Atender al clamor por la unidad: Sumar como respuesta
No existe una sola raz¨®n que explique que las fuerzas pol¨ªticas de Unidas Podemos no se sienten en una mesa a garantizar que el proceso pol¨ªtico que lidera Yolanda D¨ªaz sea un ¨¦xito
Posiblemente se haya escrito ¡ªy tuiteado¡ª todo en relaci¨®n con el proceso ¨²ltimo de configuraci¨®n de un espacio de unidad electoral para el nuevo periodo en el bloque de la izquierda transformadora. Pero tambi¨¦n es cierta la inquietud y preocupaci¨®n de much¨ªsimos sectores no politizados ante el riesgo de que no se llegue a un acuerdo de todos los actores en torno a Sumar. No ha dejado de haber interpelaciones en la calle para la unidad en quienes somos o hemos sido referentes p¨²blicos de alguna de estas organizaciones.
Pretendemos, si alguien tiene a bien leernos, aportar alguna perspectiva que creemos necesaria, m¨¢s a¨²n cuando demasiado ruido y prepol¨ªtica ha destacado en la sacudida de estos ¨²ltimos meses. Con sosiego y sin aspavientos, o con los menos posibles.
Desde el 15-M la reconfiguraci¨®n del espacio pol¨ªtico de la izquierda ha tenido una constante: la continuada y no cerrada redefinici¨®n de su expresi¨®n electoral y el retraso en abordar sus distintas expresiones. Empez¨® en 2014 con el formidable surgimiento de Podemos como expresi¨®n amplia y desbordante de una voluntad social impugnatoria. Posteriormente, y tras no pocas dificultades, pari¨® una expresi¨®n entre lo cl¨¢sico y lo nuevo con el pacto de los botellines entre Izquierda Unida y Podemos, tras perder la irrepetible ocasi¨®n de unidad en diciembre de 2015 entre ambas fuerzas pol¨ªticas para convertirse en el bloque dominante del espacio progresista.
Las experiencias acumuladas anteriormente, parad¨®jicamente, no han supuesto una vacuna para evitar su repetici¨®n. La ruptura del PCE en los a?os 80 (o la de IU en los 90) fue una tragedia de la que todav¨ªa nos lamemos las heridas y que no ha servido para advertir de la tragedia que para amplias capas sociales supone la inexistencia de un instrumento fuerte, articulado ampliamente y plural para las aspiraciones de una vida mejor.
Ninguna organizaci¨®n participante en las diversas propuestas electorales a lo largo de esta larga d¨¦cada es lo que era antes de mayo de 2011. Ni las de m¨¢s recorrido e historia ni las recientes. Posiblemente desde el reconocimiento de la humildad ¡ªun ox¨ªmoron esto de la humildad pol¨ªtica¡ª se puede desatascar una situaci¨®n complicada y que, en caso de no fructificar en una expresi¨®n electoral de car¨¢cter amplio e ineludiblemente unitaria, no nos perdonar¨ªan en 100 a?os.
?Hay algo m¨¢s determinante que trabajar por pol¨ªticas que antepongan la vida a los intereses de mercado? ?Que preserven los derechos fundamentales? ?Que garanticen la vida en la Tierra por encima de otros intereses? Todo el mundo afirmar¨ªa con rotundidad que s¨ª. O al menos el mundo en que se desenvuelve el espacio pol¨ªtico en el que nos movemos.
No es ingenuidad. Llevamos mucho tiempo en la militancia pol¨ªtica, en el activismo, desde largas trayectorias profesionales. Pero precisamente por eso, nos reafirmamos, no hay nada m¨¢s importante que garantizar la unidad program¨¢tica para construir un pa¨ªs de personas libres e iguales.
De un tiempo a esta parte se ha sustituido la dial¨¦ctica de las ideas, el an¨¢lisis profundo y la elaboraci¨®n de propuestas, por el relato r¨¢pido, el cotilleo superficial y un enfrentamiento pol¨ªtico vacuo. No es pol¨ªtica, es politiquer¨ªa. Nadie se libra, ninguna organizaci¨®n de la izquierda transformadora est¨¢ libre del virus de la inmediatez y el click. El neoliberalismo, es justo reconocerlo, ha impregnado, en su hegemon¨ªa, los espacios sociales, pol¨ªticos y culturales incluso de quienes dicen combatirlo. El marco de debate llevado en muchas ocasiones desde hace una d¨¦cada se ha visto interpelado por el individualismo, luchas de poder cainitas y envolventes de discurso pol¨ªtico que no m¨¢s que escond¨ªan excusas para las disputas por el dominio de los espacios. Ejemplos hay y no se salva ni una de las organizaciones pol¨ªticas de las que forman parte del espacio pol¨ªtico reconfigurado.
