La manifestaci¨®n sanitaria de Madrid y el dilema de la ¨²ltima bala: ¡°Nos jugamos mucho¡±
Los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria encaran la protesta de este domingo con la incertidumbre de si tendr¨¢ el mismo ¨¦xito que la de noviembre y despu¨¦s de que muchos hayan perdido una media de 3.500 euros por los d¨ªas en paro
La doctora F¨¢tima Prado sigue la huelga de atenci¨®n primaria desde el 21 de noviembre, es decir, desde el primer d¨ªa. Ha trabajado solo los d¨ªas que le ha tocado ocupar una plaza de servicios m¨ªnimos en su centro de salud, el del barrio de Prosperidad (Madrid). El resto ha parado. Dice que por dignidad y porque se siente insultada por el Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso, que asegura que los m¨¦dicos en huelga son ¡°cuatro gatos¡± y todos ellos, sin excepci¨®n, sindicalistas y de extrema izquierda. Tambi¨¦n porque quiere defender la sanidad p¨²blica, de la que vive a sus 52 a?os. Prefiere no calcular el dinero que ha perdido desde entonces, unos 200 euros por d¨ªa de paro, aunque admite que ronda ya los 3.500.
Este domingo, Prados volver¨¢ a participar en la manifestaci¨®n convocada por la Federaci¨®n de Asociaciones en Defensa de la Sanidad P¨²blica (Fadsp) a partir de las 12.00, rodeada de toda su familia y de muchos de sus pacientes, que han ido preguntando durante estos tres meses c¨®mo evolucionaba el conflicto y qu¨¦ pod¨ªan hacer para ayudar. Es posible, lamenta, que sea una de las ¨²ltimas balas que les queden a los sanitarios, la que d¨¦ en la diana de la conciencia colectiva con unas im¨¢genes como las de hace dos meses, en la manifestaci¨®n masiva de noviembre.
¡°No es un conflicto solo nuestro. Hablamos de sanidad, nos afecta a todos. Nos jugamos mucho¡±, argumenta. S¨ª es cierto que a esta protesta llegan agotados an¨ªmicamente y con la incertidumbre de si sentir¨¢n el mismo apoyo que entonces o si, por el contrario, una baja afluencia significar¨¢, de cara unas negociaciones que se eternizan, que habr¨¢n gastado uno de sus ¨²ltimos cartuchos.
Las mismas dudas tienen Jes¨²s Lorenzo, de 39 a?os y m¨¦dico de familia del centro de salud Puerta del ?ngel, o Mari Luz Ruiz, de 52, doctora en el de Fronteras, en Torrej¨®n de Ardoz. Son tres de los m¨¦dicos que pelean desde el inicio para que el Gobierno de la Comunidad de Madrid invierta m¨¢s dinero en la atenci¨®n primaria y evite la fuga de m¨¦dicos cuando acaban su periodo como residentes. Desde hace tres a?os, se han quedado en Madrid entre 15 y 20 doctores al a?o de los 215 que terminan su residencia en la tierra denominada de la libertad por la propia presidenta.
¡°Yo no creo que sea la ¨²ltima bala. Es verdad que en noviembre nadie se esperaba que fuera tanta gente a la manifestaci¨®n. Ahora yo estoy a la expectativa, pero creo que le tiene m¨¢s miedo la propia Isabel D¨ªaz Ayuso a que las im¨¢genes se repitan, que nosotros a que no. Aunque s¨ª es cierto que aqu¨ª nos jugamos mucho, no nosotros, los m¨¦dicos, que vamos a seguir teniendo trabajo aqu¨ª o en otro sitio, sino los propios madrile?os, porque si esto no cambia, la sanidad p¨²blica de Madrid no va a sobrevivir as¨ª en los pr¨®ximos tres o cuatro a?os¡±, augura Lorenzo.
La comparativa con noviembre, en todo caso, es todo un reto para los m¨¦dicos. Entonces, unas 200.000 personas confluyeron en la plaza de Cibeles en defensa por la sanidad p¨²blica, seg¨²n los datos aportados por la Delegaci¨®n de Gobierno, un n¨²mero que los organizadores elevaron a 650.000. Las im¨¢genes, en todo caso, hablaban por s¨ª solas. Cuatro columnas de personas que llegaron de diferentes puntos de la capital rodearon la fuente de los ¨¦xitos madridistas. Este domingo, la organizaci¨®n es calcada, con salida de los manifestantes, desde el norte, de Nuevos Ministerios; desde el este, del hospital de la Princesa; desde el sur, por la plaza Legazpi; y desde el oeste, por plaza Espa?a.
