?Paz en Ucrania?
La posibilidad de que haya llegado el momento de iniciar unas conversaciones que terminen con la guerra pasan porque Putin tenga que compartir las decisiones de Rusia con su jerarqu¨ªa
Pese a la liberaci¨®n de Jers¨®n y de buena parte de los territorios conquistados antes por la Rusia de Putin, de los que las tropas rusas han sido expulsadas por el coraje de los ucranios, se vuelve a hablar de ¡°paz¡± en el m¨¢s grave conflicto que se haya producido desde la II Guerra Mundial.
El estallido de unas descargas de proyectiles en Polonia, con el fallecimiento de dos polacos, enviados por Ucrania o por Rusia, todav¨ªa de responsabilidad dudosa, agrava la tensi¨®n en esa frontera, mientras que Volod¨ªmir Zelenski, que compareci¨® ante la prensa hace dos d¨ªas, pidi¨® que se abran cuanto antes ¡°las conversaciones de paz¡± entre Rusia y Ucrania, exigiendo, eso s¨ª, que Rusia devuelva todos los enclaves ucranios que ha ocupado, algo que el canciller ruso ha calificado de ¡°pretensiones exageradas¡±.
No ser¨¢ f¨¢cil que se abran esas ¡°conversaciones de paz¡± en estos momentos. En tanto que, creo, hay una hostilidad mayoritaria del pueblo ruso a la guerra, la verdad es que este pueblo siente, en su gran mayor¨ªa, que Ucrania sigue siendo parte de Rusia, por la vinculaci¨®n hist¨®rica que existe entre ambos pa¨ªses ¡ªlos reyes de Rusia habr¨ªan sido, antes, ucranios que rusos¡ª y las m¨²ltiples conexiones entre ambos Estados, que, no lo olvidemos, cogobernaron tanto Stalin como Jruchov, como si fueran uno solo. Este ¨²ltimo lleg¨®, incluso, a reorganizar el territorio de Ucrania para que sirviera mejor a los intereses de la URSS que a la propia sociedad ucrania.
Son muy interesantes, a este respecto, las declaraciones recientes de una novelista ucrania, recientemente traducida en Espa?a, que relata la estrecha vinculaci¨®n que exist¨ªa entre Rusia y Ucrania en el pasado ¡ªla mayor parte de los ucranios habla ruso, idioma en el que fueron educados¡ª, y sostiene que, ahora, en raz¨®n del conflicto con el pa¨ªs vecino, los ucranios se van apartando de ese legado tradicional e impulsan el ucranio en los colegios as¨ª como en sus propios peri¨®dicos y escritores. Es una raz¨®n de m¨¢s para establecer que la guerra emprendida por Putin alejar¨¢ a un pa¨ªs que se hallaba muy pr¨®ximo de Rusia desde hac¨ªa muchos a?os. ?No estuvo entre los c¨¢lculos de Putin, al declarar esta guerra y acusar al nuevo Gobierno ucranio de ¡°nazismo¡±, que semejantes acusaciones romper¨ªan los estrechos lazos que hab¨ªan unido a ambos pueblos en el pasado?
Desde luego, los pa¨ªses cambian sus relaciones con sus vecinos, y el siglo XX ha visto c¨®mo se alteraban las alianzas y c¨®mo antiguos aliados se apartaban a veces por consideraciones pol¨ªticas de estos vecinos ¡ªtal vez sea el caso de llamar ¡°c¨®mplices¡± a los pa¨ªses con quienes hab¨ªan mantenido, a lo largo de muchos a?os, esa buena vecindad, al extremo de ser considerados esos aliados por parte de los pa¨ªses del resto del mundo como un solo pa¨ªs¡ª. No hay duda de que esta guerra rompe esta estrecha vinculaci¨®n hist¨®rica, hasta asegurar la absoluta independencia de Ucrania respecto a Rusia, y que, con sus muchos muertos, esta ruptura quedar¨¢ confirmada. Es una de las consecuencias de este conflicto que ser¨¢ uno de sus peores saldos; la responsabilidad ser¨¢, sobre todo, de Vlad¨ªmir Putin.
En todo caso, las dificultades para Rusia van creciendo y esto, desde luego, es un obst¨¢culo para las negociaciones de paz, que deber¨ªan haberse abierto hace alg¨²n tiempo, ya que el impedimento mayor es la guerra misma entre ambos pa¨ªses. La dificultad que se abre para que estas negociaciones comiencen es, sin duda, el empe?o de Putin en sacar adelante la humillaci¨®n de Ucrania, algo que, con las perspectivas de esta guerra y sus consecuencias en el mundo, es dif¨ªcil de imaginar.
