Un siglo de petr¨®leo
Hace justo cien a?os, en diciembre, se registr¨® un accidente en un pozo exploratorio de la costa oriental del Lago de Maracaibo, al occidente de Venezuela, que impact¨® a todo el mundo
Hace justo cien a?os, en el mes de diciembre, se registr¨® un accidente en un pozo exploratorio de la costa oriental del Lago de Maracaibo, al occidente de Venezuela.
El suceso cobr¨® inmediata notoriedad en todo el mundo por su espectacularidad y por todo lo que significaba para el Gran Negocio haber asegurado una comarca de verdadero potencial productivo.
La columna del chorro de crudo ligero se elev¨® a 40 metros sobre la boca del pozo con un flujo de cien mil barriles diarios y durante nueve d¨ªas pudo apreciarse a simple vista desde Maracaibo, 45 kil¨®metros al otro lado del gran lago. El estallido fue producto de la acumulaci¨®n de gases durante una pausa de varios meses que impuso una obstrucci¨®n en el pozo, a menos de 500 metros de profundidad.
Cuando al fin se reanud¨® la perforaci¨®n, los gases se abrieron camino de golpe, haciendo que la cabria de madera del pozo Los Barrosos #2 saltase en mil pedazos. Antes de que los operarios lograsen controlar el siniestro, m¨¢s de 900.000 barriles de crudo ligero llovieron sobre un ¨¢rea de m¨¢s de 300 hect¨¢reas.
Podr¨ªa, pues, decirse (como lo hace nuestro Francisco Monaldi, de la Universidad de Rice, en Texas), que la industria petrolera irrumpi¨® en la vida de un pa¨ªs muy pobre, b¨¢rbaro y pal¨²dico gracias a un accidente de perforaci¨®n. Antes del final de la d¨¦cada de precios bajos y explosi¨®n de la demanda global, el pa¨ªs se contaba ya entre los primeros productores del mundo.
Mi generaci¨®n es contempor¨¢nea de la crisis de Suez, la creaci¨®n de la Opep y el alza de pecios que sigui¨® a la guerra de Yom Kippur, en 1973. Nos hicimos adultos con la nacionalizaci¨®n de la industria y la creaci¨®n, en 1976, de la inefable Petr¨®leos de Venezuela, Pdvsa. Fue justo entonces cuando Terry Lynn Karl, joven estudiante de la maestr¨ªa en ciencias pol¨ªticas de la Universidad de Stanford, peregrin¨® a Caracas solo para conocer al doctor Juan Pablo P¨¦rez Alfonzo, el llamado ¡°padre de la Opep¡±.
El inter¨¦s por el papel que, desde su fundaci¨®n, hab¨ªa jugado la Opep en la geopol¨ªtica de la Guerra Fr¨ªa crec¨ªa por entonces en universidades estadounidenses.
El embargo a Occidente decretado por los miembros ¨¢rabes de la Opep a fines de 1973 concret¨® al fin la idea del ¡°petr¨®leo como arma¡± que hab¨ªa prendido en el mundo ¨¢rabe con el definitivo fortalecimiento del c¨¢rtel de pa¨ªses productores alcanzado a comienzos de aquella d¨¦cada.
Atenta a todo ello, Terry Lynn Karl trabajaba en una tesis doctoral sobre el c¨¢rtel de productores. Cuenta Karl que P¨¦rez Alfonzo le dijo: ¡°Olv¨ªdese de la Opep, joven. Es un tema sumamente aburrido. Estudie mejor lo que el petr¨®leo le hace a nuestros pa¨ªses. Lo que est¨¢ haci¨¦ndonos. Mire en torno suyo, ?en veinte a?os estaremos en la ruina!¡±.
Terry Karl acept¨® la sugerencia de olvidarse de la Opep e inmediatamente rehizo sus planes para acometer una investigaci¨®n cuyo resultado, al cabo de pocos a?os, fue un libro fundamental: The paradox of plenty: oil booms and petrostates, publicado en 1997 por la Universidad de California. A¨²n no ha sido vertido al espa?ol.
La paradoja de la abundancia: los booms y los petroestados es un superlativo estudio de historia econ¨®mica comparada que se remonta al siglo XVII hispanoamericano y europeo antes de orientar un minucioso examen, en caliente, de las ¡°conductas¡± estatales, de la mentalidad del funcionariado y las turbulentas condiciones en que los gobiernos de muchas naciones exportadoras tomaron decisiones durante aquel boom de precios.
El libro de Karl es hoy un texto can¨®nico que cubre los altibajos de dos ciclos de precios altos casi consecutivos, el que comenz¨® con el embargo del 73 y el boom de 1981, provocado este ¨²ltimo en gran parte por la guerra entre Ir¨¢n e Irak (1980-1988). Karl examina el desempe?o institucional de nueve pa¨ªses productores de petr¨®leo durante aquellos booms.
Algunos de los pa¨ªses examinados eran ya entonces miembros de la Opep; otros no. Se trata de naciones con historias, instituciones y culturas tan dispares como pueden serlo las de Nigeria, Ir¨¢n, Iraq, Gab¨®n, Argelia, Ecuador, Indonesia y muy se?aladamente Noruega. La plataforma de despegue de este ambicioso estudio comparativo fue, justamente, Venezuela. La investigadora frecuent¨® el pa¨ªs durante un lustro desde el mismo A?o I de la nacionalizaci¨®n.
Al leerlo por vez primera, cuando apareci¨® a fines del siglo pasado, sent¨ª estar ante un tratado de vulcanolog¨ªa de los petroestados y, tambi¨¦n, una bit¨¢cora de nuestras vidas s¨²bditas del ciclo de precios durante un siglo. El paso del tiempo no ha disipado esa impresi¨®n.
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