Madrid despierta a favor de la sanidad p¨²blica con cientos de miles de voces: ¡°Siento indignaci¨®n, nos lo est¨¢n quitando todo¡±
La primera gran protesta contra Isabel D¨ªaz Ayuso como presidenta de la Comunidad saca a una multitud de madrile?os desde distintos puntos de la capital para unirse a una espectacular marcha que confluye en Cibeles
Pocos asuntos en Espa?a unen a decenas de miles de personas para salir a la calle. Una de estas excepciones es la defensa de la sanidad p¨²blica. Al menos, cuando la sociedad percibe multitud de se?ales de que est¨¢ siendo atacada. Madrid se ha te?ido de blanco este domingo contra la gesti¨®n del Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso y en favor de un servicio ¡°p¨²blico, universal y de calidad¡±. ?Cu¨¢ntos? La Delegaci¨®n del Gobierno cifra en 200.000 a los asistentes, las asociaciones vecinales convocantes han asegurado en el cierre de la protesta que han reunido a 670.000 personas. Las manos se han alzado en todo el recorrido con pa?uelos y kleenex blancos. Ha regresado una marea blanca, que ya inund¨® Madrid hace una d¨¦cada contra las privatizaciones de los hospitales que impuls¨® el Gobierno de Ignacio Gonz¨¢lez. Hac¨ªa a?os que no se celebraba una manifestaci¨®n de este calibre. Esta vez, el destino de los gritos era Isabel D¨ªaz Ayuso, en la primera gran protesta que afronta bajo su mandato. Desde la Casa de Correos, sede de la presidencia de la Comunidad, no hab¨ªa salido ning¨²n comentario al respecto varias horas despu¨¦s de celebrado el evento. A las cinco de la tarde, ni un m¨ªnimo tuit.
Las razones para acudir se mezclaban en la marcha masiva que ha confluido en la plaza de Cibeles, despu¨¦s de salir de cuatro puntos distintos de la capital: Nuevos Ministerios, ?pera, Atocha y el hospital de La Princesa. Y no todos los que han salido a la calle eran sanitarios. Escuchando el manifiesto al final del recorrido se encontraba Louis M., consultor de 24 a?os, vestido con la camiseta verde en contra de los recortes en Educaci¨®n, la otra gran competencia regional: ¡°Somos la comunidad m¨¢s rica y una de las que menos invierte en sanidad. Los j¨®venes venimos aqu¨ª porque estamos comprometidos y creemos en la defensa de nuestros derechos¡±. Cuando se enter¨® de la convocatoria, avis¨® por un grupo de Whatsapp a sus amigos y se unieron a ¨¦l Gonzalo, Ismael y Diego, todos veintea?eros. ¡°Desde que tengo seis meses, la sanidad me ha salvado la vida varias veces: por el asma, ataques de alergia, apendicitis, infecciones¡¡±, comentaba este ¨²ltimo. Al pasar por delante del Ministerio de Sanidad, el profesor Juan Garrido ha levantado su cartel naranja casero por una ¡°sanidad universal¡±. ¡°No me manifiesto todos los d¨ªas, pero obviamente esto es algo que me mueve. No tengo problemas de salud, pero a mi madre la acaban de operar y necesitamos un servicio de calidad¡±, explica.
El plan de reapertura de las urgencias extrahospitalarias en Madrid, ¨²nico servicio de este tipo en toda Espa?a que permanec¨ªa cerrado dos a?os despu¨¦s de la pandemia, ha sido el ¨²ltimo ladrillo en una torre de agresiones que los sanitarios llevan percibiendo a?os. Todo sumado al desgaste que supuso la crisis sanitaria de la covid. El Gobierno regional anunci¨® la reapertura de estos centros y una semana despu¨¦s los sanitarios comenzaron a recibir emails de madrugada anunci¨¢ndoles sus nuevos horarios, su nuevo destino ¨Den ocasiones a kil¨®metros de distancia¨D de la noche a la ma?ana. Ayuso ha modificado este plan tres veces en tres semanas y el ¨²ltimo proyecto incluye que los puntos de atenci¨®n sanitaria abran solo con enfermeras y que los m¨¦dicos atiendan por videoconsultas.
