¡®Baraye¡¯ y la protesta de Ir¨¢n
La canci¨®n del iran¨ª Shervin Hajipour, que suma millones de visualizaciones, ha llevado la revuelta y las aspiraciones de su pueblo por todo el mundo
Elon Musk emprende la senda de 2023 c¨®modamente instalado en el caos organizativo y la incertidumbre tecnol¨®gica y financiera, hasta el punto de que no habr¨ªa que descartar que esta serie de columnas pierda su t¨ªtulo Anatom¨ªa de Twitter y empiece a llamarse Autopsia de Twitter. Si el multimillona...
Elon Musk emprende la senda de 2023 c¨®modamente instalado en el caos organizativo y la incertidumbre tecnol¨®gica y financiera, hasta el punto de que no habr¨ªa que descartar que esta serie de columnas pierda su t¨ªtulo Anatom¨ªa de Twitter y empiece a llamarse Autopsia de Twitter. Si el multimillonario no busca acabar con su ¨²ltima apuesta empresarial, al menos lo parece sospechosamente. Twitter ha perdido en el ¨²ltimo a?o a m¨¢s de 500 de sus principales anunciantes y factura a diario un 40% menos que el pasado ejercicio, seg¨²n ha revelado un empleado de la compa?¨ªa al medio especializado The Information. Por una puerta de Twitter salen los anunciantes y por la otra entran los responsables de m¨¢s de 12.000 cuentas hom¨®fobas, conspiranoicas, islam¨®fobas y neonazis que fueron suspendidas en el pasado. En nombre del ¡°absolutismo de la libertad¡±, Musk ha ordenado el regreso de los ¡°muchachos revoltosos¡±. A esto hay que sumarle una dr¨¢stica reducci¨®n en los equipos humanos que Twitter dedica a la moderaci¨®n de los comentarios de odio y a luchar contra la desinformaci¨®n. Esta pol¨ªtica impacta silenciosamente en las democracias, tanto en las consolidadas como en las emergentes.
Mientras los usuarios de Twitter se conectan cada d¨ªa a sus cuentas sin saber qu¨¦ sorpresa les depara el patr¨®n, los de TikTok viven en un ed¨¦n de crecimiento exponencial, viralidad sin fin, efervescencia creativa y publicidad a raudales. Parece imposible detener este tren bala venido de Oriente: ni los estudios m¨¢s sesudos sobre su capacidad adictiva, ni los art¨ªculos m¨¢s rigurosos sobre la opacidad en la gesti¨®n de los datos de los usuarios, ni la prohibici¨®n de su uso en dispositivos oficiales dictada por 28 Estados norteamericanos consiguen ponerle freno. En TikTok quieren estar hasta los Rolling Stones, que, como anunciaron ellos mismos hace unos d¨ªas en los primeros v¨ªdeos de su cuenta oficial, ¡°ha llegado el momento de vestir, bailar y cantar como los Stones¡±. Los yayos m¨¢s m¨ªticos del rock planetario se invitan a la fiesta de la generaci¨®n Z y exponen su cat¨¢logo musical a las nuevas din¨¢micas de consumo.
La m¨²sica es en TikTok uno de los vectores b¨¢sicos en torno al cual se construye una conversaci¨®n social, como pretenden experimentar los Stones y ha demostrado recientemente Shakira.
Con sonidos, en TikTok tambi¨¦n se hace una revoluci¨®n. Baraye es el t¨ªtulo de la canci¨®n con la que el cantante iran¨ª Shervin Hajipour desgrana las razones de la protesta en su pa¨ªs. Desde que fue difundido por primera vez, hace cuatro meses, el tema acumula millones de visualizaciones en varias plataformas porque su letra y su m¨²sica expresan con mucha sensibilidad las aspiraciones del pueblo iran¨ª. Dentro de TikTok, Baraye es m¨¢s que una canci¨®n afortunada. Es tambi¨¦n la pista de sonido adoptada por cientos de usuarios para hacer d¨²os y versiones o simplemente la banda sonora de sus v¨ªdeos. Una etiqueta cantada, un hilo conductor que lleva la protesta iran¨ª de publicaci¨®n en publicaci¨®n por todo el mundo sin que los ayatol¨¢s ni las pol¨ªticas de moderaci¨®n puedan evitarlo. Como sucedi¨® en 2011 con Twitter y Facebook durante las manifestaciones de la Primavera ?rabe, los ciudadanos experimentan ahora con las funcionalidades de TikTok, para que sean ¨²tiles a su causa. Y as¨ª han construido una ventana permanentemente abierta a la realidad de Ir¨¢n y a las ganas de libertad de un pueblo.