Lula devuelve a Brasil al mundo
En menos de un mes, el presidente brasile?o ha desnudado a Bolsonaro incluso ante sus m¨¢s fieles seguidores
Lula, con menos de un mes en el poder, ha sido capaz de recolocar a Brasil la atenci¨®n mundial, en la que apareci¨® los ¨²ltimos a?os como un pa¨ªs en profunda crisis institucional y sin futuro, devorado por los demonios del bolsonarismo.
El viejo sindicalista era consciente de que Brasil se estaba borrando del mapa y entrado en una insignificancia que mataba todos sus sue?os pasados de ser el pa¨ªs del futuro. Y por ello ha iniciado enseguida sus viajes al exterior y reestructurado toda la diplomacia. Lula ofrece un nuevo Brasil que, a¨²n no apaciguado del todo, s¨ª ha empezado a darse cuenta del abismo al que se hab¨ªa asomado.
En su tercer mandato, Lula ha reaparecido con la energ¨ªa de un joven y la capacidad de un estadista, sorprendiendo hasta a sus m¨¢s cercanos seguidores. Y ello contando con que la situaci¨®n se hab¨ªa agravado hasta el extremo ante las embestidas de la ultraderecha dispuesta a no dejarle gobernar.
Para empezar, fue r¨¢pido y eficaz frente al golpe militar que le hab¨ªan preparado. No perdi¨® ni un momento y puso en marcha en 24 horas a todas las instituciones del Estado, enfrentando a las Fuerzas Armadas, a los cuerpos de polic¨ªa fascista y arrinconando al fugitivo expresidente Bolsonaro recluido en los Estados Unidos y que est¨¢ con miedo de volver.
Lula ha sorprendido incluso a sus viejos compa?eros del Partido de los Trabajadores, que han visto que no pueden ya imponerle su vieja forma de gobernar. Y es que, por primera vez, Lula gobierna con un amplio abanico de fuerzas donde la izquierda es solo una m¨¢s.
En pocos d¨ªas, el presidente ha demostrado que est¨¢ dispuesto a desmilitarizar al viejo Gobierno bolsonarista, que hab¨ªa colocado en las estructuras del Estado a m¨¢s de 6.000 miembros de las Fuerzas Armadas para protegerse y para ir planificando su sue?o de dar un golpe de Estado. Bolsonaro fracas¨® en su intento de secuestrar del Congreso y el Supremo para poder imponer a sus anchas un clima de violencia nacional.
Lula ha conseguido en pocas semanas dejar en la sombra a su antecesor y paralizarle al desbaratar todos sus sue?os golpistas, ya que hoy el Ej¨¦rcito sabe que debe seguir quieto en los cuarteles y que no podr¨¢ de nuevo gozar de las prebendas que le brindaba el capit¨¢n al que hab¨ªan adoptado para entrar en el poder pol¨ªtico.
Lula supo en pocos d¨ªas tomar en manos la situaci¨®n de cat¨¢strofe pol¨ªtica y moral que asolaba al pa¨ªs y ha demostrado a la extrema derecha que no le teme, y as¨ª ha salvado la democracia amenazada diariamente por el extremista Bolsonaro.
Le ayud¨® mucho el haber formado un Gobierno con diferentes corrientes pol¨ªticas, con figuras de indiscutible competencia y valor moral y pol¨ªtico, muchas de ellas mujeres, que lo arropan y le ofrecen un valor a?adido a su pol¨ªtica. Y todo ello despu¨¦s de que Brasil en los ¨²ltimos cuatro a?os hab¨ªa ofrecido el bochorno de contar con una serie de ministros no solo incompetentes, sino tambi¨¦n racistas y fascistas, que ofend¨ªan a la inteligencia.
Lula tambi¨¦n tuvo una de sus mejores intuiciones al ir enseguida a encontrarse con las comunidades ind¨ªgenas amenazadas de extinci¨®n por el bolsonarismo. El presidente tambi¨¦n ha visto que all¨ª se estaba realizando un verdadero genocidio llamado a extinguir a aquellos pueblos para dejar a la Amazonia en manos de los grandes y peque?os explotadores.
