?Qu¨¦ pretende Enrique Alfaro?
En una de esas, por no tener estrategia ni saber el valor de la denuncia period¨ªstica, con sus desplantes el gobernador de Jalisco le abre en 2024 la puerta a Morena de uno de los Estados menos afines al presidente
A a?o y medio de la renovaci¨®n de la gubernatura de Jalisco, el titular del Ejecutivo estatal, Enrique Alfaro, ha decidido que parte de su legado sea anular uno de los poderes f¨¢cticos que han marcado la vida tapat¨ªa desde los a?os noventa. En esa pugna contra Ra¨²l Padilla L¨®pez, jefe del llamado grupo Universidad de Guadalajara, el gobernador apuesta su resto sin dimensionar que si emprende esa batalla mediante desplantes antidemocr¨¢ticos acabar¨¢ alineando adversarios y complicando su futuro y el de su partido.
Como todo M¨¦xico, Jalisco tiene un problema de inseguridad por el crimen organizado que ah¨ª habita y cobra, pero la marcha del Estado luce bien en otros campos: es l¨ªder agropecuario nacional, atrae inversi¨®n, su aeropuerto muestra el dinamismo de obras y ampliaciones que la terminal a¨¦rea capitalina hace mucho perdi¨®, se hacen presas y trenes ah¨ª, y Puerto Vallarta ¡ªcon la Riviera Nayarita¡ª es parte del uno dos tres del turismo nacional.
Parte de ese impulso se debe a que una serie de gobernantes han ayudado al Estado; pero sobre todo a que estos han tenido controles por parte de otros sectores. Es una entidad en la que el clero, la iniciativa privada, los medios de comunicaci¨®n, la oposici¨®n, las universidades y, por supuesto, la ciudadan¨ªa han ido ocupando espacios de poder que todo gobernante en turno ha resentido. La entidad tiene contrapesos, que a veces derivan en cacicazgos: por ejemplo, el del cardenal Sandoval ??iguez, y el de Padilla en la UdeG.
Si trat¨¢ramos de ser justos habr¨ªa que reconocer que de tiempo atr¨¢s a hoy, la Iglesia y la Universidad de Guadalajara han sido pilares de la vida jalisciense. Contribuyen a la identidad de los de ah¨ª, pero tambi¨¦n se han constituido en impedimento democr¨¢tico. La primera resiente todo avance de los derechos de g¨¦nero y sexualidad, y tiene ¨¦xito en ese bloqueo; el jefe de la segunda es al¨¦rgico a que alguien que no sea del clan Padilla incida en el rumbo de la m¨¢xima casa de estudios estatal.
En el caso universitario se da la circunstancia de que el control que tiene Padilla sobre la universidad ha sido utilizado, tambi¨¦n, para diversificar la oferta regional de ¨¦sta, para lanzar iniciativas de incomparable envergadura a nivel nacional como la Feria Internacional del Libro de cada oto?o, y para robustecer su infraestructura educativa y cultural. Pero la UdeG es, sin lugar a dudas, un coto de poder que se usa para atorar a todo gobernador, que termina por negociar con ¡°el licenciado¡±, como llaman a Ra¨²l.
Alfaro no quiso ser otro m¨¢s de los gobernantes de Jalisco sometido al dominio transexenal de Ra¨²l. Y al amparo de la pandemia acot¨® a la UdeG presupuestalmente. En esa cruzada, por si hiciera falta decirlo, hay un componente de revancha familiar, pues en su momento el padre del gobernador tuvo protagonismo como hombre fuerte de la UdeG, de la que fue rector, para luego ser desplazado por Ra¨²l. Pero esa motivaci¨®n personal solo condimenta una pugna que impactar¨¢ la pol¨ªtica a nivel nacional.
En todo caso, el problema de Alfaro no es el qu¨¦, sino el c¨®mo. Algo nada original en los pol¨ªticos, entre quienes abundan aquellos cuyas intenciones se terminan por enredar en las formas. Pretender quitarle a Padilla L¨®pez peso y control sobre la vida p¨²blica de Jalisco ser¨ªa bien visto por distintos actores, incluido el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Sin embargo, ese intento puede fracasar no solo por la habilidad del taimado exrector, sino por la evidente incapacidad estrat¨¦gica del inquilino de Casa Jalisco.
