El ¨²ltimo y dif¨ªcil escollo de Lula
El presidente de Brasil ya experiment¨® en sus dos gobiernos anteriores c¨®mo sin el Congreso no se gobierna
Desde que Lula gan¨® las elecciones, hace tres meses, y en su primer mes de Gobierno, ha demostrado que ha llegado para vencer y desintoxicar al pa¨ªs del virus bolsonarista. En menos de tres semanas, tuvo tres victorias incontestables: recuper¨® las relaciones internacionales que con Bolsonaro hab¨ªan convertido a Brasil en un rinc¨®n de provincia; restableci¨® la paz con las Fuerzas Armadas que lo vieron llegar con malos ojos y destap¨® a cielo abierto el genocidio y holocausto de los ind¨ªgenas de la Amazonia.
Ahora Lula, con las elecciones en curso en el Congreso y el Senado se juega la ¨²ltima carta fundamental para poder emprender su gran y ¨²ltima batalla: la de la econom¨ªa, para poner en marcha sus promesas de rescatar la miseria en la que el gobierno de extrema derecha hab¨ªa arrojado a millones de familias.
El gran escollo de Lula era la presidencia de un Congreso, sin el cual no podr¨ªa gobernar, y que se presenta m¨¢s reaccionario que nunca y con la victoria segura del actual presidente, el bolsonarista convencido, Arthur Lira. Ah¨ª prevaleci¨® el sentido pol¨ªtico de Lula que decidi¨® apoyar a los conservadores y enemigos de su gobierno para no quedarse en la calle.
M¨¢s dif¨ªcil lo tiene con el Senado donde los bolsonaristas, hasta con el apoyo telef¨®nico de Bolsonaro desde Estados Unidos, luchan para elegir al ultraderechista, Rogelio Marinho. Si Lula pierde el Senado donde se fraguan decisiones fundamentales para los gobiernos y la justicia, su tarea no le ser¨¢ f¨¢cil.
Lula ya experiment¨® en sus dos gobiernos anteriores c¨®mo sin el Congreso no se gobierna. Fue as¨ª como el PT en su primer gobierno tuvo que comprar materialmente a los partidos lo que llev¨® al esc¨¢ndalo que llev¨® a la c¨¢rcel a sus l¨ªderes.
En su segundo mandato, Lula se volvi¨® a topar con el mismo problema, con un Parlamento en minor¨ªa y fue all¨ª donde surgi¨® el nuevo esc¨¢ndalo que dio lugar a la operaci¨®n Lava Jato y que acab¨® arrastr¨¢ndolo hasta a ¨¦l a la c¨¢rcel.
Quiz¨¢s por todo ello existe no poca curiosidad para ver como Lula en este su tercer mandato va a ser capaz de gobernar de nuevo con un Congreso m¨¢s hostil a ¨¦l incluso que nunca, sobre todo porque esta vez ya no podr¨¢ usar los m¨¦todos del pasado de intentar comprarse a los diputados a los que no tiene qu¨¦ ofrecer.
A todo ello se a?ade que esta vez, Lula ha enfrenta al ala m¨¢s radical de su partido, el PT al aliarse con fuerzas fuera de la izquierda lo que le ha obligado a repartir el poder del gobierno con gente considerada no suya.
Lula sabe tambi¨¦n que gan¨® las elecciones pero no por plebiscito sino por un pu?ado de votos lo que indica que casi la mitad del pa¨ªs a¨²n se siente receloso y es lo que ha hecho que el Congreso haya sido ocupado mayoritariamente por la extrema derecha bolsonarista.
Esta vez no solo las fuerzas democr¨¢ticas del pa¨ªs sino el mundo exterior tiene los ojos puestos en Brasil para ver si al final la sagacidad pol¨ªtica de Lula va a ser capaz de imponerse a los escollos que ir¨¢ encontrando en su camino.
Lula ha apoyado en el Congreso a un claro seguidor de Bolsonaro que cuenta con la mayor¨ªa aplastante de los diputados, consciente de que contra ¨¦l su gobierno se habr¨ªa paralizado y no habr¨ªa podido aprobar ni una sola ley. Sin contar que ante el peligro de una petici¨®n de impeachment, el actual presidente del Congreso tiene ya los votos en la mano para conseguir aprobarlo.
A pesar de todos esos escollos, Lula se revela fuerte y capaz de ir a la lucha. De su acierto y de su capacidad de evitar tantos obst¨¢culos, si acabara ganador, se tendr¨ªa asegurada en 2026 o su propia reelecci¨®n a pesar de su avanzada edad o la de un fiel escudero.
La audacia de Lula es que esta vez no solo se ve obligado a luchar contra un enemigo ideol¨®gico duro como el de la extrema derecha bolsonarista sino que tiene que frenar, al mismo tiempo los conflictos dentro de su partido ya que es la primera vez que ser¨¢ minor¨ªa en el gobierno.
Lo que s¨ª tendr¨¢ que hacer Lula, ya desde ahora, con la izquierda enflaquecida, es ir preparando nuevos l¨ªderes j¨®venes que puedan ma?ana seguir manteniendo viva, contra el zafio bolsonarismo derechista, una socialdemocracia capaz de tomar el pulso a los millones de brasile?os que a¨²n seguir¨¢n nadando en el olvido y en la miseria.
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