Y mientras tanto, las fuerzas neoliberales, las reaccionarias, las extremas, suman fuerzas. Y mientras tanto, del derrumbre el neoliberalismo nos vuelve a traer empobrecimiento y guerras. Efectivamente, hay un elemento novedoso en la disputa de la batalla pol¨ªtica y cultural de la Espa?a de hoy: el surgimiento con fuerza de la expresi¨®n electoral de la extrema derecha, con ribetes trumpistas pero genuinamente inserta en la espantosa tradici¨®n del reaccionarismo espa?ol.
En tiempos de zozobra siempre es importante la perspectiva. El ascenso de las pol¨ªticas antidemocr¨¢ticas ha sido impulsado y planificado durante a?os, desde corporaciones econ¨®micas, oligopolios, medios de comunicaci¨®n y gobiernos neoliberales. Quisieron desmantelar la sociedad, acabar con la pol¨ªtica y han alimentado a la bestia del fascismo que hoy tiene posibilidades reales de gobierno en muchos pa¨ªses de Europa y que en Espa?a representan fuerzas pol¨ªticas y poderes econ¨®micos y medi¨¢ticos.
Grandes amenazas necesitan grandes retos: la unidad, la construcci¨®n de amplias alianzas que vayan m¨¢s all¨¢ de lo electoral, tejer redes sociales y movilizadoras que nos permitan aplicar programas de gobierno democr¨¢ticos. Ese es el camino.
Honestamente, creemos que el momento pol¨ªtico es complejo y extraordinariamente delicado: o en el pr¨®ximo cuatrienio se contin¨²a con la l¨ªnea de pol¨ªticas de corte social y progresista o viene el p¨¦ndulo reaccionario a deshacer todo lo conseguido.
El liderazgo de Yolanda D¨ªaz es producto de una sociedad democr¨¢ticamente muy madura y con suficiente capacidad para poner las vistas y el foco en una gesti¨®n extraordinaria como ministra de Trabajo en tiempos extraordinarios, lejos de artificiales productos de marketing.
?Por qu¨¦ es el momento de Sumar? Desde nuestro punto de vista, porque es la expresi¨®n pol¨ªtica unitaria que necesita nuestro pa¨ªs en estos momentos.
No hay alternativa sin unidad, y no hay una sola explicaci¨®n, ni un solo argumento que justifique la ruptura de la unidad. Todas y cada una de las objeciones puestas a la construcci¨®n de la unidad tienen que ver con historias de puro entretenimiento sobre relaciones personales y pol¨ªticas entre determinados individuos. Injustificable por prepol¨ªtico. Quienes m¨¢s experiencia tenemos, m¨¢s responsabilidad. No existe una sola raz¨®n que explique que las fuerzas pol¨ªticas de Unidas Podemos no se sienten en una mesa a garantizar que el proceso pol¨ªtico de Sumar sea un ¨¦xito.
Quienes militamos en el PCE e Izquierda Unida venimos de una larga tradici¨®n de b¨²squeda de la unidad como condici¨®n de posibilidad para la acumulaci¨®n de fuerzas de sectores organizados y no organizados de nuestro pa¨ªs. Venimos de una tradici¨®n pol¨ªtica de gentes fuertes que pusieron su cuerpo y su vida para defender los intereses de la mayor¨ªa social. ¡°Vivir para los dem¨¢s es la mejor manera de vivir para uno mismo¡±, dec¨ªa Marcos Ana.
Desde la lucha antifranquista, pasando por la constituci¨®n de las Juntas Democr¨¢ticas, Convocatoria por Andaluc¨ªa, el nacimiento de Izquierda Unida, las confluencias electorales, los acuerdos con Podemos, la alianza en Unidas Podemos, Adelante o En Com¨²n, Sumar¡ Nuestra memoria pol¨ªtica y nuestra participaci¨®n en pol¨ªtica, siempre ha tenido como objetivo Sumar fuerzas para crear alianzas pol¨ªticas capaces de llevar a cabo agendas de gobierno transformadoras, contribuyendo a la organizaci¨®n social y a la movilizaci¨®n como mecanismos de garant¨ªa democr¨¢tica y de control pol¨ªtico. No por usada y a veces destruida debe desmerecerse la unidad, y con ella los acuerdos program¨¢ticos como base necesaria para la misma. Y evaluar su cumplimiento. Programa, programa, programa. La experiencia de cogobierno en Andaluc¨ªa como antecedente nos ense?¨® que se gobierna para cumplir compromisos acordados ¡ªel PSOE de Susana D¨ªaz expuls¨® a IU del gobierno por reclamar su cumplimiento¡ª y en estos cuatro a?os los acuerdos se han expresado en 200 leyes que est¨¢n construyendo un pa¨ªs mejor: protegido socialmente, igualitario, reconocido en su diversidad civil y territorial.