Ruiz tambi¨¦n admite que, durante estos tres meses de conflicto, muchos de sus compa?eros han ido dejando atr¨¢s la huelga por desesperanza, ¡°no porque no crean en las reivindicaciones¡±. ¡°Al final piensan que no nos van a escuchar y que esto no va a servir de nada¡±, lamenta. Tambi¨¦n hay dudas sobre el proyecto piloto que la Comunidad de Madrid comenz¨® el 30 de enero en 22 de los 423 centros de salud para limitar la agenda de los doctores a 34 pacientes al d¨ªa y la de los pediatras a 24 ni?os.
Primero, porque el ¨¦xito depende, de nuevo, de que ¡°los voluntarios solucionen la papeleta¡±. Y lo cierto es que est¨¢n cansados y quemados, como recogi¨® un estudio del Colegio de M¨¦dicos de Madrid antes de que empezara el conflicto, que dej¨® entrever unos datos alarmantes: el 92% de los m¨¦dicos de familia han sufrido o sufren agotamiento emocional. Por eso, a?aden, que el Gobierno f¨ªe un proyecto a que haya personas dispuestas a trabajar hasta cuatro horas m¨¢s por 50 euros la hora es no ser consciente del nivel de estr¨¦s que existe en la profesi¨®n.
¡°Yo aspiro a atender bien a mis pacientes, no a cobrar m¨¢s por cobrar, por eso no me voy a presentar voluntaria porque cuando termine mi jornada me quiero ir a casa a descansar¡±, argumenta Ruiz. ¡°Y si de un centro de salud solo doblan [turno] tres personas, ?qui¨¦n va a ver al resto de los pacientes? La gente no se da cuenta de que Madrid tiene un mill¨®n de personas sin un m¨¦dico asignado, y eso es grav¨ªsimo¡±, insiste.
¡°Efectivamente, es un parche¡±, coincide Lorenzo, que tambi¨¦n cree que el proyecto piloto del Gobierno regional no va a salir bien porque se hace sin lo m¨¢s importante: la inversi¨®n necesaria en la atenci¨®n primaria para que los m¨¦dicos no se vayan espantados. Y lo dice con conocimiento de causa. Trabaja desde 2017 en su centro de salud. Entonces eran 15 m¨¦dicos. Al a?o siguiente uno se jubil¨® y su plaza se amortiz¨®. Quedaron 14. Ahora, entre bajas y traslados, son 10 los que llevan la agenda de todos. ¡°Hay que intentar revertir esta situaci¨®n porque es inviable¡±, insiste.
Por eso es por lo que realmente pelean. Y soportan, repiten una y otra vez los propios doctores, las acusaciones de querer alargar esta situaci¨®n hasta las elecciones del pr¨®ximo mayo, cuando en realidad ven que sus n¨®minas bajan un mes tras otro. Ruiz ha cobrado 1.300 euros desde noviembre por los paros. Lorenzo, poco m¨¢s, unos 1.800. ¡°Aunque algunos compa?eros han llegado a cobrar unos 200 euros porque esto depende de los servicios m¨ªnimos que te pongan. Si no te ponen ninguno o casi ninguno, te ahogan. No s¨¦ de qu¨¦ depende, pero claramente juegan con eso¡±, insiste Ruiz.
El sindicato m¨¦dico Amyts, que convoc¨® la huelga, aunque no ha organizado esta manifestaci¨®n, sigue recibiendo donativos de personas an¨®nimas para paliar el da?o econ¨®mico que la situaci¨®n est¨¢ provocando en los m¨¦dicos. ?ngela Hern¨¢ndez, la secretaria general, asegura que todav¨ªa se sienten fuertes para seguir peleando, y que parar¨¢n cuando los propios profesionales lo pidan. A d¨ªa de hoy, la caja de resistencia ha rebasado los 200.000 euros, aunque no se tocar¨¢n hasta que el conflicto acabe y toque repartir entre los huelguistas. El siguiente paso, este domingo, es saber si gastan la ¨²ltima bala o quedan m¨¢s en la rec¨¢mara.
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