Maquiavelo en Madrid
Lo cierto es que hay una izquierda para la que es m¨¢s c¨®modo legitimar sus acciones utilizando como coartada los principios, a pesar de jugar a perder
Aprovechar la adversidad para hacerse fuerte es una ense?anza pol¨ªtica tan vieja como Maquiavelo. Y aunque se le puedan achacar muchas cosas, es innegable que esa cualidad es la que mejor ha sabido cultivar Pedro S¨¢nchez. La pol¨ªtica es como una ruleta que gira incesantemente, ensalzando y hundiendo a sus protagonistas, y en ese caos de rotaciones constantes, en ese absoluto dinamismo de la realidad, solo sobrevive quien usa lo que ocurre en su propio beneficio. La batalla entre la virtud y la fortuna se salda a favor de quien se adapta a las condiciones objetivas, a la inevitabilidad de lo que ocurre. Hace dos semanas, por ejemplo, la moci¨®n de censura de Vox por persona interpuesta se convirti¨® en la historia de la semana, y en una oportunidad para el lucimiento del presidente a modo de ocasi¨®n maquiaveliana, esa ¡°desgre?ada y c¨¢ndida muchacha¡±, servidora de la fortuna, que aparece ante los gobernantes y que solo con voluntad, raciocinio y decisi¨®n es posible doblegar.
S¨¢nchez y Yolanda D¨ªaz presentaron su ticket de gobierno para retratar lo que puede haber en el otro lado, el t¨¢ndem Feij¨®o-Abascal, mientras Iglesias protestaba porque se hable de ¡°ticket¡± sin primarias. Y en esas seguimos 12 d¨ªas despu¨¦s. Siempre pensamos que Iglesias era el genuino conocedor de las ense?anzas del florentino y, sin embargo, lo que hemos ido viendo estos azarosos d¨ªas es que D¨ªaz sabe vestirse mucho mejor con las virtudes que adornan al pr¨ªncipe: prudencia, autocontrol, paciente resistencia para esperar la ocasi¨®n propicia y afianzar su liderazgo. Y hablo de Iglesias y no de Belarra ¨Des evidente¨D porque el exvicepresidente del Gobierno se empe?a en malbaratar desde su posici¨®n extraparlamentaria el proyecto que ¨¦l mismo encumbr¨®. A¨²n no le hemos escuchado decir un generoso ¡°pregunten a la l¨ªder del partido, yo ya estoy retirado¡±, algo esperable sobre todo de quien lleg¨® a la pol¨ªtica para regenerarla y librarla de sus formas tradicionales.
Al contrario, estos d¨ªas, al tiempo que se divierte se?alando a periodistas y analistas en Twitter, pretende marcar la l¨ªnea de acci¨®n de la izquierda con la propuesta de unas primarias abiertas, a sabiendas de que ese es el terreno fuerte de Podemos: su censo online, sus bases, sus disciplinados trolls. Ah¨ª Sumar no existe, aunque parezca un proyecto capaz de entenderse con el resto de las fuerzas pol¨ªticas de una izquierda de la que Podemos ha decidido aislarse. A nivel territorial, los morados no tienen estructura, sus c¨ªrculos son bruma: la fuerza de los caladeros territoriales est¨¢ con D¨ªaz. ?Por qu¨¦ unas primarias marcadas son m¨¢s democr¨¢ticas que una lista negociada y ratificada por todas las fuerzas que de verdad quieren hacer pol¨ªtica, ganar las elecciones y gobernar? Son discusiones bizantinas. Lo cierto es que hay una izquierda para la que es m¨¢s c¨®modo legitimar sus acciones utilizando como coartada los principios, a pesar de jugar a perder. Ese es el trasfondo contra el cual reacciona la obra de Maquiavelo que Podemos pretende haber decidido ignorar.
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