Desprecio a los sanitarios
La masiva manifestaci¨®n en Madrid no mueve al Gobierno de Ayuso de su enrocada posici¨®n pol¨ªtica
Despu¨¦s de casi tres meses de conflicto abierto, los m¨¦dicos de familia y los pediatras de Madrid pudieron comprobar el domingo que no solo no ha deca¨ªdo el apoyo que ya recibieron en la multitudinaria manifestaci¨®n del 21 de noviembre, sino que ha crecido. La Delegaci¨®n del Gobierno cifr¨® en 250.000 los asistentes a la marcha ¡ªun mill¨®n seg¨²n los convocantes¡ª en ...
Despu¨¦s de casi tres meses de conflicto abierto, los m¨¦dicos de familia y los pediatras de Madrid pudieron comprobar el domingo que no solo no ha deca¨ªdo el apoyo que ya recibieron en la multitudinaria manifestaci¨®n del 21 de noviembre, sino que ha crecido. La Delegaci¨®n del Gobierno cifr¨® en 250.000 los asistentes a la marcha ¡ªun mill¨®n seg¨²n los convocantes¡ª en defensa de una sanidad p¨²blica que no hace mucho se consideraba mod¨¦lica y ahora se degrada por falta de recursos y por una gesti¨®n pol¨ªtica que en la Comunidad de Madrid sigue un patr¨®n no declarado de debilitamiento de los servicios p¨²blicos y su supeditaci¨®n a intereses privados.
Los profesionales sanitarios de Madrid llegaron a la movilizaci¨®n del domingo exhaustos por los recortes de la gran crisis de 2008, la sobrecarga de la pandemia y por tres meses de conflicto que personalmente les supone un enorme sacrificio en t¨¦rminos econ¨®micos. Llevan meses sin cobrar una n¨®mina entera y sobrellevan altos niveles de tensi¨®n puesto que tienen que cubrir las ausencias en un sistema ya permanentemente saturado. Antes de las movilizaciones, un estudio del Colegio de M¨¦dicos de Madrid constataba que el 92% de los m¨¦dicos de familia hab¨ªan sufrido o sufr¨ªan agotamiento emocional. Tres meses de conflicto, sin recibir ni la respuesta ni la consideraci¨®n que merecen sus demandas, han agravado un estado de ¨¢nimo exasperado. Convocada por la Federaci¨®n de Asociaciones en Defensa de la Sanidad P¨²blica, la gran afluencia de ciudadanos supuso para ellos una potente muestra de apoyo y un fuerte espaldarazo a sus reivindicaciones. Es tambi¨¦n un aviso al Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso, que acusa ya un evidente desgaste, sin capacidad de empat¨ªa pol¨ªtica ni social.
Entre los profesionales no hay ninguna confianza en que el proyecto piloto que se inici¨® el 30 de enero en 22 de los 423 centros de salud pueda resolver las carencias. El plan prev¨¦ limitar a 34 pacientes por m¨¦dico y 24 ni?os por pediatra el cupo m¨¢ximo de visitas diarias. Pero la propuesta suscita un gran escepticismo entre profesionales y expertos, entre otras razones porque ese objetivo depende de que unos m¨¦dicos agotados accedan a prolongar su jornada a cambio de un ligero aumento salarial. Si se tiene en cuenta que hay centros de salud en los que 10 m¨¦dicos deben atender a los pacientes que antes se repart¨ªan entre 15, no parece que la medida pueda tener gran aceptaci¨®n. Por otra parte, las condiciones que rigen en la sanidad madrile?a dif¨ªcilmente resultar¨¢n atractivas para retener a los 300 m¨¦dicos de familia y pediatras que terminar¨¢n el MIR en mayo.
A diferencia de lo que ha ocurrido en otras comunidades, donde se ha negociado y se ha llegado a acuerdos, en Madrid no se vislumbra una salida al conflicto. Que la presidenta se haya negado a recibir a los representantes de los m¨¦dicos y el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, no haya participado en ninguna de las reuniones de negociaci¨®n indica la nula voluntad de entendimiento. El Gobierno de D¨ªaz Ayuso ha vuelto a responder con un desprecio que los sanitarios de ning¨²n modo merecen, como muestra la tramposa respuesta que la cuenta oficial de la consejer¨ªa en Twitter ha dado a la elegante petici¨®n de apoyo a la sanidad p¨²blica formulada por la familia del cineasta Carlos Saura en la ceremonia de los Goya. La descalificaci¨®n constante de las motivaciones de los sanitarios bordea el imp¨²dico cinismo, denota una alarmante desconexi¨®n con la realidad social y una aguda insensibilidad hacia un problema que es de su competencia directa.