En el marco de esa pugna Alfaro ha mostrado, de nueva cuenta, un talante de intolerancia a la prensa. El gobernador fue visto como el culpable de la encarcelaci¨®n de tres activistas de la universidad que protestan por un predio en una famosa barranca. Esa detenci¨®n fue considerada como injusta y fuera de toda proporci¨®n, un abuso de quien al no poder convencer de que nada ten¨ªa que ver, estall¨® en contra de periodistas como Diego Petersen.
Petersen, columnista de El Informador, de Sinembargo.mx, e invitado frecuente a la radio capitalina, fue objeto de la ira de Alfaro, quien le llam¨® gatillero. El gobernador reclamaba que el columnista tiene conflicto de inter¨¦s al opinar sobre el predio (su hermano Alfonso fue alcalde y se supone que privatiz¨® el terreno cuya disputa deriv¨® en las mencionadas detenciones), pero sobre todo lo ve como uno m¨¢s de los que critican porque el Gobierno estatal cancel¨® pagos de publicidad oficial.
La realidad es que Alfaro tiene un car¨¢cter explosivo que desde tiempo atr¨¢s le ha tra¨ªdo problemas con la prensa. Dicen que cuando la medicina no ha hecho efecto hay que repetir dosis, entonces para ilustrar la intolerancia del gobernador, citemos a Petersen en una columna de 2017, cuando el entonces alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro, ofreci¨® disculpas a los diarios Mural, NTR y Cr¨®nica por llamarlos ¡°basura¡±: ¡°Muchos pol¨ªticos creen que la relaci¨®n con la prensa es pavloviana: hay publicidad, viene el aplauso; no hay publicidad, todo es golpeteo. Es caricaturesco, pero la mayor¨ªa as¨ª lo creen. Resulta parad¨®jico que le den tanta importancia a la relaci¨®n con los medios, pero le dediquen tan poco tiempo a entender c¨®mo funcionan. Los cursos de media training (el nombre es en s¨ª mismo insoportable) que les dan a los pol¨ªticos en edad de merecer se limita a ense?arles c¨®mo sonre¨ªr y c¨®mo contestar, nunca a entender c¨®mo funcionan los medios, c¨®mo se procesa la informaci¨®n y qu¨¦ es lo espec¨ªfico de cada medio. Hablar de los medios es una falacia, es literalmente un gen¨¦rico, como decir que todos los hombres son iguales, todos los pol¨ªticos son rateros, todos los diputados son flojos, etc¨¦tera¡±.
¡°S¨ª, efectivamente hay algunos medios dispuestos a hacer un trabajo de golpeteo, pero son los menos y me atrever¨ªa a decir que los menos importantes y menos influyentes; con su actitud y reacciones, son los pol¨ªticos quienes los hacen grandes e importantes. Al no distinguir el grano de la paja, la cr¨ªtica del golpeteo, la informaci¨®n de la propaganda ¡ªentre otras cosas porque ellos mismos, como parte de su comunicaci¨®n pol¨ªtica, se dedican a generar la confusi¨®n¡ª, terminan siendo incapaces de leer correctamente a los medios¡±. (El informador, 8 de junio de 2017).
Alfaro es de la idea de que no necesita a los medios para gobernar. Y de que estos son emisarios de sus enemigos. ?D¨®nde hemos o¨ªdo eso? Por eso cuando los medios cumplen su funci¨®n de denunciar irregularidades o insuficiencias gubernamentales ¡ªy a menudo muchos colegas de Jalisco lo han hecho¡ª se han ganado ep¨ªtetos alfaristas. Como dec¨ªa Diego, no distingue informaci¨®n de ataque y se va de boca.
Esa propensi¨®n es un preocupante signo de una carencia en un pol¨ªtico que quiere aspirar a cosas mayores (por si gobernar un Estado como Jalisco no lo fuera). Mas en el reciente ataque en contra de Petersen rebas¨® una delicada l¨ªnea. Es denigratorio llamar ¡°periodiquito¡± a una publicaci¨®n que le saca trapos sucios, pero calificar a un columnista de gatillero implica poner, desde el Gobierno, a la labor period¨ªstica en las filas de la criminalidad, es proscribir cualquier denuncia porque se le equipara con la labor de un mat¨®n.
