiva, cuanto m¨¢s se alinean los candidatos republicanos con el movimiento MAGA, peor les va, en general. El problema es, por supuesto, que el ala activista del Partido Republicano est¨¢ quiz¨¢ demasiado fascinada por Trump para aprender la lecci¨®n. Por muy impopulares que sean en el pa¨ªs en general, los candidatos extremistas que obtuvieron malos resultados en estas elecciones todav¨ªa pueden contar con el apoyo de los fan¨¢ticos dentro de un gran bloque de votantes de las primarias republicanas.
El aumento del voto dividido muestra que los estadounidenses tienen una preferencia real por los moderados cuando pueden votar por ellos. Pero el sistema que utilizan los dos grandes partidos para elegir a sus candidatos puede garantizar que esa opci¨®n no figure en las papeletas cuando m¨¢s importa, en noviembre de 2024.
Las elecciones de mitad de mandato han transmitido un mensaje claro tanto a dem¨®cratas como a republicanos. Para tener las m¨¢ximas posibilidades de ganar la Casa Blanca en 2024, hay que elegir un candidato moderado que sea capaz de llegar m¨¢s all¨¢ de la base del partido. Si ambos partidos aprenden la lecci¨®n, quiz¨¢ estemos ante una era menos polarizada y peligrosa en la pol¨ªtica estadounidense. Si solo la aprende uno de los partidos, tendr¨¢ una gran ventaja. Si ninguno de los dos partidos la aprende, todo es posible, incluido un segundo mandato de Donald Trump.
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