Lula tambi¨¦n ha dejado en evidencia que Bolsonaro no hab¨ªa mentido, ni hablado en par¨¢frasis, cuando a los pocos d¨ªas de ser elegido, proclam¨® en una reuni¨®n en los Estados Unidos ante la flor y nata de la extrema derecha que hab¨ªa llegado ¡°para ¡°construir Brasil¡± y que lo har¨ªa en nombre de Dios.
Lo cierto es que Bolsonaro impuls¨® con fuerza la destrucci¨®n de los valores del pa¨ªs, entre ellos su ya solidificada democracia, bajo la excusa de proteger al pa¨ªs del comunismo, algo que nunca existi¨®.
Y por si fuera poco, Lula ha trastornado todos los planes del fugitivo Bolsonaro, que se ha atrincherado en los Estados Unidos, desde donde tramaba su vuelta como jefe de la oposici¨®n para recuperar el poder perdido. Bolsonaro ha perdido el norte y est¨¢ muerto de miedo de que pueda acabar en la c¨¢rcel ¨¦l y su familia tras los desmanes y corrupciones que se les achacan.
Seg¨²n periodistas que conocen bien los entresijos del poder, como el veterano Ricardo Noblat, el plan de Bolsonaro era volver a Brasil empu?ando la bandera de jefe de la oposici¨®n, con miles de seguidores recibi¨¦ndolo y aclam¨¢ndolo en el aeropuerto para volver al poder en 2028.
Ahora todo ha cambiado. Seg¨²n la prensa brasile?a, Bolsonaro piensa volver ¡°como enfermo¡± para no poder ser arrestado al llegar. Para ello ya han movilizado a su m¨¦dico de cabecera, que ha hecho saber que probablemente deber¨¢n volver a operarle por las secuelas de la cuchillada que atent¨® contra su vida antes de las elecciones, lo que le llev¨® al poder y lo convirti¨® en mito y agraciado de Dios que habr¨ªa salvado su vida.
Estados Unidos ha empezado a abandonarlo junto a muchos de sus seguidores m¨¢s estrechos. Bolsonaro no ha conseguido a¨²n que lo reciba su viejo amigo, Donald Trump, ni que lo visiten los que hasta ayer se jactaban de su amistad y cercan¨ªa y exultaban fotografi¨¢ndose con ¨¦l.
S¨ª, Lula ha acabado dejando a su antecesor desnudo hasta ante sus m¨¢s fieles seguidores. Y si vuelve a Brasil, su llegada ser¨¢ melanc¨®lica y simb¨®lica, la del perdedor frente al pol¨ªtico al que ¨¦l m¨¢s detestaba. Y si era poco, sin poder ya contar ni confiar en lo que llamaba ¡°mi Ej¨¦rcito¡±.
Si Bolsonaro vuelve, podr¨¢ ver con sus ojos que el nuevo Brasil ya no es el que ¨¦l hab¨ªa so?ado: el de la violencia, las armas, los sue?os dictatoriales y la vuelta a los tiempos sombr¨ªos de la dictadura con sus ejecuciones y torturas que ¨¦l tanto alaba y exalta. Brasil, seg¨²n los sondeos, sigue apostando masivamente en la democracia.
Brasil ha iniciado su camino de vuelta a la esperanza de d¨ªas mejores con sue?os de que nadie vuelva a pasar hambre, de que los ind¨ªgenas puedan seguir vigilando y protegiendo el para¨ªso de la Amazonia y ser respetados en su dignidad, que los militares recuperen el papel que les impone la Constituci¨®n y que el odio inyectado por la extrema derecha vaya disip¨¢ndose para volver a convivir sin miedos y sin desgarros.
La tarea no es f¨¢cil, pero Lula, que ya ha anunciado que tras este Gobierno dejar¨¢ la pol¨ªtica, no va a cejar hasta que Brasil no disipe la pesadilla del apag¨®n democr¨¢tico al que lo hab¨ªa castigado una extrema derecha con olor a rancio y que no rima con los mejores anhelos de un pueblo que, con todas sus sombras y pecados, nunca ha renunciado a sus anhelos de felicidad y de paz.
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