?Con esas cartas credenciales se quiere presentar Alfaro a nivel nacional cuando est¨¢ a punto de iniciar la temporada preelectoral rumbo a 2024? ?Luego de innumerables ma?aneras donde de manera atroz el presidente de la Rep¨²blica ha abusado de su poder para atacar con toda clase de recursos denigratorios a periodistas, Alfaro se siente bien emulando a AMLO y al mismo tiempo encarnando una de las opciones presidenciales de Movimiento Ciudadano? ?Es que no lo ve? ?Es que no le importa? ?Qu¨¦ pretende Alfaro?
El actual gobernador de Jalisco parece olvidar que la alternancia en ese Estado lleg¨® luego de movilizaciones de mujeres en contra de la violencia en los albores de los a?os noventa. Que el cambio de partidos en el poder es una realidad porque los ciudadanos vieron c¨®mo sus gobiernos los abandonaron en manos de criminales, por un lado, o c¨®mo nunca castigaron a quienes provocaron la muerte de cientos en las explosiones del sector Reforma en 1992. Que lo impensable ocurri¨®: corrieron al PRI del Estado seis a?os antes que Fox llegara a Los Pinos, y cuando los panistas se corrompieron y emborracharon, de poder y de alcohol a expensas del erario, tambi¨¦n corrieron a los que se supon¨ªa que eran honestos.
La carrera de Alfaro se benefici¨® de las denuncias de esa prensa que ahora fustiga. Su m¨¦rito y tes¨®n personales le ganaron alcald¨ªas y una gubernatura. Su oficio pol¨ªtico es patente en el control que tiene de la zona metropolitana y en el Congreso del Estado. Pero eso que le dieron los ciudadanos, se lo pueden quitar como antes se lo arrebataron a soberbios priistas o zafios panistas.
Alfaro est¨¢ a tiempo de corregir. De gobernarse. De cerrar bien su sexenio. Atacar al mensajero no va a ocultar realidades donde, como en el enredado caso del predio de la barranca de Huentit¨¢n, la UdeG logr¨® que el malo de la pel¨ªcula, a nivel nacional e incluso internacional, fuera el gobernador.
El mandatario de Jalisco tiene el derecho a jugarse su capital pol¨ªtico en el intento por destronar a Padilla L¨®pez. Pero hoy la apuesta parece perdida en t¨¦rminos de opini¨®n p¨²blica. De hecho, hasta podr¨ªa estarle construyendo una candidatura competitiva a Ricardo Villanueva, rector de la UdeG que ha ganado visibilidad con los embates de Alfaro, con lo que complicar¨ªa las posibilidades de que Movimiento Ciudadano retenga la gubernatura y, de paso, de que el partido se proyecte como buena opci¨®n para el pa¨ªs en 2024.
Hasta hoy Dante Delgado ha desde?ado el liderazgo de Alfaro, pero en una de esas el veracruzano tiene bien diagnosticado al jalisciense. Si ¨¦ste no se puede controlar, si cree que un columnista acreditado es un pistolero en un pa¨ªs que no est¨¢ para usar met¨¢foras criminales a la ligera, entonces quiz¨¢ el actual gobernador de Jalisco no tiene el empaque que se requiere para una carrera nacional.
Por lo pronto, desde el fin de a?o pasado Alfaro acumula reveses. Protestar contra la FIL fue un desprop¨®sito, obligar a MC a boicotear esa feria, tambi¨¦n. Y, lo peor, que solo pareci¨® fortalecer a Ra¨²l, con quien no se meter¨¢ AMLO pues se saben cosas de cuando han sido aliados.
En una de esas, por no tener estrategia ni saber el valor de la denuncia period¨ªstica leg¨ªtima, con sus desplantes Alfaro le abre en 2024 la puerta a Morena de uno de los Estados menos afines al movimiento del presidente L¨®pez Obrador. Y Ra¨²l estar¨¢ feliz pues encontrar¨¢ la manera de negociar con el nuevo gobernante. Como siempre.
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