El enredo de las criptodivisas
Las criptodivisas han dise?ado f¨®rmulas para cometer viejos fraudes financieros esquivando a la justicia y atrapando a incautos
En un a?o de extremos cada vez m¨¢s enfrentados, pocas cosas ha habido m¨¢s polarizantes que las criptodivisas. Mientras el potencial de la tecnolog¨ªa blockchain sigue siendo un misterio por resolver, los hechos del mercado especulativo de las criptomonedas son cada vez m¨¢s concretos. Tras un a?o ...
En un a?o de extremos cada vez m¨¢s enfrentados, pocas cosas ha habido m¨¢s polarizantes que las criptodivisas. Mientras el potencial de la tecnolog¨ªa blockchain sigue siendo un misterio por resolver, los hechos del mercado especulativo de las criptomonedas son cada vez m¨¢s concretos. Tras un a?o marcado por el fraude, las campa?as hiperb¨®licas y la amenaza incumplida de la regulaci¨®n, solo queda una conclusi¨®n posible: invertir en criptomonedas sigue siendo altamente arriesgado para cualquiera, pero es un negocio decididamente ruinoso para el inversor no profesional. Tres de cada cuatro personas que invierten en criptomonedas pierden su dinero. Lo dice un informe del Banco de Pagos Internacionales que analiza la inversi¨®n en criptodivisas en 95 pa¨ªses entre 2015 y 2022. La investigaci¨®n revela c¨®mo, a medida que las divisas iban inflando su precio, los peque?os inversores fueron comprando, mientras que los grandes inversores o ¡°ballenas¡± vend¨ªan, en un entorno acelerado artificialmente por campa?as publicitarias glorificando la ¡°valent¨ªa¡± de comprar activos inestables sin garant¨ªas ni red.
La explosiva combinaci¨®n de inexperiencia financiera y codicia puede hacer el resto. Un estudio de la empresa belga Cardify revela que uno de cada tres usuarios invierte sin entender los aspectos m¨¢s fundamentales del mercado financiero, ni las caracter¨ªsticas de la tecnolog¨ªa blockchain. Su principal fuente de informaci¨®n son las cuentas de influencers en Twitter, YouTube, Discord y los grupos especializados de Telegram: b¨¢sicamente prometen dinero f¨¢cil. Las aplicaciones de inversi¨®n que han rebajado a cero los requisitos de entrada est¨¢n dise?adas como juegos donde la inversi¨®n es causal, social y despreocupada, pero se pierde dinero de verdad. El sistema ha democratizado el acceso al mercado de inversi¨®n, pero afianzando la asimetr¨ªa en el acceso a la informaci¨®n m¨¢s relevante.
Y, sin embargo, no ha pasado el peligro. Bitcoin perdi¨® el 60% de su valor en 2022, ether el 67%, y el mantra habitual en los foros inversionistas es buy the dip (compra en el baj¨®n). Las nuevas campa?as publicitarias comparan el criptoinvierno con el fin de la burbuja puntocom para animar a los esc¨¦pticos a ¡°entrar¡± en el mercado cuando est¨¢ barato. Qui¨¦n no querr¨ªa haber comprado acciones de Google, Amazon o Apple en octubre de 2002, cuando la cotizaci¨®n de la industria tecnol¨®gica hab¨ªa ca¨ªdo un 75%. Solo que el mercado especulativo no se parece al tecnol¨®gico. Principalmente, porque las empresas tecnol¨®gicas dise?aban buscadores, cadenas de producci¨®n, ordenadores, sistemas operativos, reproductores de MP3. Las criptodivisas solo han dise?ado f¨®rmulas para cometer viejos fraudes financieros esquivando a la justicia, quemando grandes cantidades de energ¨ªa en el proceso y dejando la factura a millones de usuarios desprevenidos. No es m¨¢s que un ecosistema dise?ado para atrapar incautos: un casino disfrazado de Wall Street.