El Madrid mediocre

Llevo seis a?os viviendo en Madrid y seis a?os haci¨¦ndome la misma pregunta cada vez que levanto la vista hacia el inmenso bloque de cemento contiguo a la Catedral de la Almudena: ?C¨®mo es posible que un responsable pol¨ªtico con dos dedos de frente y que sienta un m¨ªnimo de cari?o por su ciudad haya permitido semejante abominaci¨®n est¨¦tica? Si lo hago en voz alta, los madrile?os que frecuento me suelen contestar que, sencillamente, This is Spain, y que mi indignaci¨®n ¡ªla de una parisina mal acostumbrada¡ª es entendible pero totalmente vana. En Madrid, esa batalla est¨¢ m¨¢s que perdida, y es mejor asumirlo cuanto antes para no sufrir in¨²tilmente, dicen. No s¨¦ c¨®mo lo consiguen, pero yo no puedo dejar de sufrir, como cuando hace unos meses levantaron otro bloque de hormig¨®n en la Cebada, en el coraz¨®n de La Latina, para edificar un polideportivo, o como esta ma?ana al costear el parque de Atenas y ver que la Alcald¨ªa ha decidido sacrificar una parte del c¨¦sped y del arbolado para construir un parking de autobuses tur¨ªsticos. Y es que sufro incluso sin salir de casa. Basta con que un responsable local del PP tuitee que va a ¡°mejorar¡± algo para que empiece a temblar.

A pocos meses de las elecciones municipales, las p¨¢ginas que recogen y documentan la destrucci¨®n est¨¦tica de la ciudad y de su centro hist¨®rico en Twitter han tenido que seguirle el ritmo al frenes¨ª creativo de nuestro alcalde. Aqu¨ª van algunos ejemplos. ¡°Estas im¨¢genes pueden herir la sensibilidad¡±, advierte en un v¨ªdeo el tuitero Ram¨®n L¨®pez, afiliado a M¨¢s Madrid, donde aparecen varias excavadoras devorando parte del suelo del parque de Atenas. Un espacio verde cuya historia se remonta al siglo XVI y donde pronto se api?ar¨¢n hordas de turistas. La idea del Consistorio, nos cuenta Eldiario.es, es ¡°adaptar el entorno para la llegada en los pr¨®ximos meses del Museo de las Colecciones Reales¡± ¨Del bloque de cemento infame que mencionaba al empezar la columna¨D. No s¨¦ si hiere la sensibilidad, pero sin duda hiere el sentido com¨²n. ?De verdad no hab¨ªa otro lugar en Madrid para implantar ese aparcamiento a cielo abierto? ?Ten¨ªa que ser en un parque hist¨®rico, a costa, adem¨¢s, de una zona verde y de la biodiversidad?, se preguntan en sustancia los usuarios.

La indignaci¨®n y la incredulidad que ha provocado esta publicaci¨®n se asemeja a la que ha suscitado otra gran obra de ¡°mejora¡±, esta vez en Lavapi¨¦s. All¨ª, el Consistorio decidi¨® reemplazar los adoquines por asfalto. Una materia, que como se?ala en un tuit la bloguera Leah Pattem de Madrid No Frills, ¡°absorbe hasta el 95% de la energ¨ªa solar¡±, generando un aumento de las temperaturas ¡°de entre 2 y 4¡ãC¡±. O sea, la garant¨ªa para los vecinos del barrio de un verano pl¨¢cido y fresco en lo peor de las olas de calor que nos brinda a?o tras a?o el cambio clim¨¢tico. Tambi¨¦n en el Distrito Centro, las obras de remodelaci¨®n de la plaza Vara del Rey han dejado paso a una especie de rotonda con coches aparcados que nada tiene que ver ¡°con el proyecto de plaza peatonal que se vendi¨®¡±, denuncia la cuenta Madrid Decadente.

Podr¨ªa seguir con m¨¢s ejemplos, pero ni soy masoquista ni esta columna es infinita como el af¨¢n por afear y empeorar la calidad de vida de los habitantes de unos ediles entregados al dios asfalto y que solo conciben la ciudad como una mera mercanc¨ªa. No s¨¦ si es porque vengo de una ciudad y de un pa¨ªs que le ha dado siempre mucha importancia a la preservaci¨®n del patrimonio y que no tolera las llamadas ¡°verrues architecturales¡± (verrugas arquitect¨®nicas) ¡ªaunque s¨ª acepta las ratas grandes como gatos que se pasean por la ciudad o las personas sin techo que se pudren en vida en sus calles, las piernas carcomidas por la gangrena, nadie es perfecto¡ª, pero no entiendo que algunos l¨ªderes, por muy liberales y cortoplacistas que sean, no teman que desaparezca su ciudad. Porque es lo que va acabar pasando de tanto confundir modernidad con mediocridad.