Cada vez m¨¢s solos
Es necesario un plan nacional estrat¨¦gico que contribuya a aliviar el cada vez m¨¢s creciente aislamiento social
La soledad no deseada es un fen¨®meno m¨¢s extenso de lo que se cre¨ªa y el colectivo que m¨¢s la sufre no es el de las personas mayores, como cree el 65,5% de los ciudadanos, sino el de los j¨®venes. Este es el dato m¨¢s significativo del estudio realizado por 40dB. para EL PA?S y la Cadena SER. El 22% de los ciudadanos se han sentido muy o bastante solo en el ¨²ltimo a?o, pero ese sentimiento no afecta igual en todos los grupos de edad: la mayor incidencia se da en los j¨®venes de 18 a 24 a?os (36,9%), seguido del de 34 a 44 a?os (32,9%). Entre los mayores de 65 a?os el porcentaje cae al 12,9%, pero es igualmente preocupante porque la fragilidad asociada a la edad puede hacer que en su caso tenga peores consecuencias. Esta radiograf¨ªa de la soledad revela otros datos impactantes, como que uno de cada cuatro espa?oles cree tener pocos o ning¨²n amigo a los que confiar algo importante, o que una de cada tres personas que se siente sola no tiene relaciones regulares ni espor¨¢dicas con nadie.
Conforme cambian las estructuras familiares y se extiende el modo de vida urbano en el que priman el individualismo y las prisas, aumenta el n¨²mero de personas que no tienen la cantidad o la calidad de relaciones sociales que desear¨ªa. El 12% de los encuestados vive solo, pero cuatro de cada diez preferir¨ªan hacerlo acompa?ados. Las proyecciones del Instituto Nacional de Estad¨ªstica estiman que dentro de 15 a?os, uno de cada tres hogares ser¨¢ unipersonal. El aislamiento social es un fen¨®meno que genera sufrimiento y los ciudadanos lo perciben cada vez con m¨¢s fuerza a su alrededor, hasta el punto de que el 77% lo considera un problema social importante. De hecho, cuatro de cada diez conocen directamente a alguien en esa situaci¨®n, sobre todo amigos, y la mayor¨ªa dice ser consciente de ello y hace algo por mitigarla.
El problema aparece cuando la situaci¨®n de soledad se cronifica, porque entonces provoca sentimientos de tristeza, angustia o miedo y acaba deteriorando tambi¨¦n gravemente la salud. La percepci¨®n de soledad est¨¢ condicionada por episodios biogr¨¢ficos azarosos, como pueda ser una p¨¦rdida o una ruptura sentimental, pero del mismo modo que hay determinantes sociales de la salud hacen que haya mayores tasas de diabetes, hipertensi¨®n u obesidad entre las personas de menor renta, tambi¨¦n la soledad no deseada est¨¢ fuertemente condicionada por factores sociales, como ser migrante, sufrir una discapacidad o vivir en situaci¨®n de precariedad. Eso explica que el porcentaje de quienes se sienten solos alcance el 33% entre los parados, 10,9 puntos m¨¢s que entre los que trabajan y 18,5 m¨¢s que entre los pensionistas.
Adem¨¢s de lo que cada uno pueda hacer por aliviar la soledad de las personas de su entorno, es importante aplicar pol¨ªticas p¨²blicas que faciliten las relaciones sociales. Deben ser integrales e implicar a todo tipo de servicios p¨²blicos, desde los centros de salud a las bibliotecas o los centros c¨ªvicos. Se trata de promover iniciativas como clubes de lectura, excursiones, actividades culturales en grupo y programas espec¨ªficos de acompa?amiento. Pero eso requiere un plan nacional estrat¨¦gico que est¨¢ tardando demasiado en llegar. Luchar contra la soledad no deseada es una inversi¨®n de futuro: en la medida que genera v¨ªnculos, tambi¨¦n protege la salud comunitaria, ahorra costes sanitarios y mejora incluso la calidad de la democracia, pues las personas que viven aisladas tambi¨¦n tienen, como muestra la encuesta, menos deseos de votar o de participar en la vida p¨²blica.
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