El caldo de cultivo para esta protesta multitudinaria se adereza con m¨¢s ingredientes. Una de las asistentes, Cristina ?vila, auxiliar administrativa de 34 a?os, expone algunos: ¡°Estoy aqu¨ª porque mi padre ha estado un a?o en lista de espera para que lo operen, porque hay colapso en urgencias y porque mi hermano es sanitario. Es la sanidad de todos¡±. Poco antes, sonaba por un altavoz en Canto a la Libertad, de Jos¨¦ Antonio Labordeta, que muchos han cantado al un¨ªsono, mientras algunos grupitos buscaban la letra en el m¨®vil porque no la recordaban de memoria. Tarea complicada, la masiva afluencia ha provocado que durante casi dos horas la cobertura de los tel¨¦fonos funcionara a trompicones.
Hab¨ªa muchos m¨¢s signos de que la protesta de este domingo iba a ser potente, una hora antes del inicio de la marcha, los autobuses de la capital y el metro estaban pr¨¢cticamente colapsados. En la estaci¨®n de Nuevos Ministerios, uno de los puntos de partida, la gente ya iba coreando ¡°sanidad p¨²blica¡± por las escaleras mec¨¢nicas de salida. Algo parecido ha pasado en Atocha, donde la columna ha comenzado a formarse antes de salir a la calle. Entre los gritos de la multitud, el m¨¢s repetido ha sido ¡°?sanidad p¨²blica!¡±, pero tambi¨¦n se ha escuchado: ¡°?A la hora de votar, se tiene que notar!¡± y ¡°?Menos banderas, m¨¢s enfermeras!¡±.
A la convocatoria han acudido todos los partidos de la oposici¨®n y los principales sindicatos. No ha faltado casi ning¨²n representante pol¨ªtico, all¨ª estaban los l¨ªderes regionales de M¨¢s Madrid, M¨®nica Garc¨ªa; el del PSOE, Juan Lobato, y la de Podemos, Alejandra Jacinto. Tambi¨¦n estaban ministras como Ione Belarra, Yolanda D¨ªaz e Irene Montero. Adem¨¢s, se ha visto a representantes del mundo del arte y la cultura como Pedro Almod¨®var, Ana Bel¨¦n, Ismael Serrano o Daniel Guzm¨¢n.
Ha sido un d¨ªa de primeras manifestaciones para muchos. Como Diego, de siete a?os, que ha ido con sus padres Mar¨ªa Gonz¨¢lez y Sergio Garrido. ¡°Es complicado explicar algo as¨ª a un ni?o tan peque?o. Pero, bueno, la conciencia se va forjando¡±, resume la madre. Por su parte, la familia Barrio ha venido al completo desde el barrio de Moratalaz. ¡°Queremos ense?arle los valores de lo p¨²blico¡±, comenta el padre al se?alar a su hijo. ¡°Nosotros nos manifestamos cuando consideramos que hay cosas muy importantes. Salimos a la calle por Miguel ?ngel Blanco, por la anterior marea blanca, por el 8-M. Siento indignaci¨®n, he tirado mucho de sanidad p¨²blica por historias personales y ver gente que se tira horas en su trabajo y que hay un desaliento brutal¡¡±.
Entre la multitud, tambi¨¦n hay gotas que formaron parte de la anterior marea blanca. Se las distingue porque llevan la misma camiseta que lucieron en las calles hace una d¨¦cada. ¡°La he desempolvado hoy. Hace 10 a?os, cre¨ªmos que hab¨ªamos conseguido mucho, pero nos hemos dado cuenta de que no, de que han seguido privatizando por lo bajini hasta que ya se han quitado el freno¡±, explica Paloma, m¨¦dica del hospital Gregorio Mara?¨®n, que prefiere no meterse en el tumulto porque ha venido con su galgo. Tambi¨¦n ha acudido ?ngeles Herrera, que trabaj¨® m¨¢s de 30 a?os como auxiliar de enfermer¨ªa y ahora est¨¢ jubilada: ¡°Antes lo viv¨ªa desde dentro y ahora, como usuaria, siento indignaci¨®n. Nos lo est¨¢n quitando todo¡±.
Al acabar la protesta, los miles de asistentes se reparten por las calles adyacentes. Algunos se van a casa, a otros tantos se les oye proponer ir a comer por ah¨ª o tomar un aperitivo aprovechando el buen tiempo. En la calle Hortaleza, en una terraza, una mujer pregunta en voz alta a los amigos con los que ha ido a la manifestaci¨®n: ¡°?Qu¨¦ ha dicho Ayuso? ?Que somos bolcheviques?¡±. Cuando el camarero llega con el dat¨¢fono los felicita: ¡°Hoy lo hab¨¦is hecho muy bien, porque ven¨ªs de luchar por nuestros derechos¡±. ¡°Pero hay que luchar hoy y ma?ana¡±, le replica la comensal. Porque defender la sanidad y tomar ca?as no tiene por qu¨¦ estar re?ido.
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