Sumar y seguir
Merecer¨ªa la pena que los logros conseguidos tuvieran tiempo de consolidarse antes de que llegue Vox a destruirlo todo con el PP de la mano. Pedir hoy responsabilidad es un acto de verdadera camarader¨ªa
Me resulta imposible separar las palabras del pasado hoy a la hora de dar la bienvenida al proyecto Sumar. El deseo de unidad de la izquierda es un viaje de ida y vuelta que implica sentimientos y razones, no ya para la persona que se ha visto envuelta en las tristes din¨¢micas de las divisiones, sino en el muchacho que se comprometi¨® con la democracia y la justicia social en los ¨²ltimos a?os del franquismo. Y han sido sentimientos y razones lo que hoy ha desplegado Yolanda D¨ªaz en la presentaci¨®n formal de Sumar y su candidatura a la presidencia del Gobierno: la rehabilitaci¨®n actual del discurso de la izquierda ha sido el resultado de una escucha efectiva por toda Espa?a y con m¨²ltiples huellas en un discurso que ha reivindicado la tradici¨®n que va desde las Cortes de C¨¢diz hasta la memoria de la Segunda Rep¨²blica pasando por el federalismo republicano de Pi y Margall. Pero sobre todo no ha olvidado ni la utilidad pr¨¢ctica de la pol¨ªtica ni la necesidad de una pol¨ªtica en may¨²sculas que no renuncie a la ternura y se ocupe de la gente y las necesidades mayoritarias de la gente: desde la vivienda como pol¨ªtica de Estado hasta la defensa de una cultura demasiadas veces abandonada o la reforma de la semana de 40 horas, desde la inclusi¨®n de la salud bucodental en la sanidad p¨²blica a la defensa de los derechos de las mujeres, ¡°cansadas de tutelas¡± y de ser ¡°ninguneadas¡±.
Del mismo modo que el futuro es ya presente, el presente se remonta tambi¨¦n al pasado reciente. La palabra rojos brotaba entonces para denunciar la amenaza que supon¨ªan comunistas, socialistas, anarquistas, sindicalistas, anticlericales, republicanos y feministas en el orden establecido por las ¨¦lites de la dictadura. Educado literariamente en mis muertos (Federico Garc¨ªa Lorca), en mis exiliados (Machado, Alberti y Mar¨ªa Teresa Le¨®n) y en mis maestros m¨¢s cercanos (Blas de Otero, ?ngela Figueras, Gloria Fuertes, ?ngel Gonz¨¢lez y Gil de Biedma), me sent¨ª unido a cualquier matiz que supusiese la oposici¨®n a la Espa?a reaccionaria. El enemigo acertaba al despreciarnos a todos juntos, est¨¢bamos unidos por el mismo deseo de libertad, igualdad y fraternidad. Nos une mucho m¨¢s de lo que nos separa. Desde entonces, cuando me preguntan por mis razones y mis sentimientos, me encuentro muy c¨®modo en la condici¨®n de rojo.
Pero cuando pienso en el pasado, pienso tambi¨¦n en las negociaciones que la pol¨ªtica, mi compromiso pol¨ªtico, establece con la realidad. Adem¨¢s de tener ideas, es saludable que esas ideas sirvan y ayuden al bienestar de la gente. Para un rojo, mirarse al espejo es inseparable de abrir la ventana y observar lo que ocurre en la calle. El di¨¢logo fue decisivo a la hora de conseguir la democracia. Como poeta, la libertad no supuso para m¨ª ¨²nicamente la alegr¨ªa de recibir a Rafael Alberti y poder votar cada cuatro a?os. Fue tambi¨¦n el deseo de transformar la vida, la educaci¨®n sentimental, lo que cabe en las palabras amor y sexo, m¨¢s all¨¢ del dogmatismo reaccionario.
Ese deseo se?al¨® el camino personal y p¨²blico. Pero las cosas no resultaron f¨¢ciles entre los rojos. Una parte del Partido Socialista consider¨® que integrarse en Europa supon¨ªa dejarse llevar por los aires del neoliberalismo y se puso a trabajar al servicio de las grandes empresas y las multinacionales. Por eso se alej¨® en cuanto pudo de lo que hab¨ªa a su izquierda. Y en esa izquierda de la izquierda, hubo tambi¨¦n quien se olvid¨® de entender la realidad, envanecido con su pureza, subido al altar de la sublimaci¨®n y la nada. ?Es que no se pod¨ªa trabajar juntos? S¨ª, se pudo en Andaluc¨ªa y las cosas dieron resultado. Fue entonces cuando las ¨¦lites econ¨®micas quisieron cargarse a Izquierda Unida y al PSOE para obligar a un pacto PP-PSOE, convirtiendo en figuras televisivas a los l¨ªderes de Podemos. Pero la realidad social en crisis fue superior a la capacidad medi¨¢tica de las ¨¦lites. Podemos se les escap¨® de las manos. Al final se cre¨® una nueva coyuntura en la que el PSOE y Podemos formaron un Gobierno de coalici¨®n. Ser¨ªa muy injusto que los errores ocultasen lo mucho conseguido.
Aqu¨ª entra la palabra hoy. Pese al griter¨ªo y la manipulaci¨®n de los poderes medi¨¢ticos a sueldo, los partidarios de la democracia social hemos vivido unos a?os de alegr¨ªa, aferrados a un sue?o m¨¢s que a un sill¨®n. La pol¨ªtica ha sido muy ¨²til para dignificar la vida de la gente con logros laborales, econ¨®micos, culturales y c¨ªvicos. M¨¢s que identificarme con un partido, me siento alegre por una situaci¨®n transformadora de la realidad de una Espa?a que hoy reivindica la autoridad de la pol¨ªtica y desborda los l¨ªmites impuestos por las grandes fortunas. Ahora s¨ª estamos integr¨¢ndonos en la mejor Europa.
Que salga bien el proyecto de Sumar no es un asunto interno en la izquierda de la izquierda. Afecta del todo a las posibilidades del Gobierno de coalici¨®n. Merecer¨ªa la pena que los logros conseguidos tuvieran tiempo de consolidarse antes de que llegue Vox a destruirlo todo con el PP de la mano. Pedir hoy responsabilidad es un acto de verdadera camarader¨ªa.
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