Barbarie de Estado en Ir¨¢n
La brutal represi¨®n del r¨¦gimen de los ayatol¨¢s contra las movilizaciones feministas persiste ante la pasividad internacional
La maquinaria represiva iran¨ª avanza sistem¨¢tica pero infructuosamente en su intento de desarticular las protestas que se suceden a diario desde el asesinato en una comisar¨ªa de Teher¨¢n el pasado 16 de septiembre de la joven Mahsa Amini, quien hab¨ªa sido detenida por la Polic¨ªa de la Moral acusada de no llevar el velo isl¨¢mico correctamente puesto. La brutal actuaci¨®n policial y de cuerpos paramilitares del r¨¦gimen ha sido reconocida oficialmente en una cifra pr¨®xima a un escenario de guerra: 300 muertos. Pero las cifras que aducen diversas ONG se elevan al menos a 450 y un n¨²mero indeterminado de heridos. A todo ello se suma una masiva sucesi¨®n de condenas a muerte.
Hasta el momento, el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s ha recurrido en dos ocasiones a las ejecuciones como forma de escarmiento a quienes bajo el lema ¡°Mujer, vida, libertad¡± protestan contra la teocracia instaurada en Ir¨¢n tras la revoluci¨®n de 1979. Se trata de Mohsen Shekari y Majid Reza Rahnavard, ambos de 23 a?os, ahorcados bajo la acusaci¨®n de ¡°cr¨ªmenes de guerra¡±, entendiendo como tales el bloqueo de calles o las amenazas a los cuerpos de seguridad. Organizaciones defensoras de los derechos humanos advierten de que, a corto plazo, otras 15 personas pueden correr la misma suerte. Y en el medio plazo el n¨²mero se puede multiplicar exponencialmente porque hay entre 14.000 (seg¨²n Naciones Unidas) y 18.000 (seg¨²n ONG) detenidos. Mientras, se multiplican las condenas contra los que el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s denomina ¡°alborotadores¡± pero, usando su propia terminolog¨ªa, trata como ¡°criminales de guerra¡±. Solo en Teher¨¢n, al menos 400 personas ya han sido condenadas a penas de entre dos y diez a?os de prisi¨®n seg¨²n el fiscal de la capital iran¨ª. Conviene recordar que sigue habiendo dos ciudadanos espa?oles detenidos: Ana Baneira y Santiago S¨¢nchez Cogedor.
Se pueden extraer algunas conclusiones. A pesar de la violenta actuaci¨®n del r¨¦gimen, las protestas no han cesado desde hace tres meses, pero, a la vez, el Gobierno iran¨ª no tiene l¨ªmites a la hora de enfrentarse al mayor desaf¨ªo popular desde la instauraci¨®n de la Rep¨²blica Isl¨¢mica. Las sucesivas rondas de sanciones impuestas por la UE no parecen hacer mella en una jerarqu¨ªa confiada en el miedo y el cansancio de quienes se han lanzado a las calles y que ha visto catapultada su influencia internacional gracias a las ventas de drones a Rusia, drones que est¨¢n resultando cruciales en la destrucci¨®n de infraestructuras civiles ucranias. El chantaje iran¨ª al retener a ciudadanos europeos con largas condenas en previsi¨®n de futuros intercambios de presos tampoco es una se?al alentadora. Cada d¨ªa que pasa hay m¨¢s v¨ªctimas y represaliados en Ir¨¢n. La comunidad democr¨¢tica internacional no deber¨ªa ser indiferente ante un estallido social nacido de la reclamaci¨®n de derechos b¨¢sicos para las mujeres, y convertido ya en un referente mundial.
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