La dificultad mayor es la raz¨®n esgrimida por el jefe del Gobierno ruso, es decir de Putin mismo, que acus¨® a Ucrania, como motivo para invadirla, de haber cedido a un pu?ado de sirvientes del nazismo, enquistados en el poder. De acuerdo a estas acusaciones, los ucranios deber¨ªan haber recibido a las tropas invasoras como a verdaderos liberadores, y es obvio que no ha sido as¨ª. Por el contario, se tiene la impresi¨®n de que el ej¨¦rcito ruso estaba muy mal preparado para estas acciones, y que la reacci¨®n ucrania ha sido muy eficiente, y ha tenido como sorprendente consecuencia la de detener la invasi¨®n rusa, y hasta la de hacerla retroceder. El espect¨¢culo del ej¨¦rcito ruso, desconectado entre s¨ª, eludiendo las acciones militares, huyendo de la acci¨®n, debe haber sorprendido al propio Putin, que, es obvio, no ten¨ªa ni siquiera una concepci¨®n exacta de su propio ej¨¦rcito. Debe estar lament¨¢ndose, en privado, de tener tan escasos conocimientos de las condiciones en que se encontraban sus propias fuerzas militares. As¨ª como del apoyo que recibir¨ªan los ucranios de toda la Alianza Atl¨¢ntica, y, en especial, de los Estados Unidos, que, por supuesto, han estado financiando en buena parte la resistencia de Ucrania del asalto de los rusos.
La situaci¨®n, en estos momentos, es tal que dif¨ªcilmente existe un ambiente propicio a la apertura de las negociaciones de paz. A menos que en Rusia misma se opere un cambio de situaci¨®n en que la acci¨®n de Putin se vea frenada, o cortada de ra¨ªz, por sus colaboradores m¨¢s inmediatos. No da la impresi¨®n de que la situaci¨®n de las fuerzas militares rusas sea tan deplorable que haya llegado el momento de limitar o cancelar la influencia de Putin en las acciones militares de Rusia. Si la guerra contin¨²a hay un nuevo conflicto en perspectiva. Ucrania, ensoberbecida por sus victorias militares, puede exigir que las negociaciones de paz se establezcan de manera que resulten inaceptables por Rusia. Y, entonces, el conflicto se alargar¨¢ hasta que la amenaza de usar proyectiles at¨®micos por parte de Rusia tenga visos de realidad. Y, en ese caso, se abre la perspectiva de un conflicto at¨®mico entre las grandes potencias del que quedar¨¢ apenas una d¨¦cima parte del mundo viviente, si es que ¨¦ste no desaparece del todo.
La ¨²nica posibilidad de que se abran negociaciones de paz, en el m¨¢s serio conflicto que atraviesa el mundo, es que la direcci¨®n que Putin ejerce en los asuntos rusos, se vea reducida, o compartida con los jefes militares o pol¨ªticos, quienes, sin duda, ven con sombr¨ªas perspectivas lo que se avecina. Pero no parece que las cosas hubieran llegado a esos extremos. Por lo menos, no todav¨ªa, aunque, sin duda, caminan en esa direcci¨®n.
Parece mentira: el capricho de un jefe de Estado nos ha llevado a esta situaci¨®n tan gravemente comprometida que depende exclusivamente de Rusia que se abran unas negociaciones de paz justas, es decir, que garanticen la independencia de Ucrania. Esto no es posible si Rusia no est¨¢ dispuesta a devolver todos los territorios de ese vecino pa¨ªs que ha conquistado. Y Ucrania no se someter¨¢ a una humillaci¨®n m¨¢s, con todos esos muertos que tiene y el hero¨ªsmo de que ha dado testimonio, en esta guerra injusta, que un gigante maltrecho ha llevado a su territorio.
La posibilidad de que se abran unas negociaciones de paz, depende de que los jerarcas de Rusia (nadie sabe qui¨¦nes son todav¨ªa), mermen o cancelen el poder que ha venido ejerciendo Putin. Pero es demasiado pronto todav¨ªa para que aquello ocurra. Mientras tanto, esta guerra continuar¨¢, llenando los campos de Europa con v¨ªctimas inocentes. ?Hasta cu¨¢ndo?
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