Soy profesora y ha llegado mi jubilaci¨®n
Los lectores escriben sobre la nueva ley educativa, la reforma del delito de malversaci¨®n, las columnas de Savater y disfrutar el d¨ªa a d¨ªa
Soy profesora. El curso pasado estuve apartada de la docencia unos meses que me supieron a siglos. Alejada de las aulas, ech¨¦ de menos las quejas, las risas y la complicidad con los compa?eros. Me produc¨ªa una nostalgia infinita recordar la mirada expectante, somnolienta o aburrida de mis alumnos. Este curso he vuelto al instituto con ganas renovadas, similares a las de mis primeros a?os en activo, aunque estoy a punto de alcanzar esa arcadia feliz que es para muchos la jubilaci¨®n anticipada. El azar ha decidido por m¨ª: voy a jubilarme sin tener casi que decidirlo y evitar¨¦ as¨ª librarme de aplicar una nueva ley educativa que creo mal dise?ada e impuesta y que, no obstante, encaja a la perfecci¨®n con una ¨¦poca en la que se valora mucho la apariencia y poco el contenido. Ahora, mis alumnos de Lat¨ªn, disfrazados de romanos y recitando el O tempora, o mores!, obtendr¨¢n un ¡°logro de desempe?o¡± mayor que desentra?ando el significado ¨²ltimo de esos vocablos latinos, despu¨¦s de analizar, traducir y comprender su contexto. Sin pena ni gloria me marcho. Valete.
Inmaculada Caraballo Fern¨¢ndez. C¨¢diz
El delito de malversaci¨®n
El delito de malversaci¨®n est¨¢ recogido a partir del art¨ªculo 432 del C¨®digo Penal, en su cap¨ªtulo VII. Solo afecta a las personas que ocupen cargo p¨²blico y puede acarrear penas de hasta ocho a?os de prisi¨®n y 20 de inhabilitaci¨®n seg¨²n la gravedad del mismo y la cantidad malversada. Pues ahora resulta que el Gobierno quiere reformarlo porque lo considera anticuado. No es la primera, ni posiblemente ser¨¢ la ¨²ltima vez que un Gobierno pretenda reformar una ley cuando le conviene. Ya en 2015 sufri¨® otra de la mano del PP. Pero a ninguno se le ocurre reformarla para obligar por ley al malversador a devolver lo malversado. Eso s¨ª que ser¨ªa efectivo.
Mario Su¨¢rez. Pilas (Sevilla)
Leo a Savater
Cada s¨¢bado leo la columna de Fernando Savater. Se ha convertido en una costumbre que tiene algo de perversi¨®n, aunque cada semana espero tambi¨¦n un comentario l¨²cido, un pensamiento original, una frase profunda y con valor. En su lugar me encuentro las mismas exageraciones sobre lo m¨¢s rid¨ªculo de cierta ideolog¨ªa izquierdista (no le falta raz¨®n). Chuscos y banales comentarios, m¨¢s propios de la barra de un bar o de los micr¨®fonos de comentaristas sin escr¨²pulos muy pendientes de su bolsillo. Disparates y provocaci¨®n barata que espero sean solo producto de la edad o de la frustraci¨®n tras a?os de ejemplar lucha c¨ªvica. Desde luego tiene todo el derecho a pensar y hablar libremente, pero yo no puedo dejar de sentir pena ante la p¨¦rdida de una mente l¨²cida y brillante.
Gerardo Dom¨ªnguez. Guadalajara
El tiempo corre
Hace menos de tres meses desde que se acab¨® el verano y si miras a cualquier lado estamos ya en Navidad. Incluso ya antes de que entrase el oto?o, mucha gente se encontraba ansiosa porque llegase Halloween, y luego no hac¨ªan m¨¢s que dar inicio a la ¨¦poca de Navidad. Y seguramente, cuando esta termine, comenzar¨¢n con la siguiente ¨¦poca, aun faltando varias semanas. Con todo esto solo lograremos que las ¨¦pocas especiales pierdan su esencia, y vivamos en un ansia constante que no nos permite disfrutar del presente.
Alba Alb¨ªn Rodr¨ªguez. Madrid
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