Somos de la periferia, no s¨®lo territorialmente. Nuestra mirada es compartida por la mayor¨ªa de las militancias pol¨ªticas de la izquierda transformadora, no queremos dilapidar el capital pol¨ªtico que ha creado la alianza entre Izquierda Unida y Podemos. No queremos que la experiencia organizativa, movilizadora, formativa, institucional, de gobierno quede en una an¨¦cdota en la Historia con may¨²sculas de nuestro pa¨ªs.
Que Podemos ha cumplido un papel clave en lo sucedido en Espa?a solo lo negar¨ªa alguien con mezquindad o ceguera sectaria. Ha sacudido la escena pol¨ªtica y social, canalizado aspiraciones populares no representadas, impulsado un gobierno de coalici¨®n despu¨¦s de 80 a?os, y promovido un liderazgo como el de Yolanda que renueva y fortalece el nuevo momento pol¨ªtico.
Sumar es la expresi¨®n, entendemos, de una nueva realidad pospand¨¦mica que alimenta aspiraciones de millones de personas con ganas de una referencialidad frente al bloque reaccionario. No perdemos de vista que ser¨¢ el tiempo el que determine si es una expresi¨®n m¨¢s que las circunstancias o los tiempos pol¨ªticos devorar¨¢n o superar¨¢n, o ha llegado para quedarse. Pero mientras se hace futuro, el presente tiene nombre de operaci¨®n matem¨¢tica, de suma, de unidad, de aspiraciones populares y de mucha ilusi¨®n por seguir construyendo un pa¨ªs que, tras cuatro a?os de gobierno de coalici¨®n, es un pa¨ªs m¨¢s decente. Es posible que Sumar no satisfaga en sus m¨¢ximos las aspiraciones de modelo pol¨ªtico de quienes lo integramos. Pero s¨ª re¨²ne las condiciones para configurar una unidad que permite, con la correlaci¨®n de fuerzas realmente existentes, abrir campos y pol¨ªticas que protejan a la mayor¨ªa.
Aunque a veces pueda ser desmentido por la experiencia, en la inoculaci¨®n de categor¨ªas ¨¦ticas en pol¨ªtica puede estar la clave de disputar ¡ªy ganar¡ª esa batalla cultural que ha abierto la extrema derecha y el fascismo de nuevo cu?o. No solo defender diferencias sino ser diferentes. Posiblemente toque una pol¨ªtica de la renuncia que sustituya el liderazgo individualista y referencial por una nueva cultura pol¨ªtica que promueva la humildad representativa, la prescindibilidad de liderazgos tras un ciclo de gesti¨®n y la rotaci¨®n como ejemplo de proyectos realmente colectivos. En ello se est¨¢.
No queremos que Unidas Podemos sea una experiencia del pasado, tampoco que Sumar sea una experiencia electoral solamente. Sumar representa un proceso pol¨ªtico que puede ser decisivo en la d¨¦cada de los a?os veinte del siglo XXI en nuestro pa¨ªs. Toda nuestra energ¨ªa, toda nuestra experiencia debe impulsar que Sumar sirva como convocatoria para la construcci¨®n de una alternativa de sociedad en nuestro pa¨ªs. Un proceso pol¨ªtico radicalmente democr¨¢tico, una persona una decisi¨®n, que aglutine a personas organizadas y no organizadas, que elabore propuestas, que llegue hasta el ¨²ltimo pueblo y barrio de nuestro pa¨ªs. Un proceso pol¨ªtico que sea pueblo, en el que personas diversas, con partido, sin partido, de diferentes tradiciones pol¨ªticas, demostremos que s¨ª se puede anteponer el inter¨¦s del pa¨ªs sobre los intereses particulares, ya sean de partido, laborales o de cualquier otra ¨ªndole.
Ese ha sido siempre nuestra raz¨®n de ser en pol¨ªtica, y sabemos que es la raz¨®n de ser y de estar en pol¨ªtica de buena parte de los que hoy siguen viviendo para los dem¨¢s como mejor manera de vivir para uno mismo. Desde la solidaridad de saber que esta raz¨®n estrat¨¦gica implica inasumibles ataques personales y familiares, pero cogidos del brazo para no caernos, no hay mejor camino que el de la unidad.
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